Año 5 • No. 194 • septiembre 26 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Subutilizados, los mecanismos de democracia directa en AL
Juan Carlos Plata

La participación ciudadana hace eficientes las políticas públicas, exige la transparencia de lo público, controla a los servidores públicos y complementa al sistema político representativo

En el 90 por ciento de las constituciones de América Latina –exceptuando a México– se contemplan mecanismos de democracia directa, como el referéndum, plebiscito, revocación de mandato, entre otros, que están claramente subutilizados. Felipe Hevia señaló que, de 1978 a 2004, en todo el continente se realizaron sólo 32 experiencias de democracia directa.

Al hablar en la FILU sobre participación ciudadana y consolidación de la democracia, el investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS-DF) añadió que de esas 32 experiencias, 24 fueron iniciativa de los gobiernos y sólo ocho fueron ejercicios promovidos por la ciudadanía, “lo que resulta un subejercicio del subejercicio”. Estos mecanismos legitiman a los propios representantes populares, ya que le dan a la ciudadanía un mayor sentido de la participación en los procesos políticos, más allá de los asuntos meramente electorales. “Hay muchos mecanismos institucionales de participación ciudadana, órganos colegiados, consejos consultivos ciudadanos.

Esto hace que se eficienten las políticas públicas al despolitizar la discusión de las prioridades de una nación”.

Estos procedimientos surgen en los países no como una consecuencia de estabilidad política, sino más bien como reacción a la falta de estabilidad, ante la necesidad de involucrar de alguna manera a la sociedad en el ámbito político.

Mauricio Merino Huerta, quien fuera consejero del IFE, aseguró que la participación ciudadana y las políticas públicas deben estar claramente conectadas para poder consolidar los procesos democráticos de los países latinoamericanos.

“Está más que claro que los gobiernos no pueden resolver todos los problemas y que la agenda pública no puede ser decisión unilateral de la autoridad, las soluciones deben partir de definiciones de los problemas y éstas deben ser hechas de acuerdo con sus causas y planteadas como cursos de acción que buscan resultados, y todo este proceso debe, en el peor de los casos, ser vigilado o supervisado por la sociedad”.

Ernesto Isunza Vera dijo que hay cuatro argumentos que hacen prácticamente irrebatible la conveniencia de que la participación ciudadana sea permanente: hace eficientes las políticas públicas, exige la transparencia de lo público, controla a los servidores públicos y complementa al sistema político representativo.

“La añeja pregunta socrática de quién debe ejercer el poder tiene dos respuestas posibles: por quienes sepan mejor y por quienes experimenten sus efectos, por lo que en las sociedades complejas, como en las que vivimos, la decisión de a qué puerto debe dirigirse la nave, debe ser de los pasajeros, no del capitán o la tripulación”.

Afirmó que pluralizar la esfera de decisión ciudadana no implica desaparecer a los partidos políticos, pero sí hacerlos conscientes de que no son los únicos participantes de los procesos políticos del país. “Si ya hay participación ciudadana en el órgano que rige y califica las elecciones, ¿por qué los partidos no dejan que la haya en la toma de decisiones en materia económica y fiscal en el país?, eso es algo que hay que resolver, porque es posible y sería deseable que la gente participara de esos procesos” .