El vocablo democracia deriva del griego “demos”= pueblo
y “kratos”= gobierno y significa gobierno del pueblo.
En la actualidad, el concepto de democracia no sólo incluye
una forma determinada de gobierno, sino también un conjunto
de reglas de conducta para la convivencia social y política.
La democracia es un modo de vivir basado en el respeto a la dignidad
humana, la libertad y los derechos de todos y cada uno de los miembros
de la comunidad, así como también es la participación
del pueblo en la elección de sus gobernantes por medio del
sufragio, pero este modo de vivir y esta forma de gobierno, ¿son
en realidad lo que se vive en nuestro país?
Hoy, en México, atravesamos por una gran nube de corrupción,
donde la inmensa telaraña del poder es tejida con distintos
hilos de diferentes intereses; cuando lo ilegal se funde repentinamente
con lo que debería ser legal, la sociedad asume una actitud
de desconcierto y parece incrédula y apática; pero
también, reflexiona sobre su papel de colectividad o de grupo
y cuando se harta de la falta de justicia, tristemente acude a la
brutalidad (busca hacer justicia por su propia cuenta), como forma
lamentable de desahogo ciudadano.
Para lograr una cultura democrática que se encuentre a la
altura de los países desarrollados es necesario llevar a
cabo acciones encaminadas a la transformación de la forma
de pensar del mexicano, así como a la formación de
nuevas generaciones con diferente perspectiva de lo que su país
es y los problemas que enfrenta para llegar a esa tan anhelada democracia
que tanta falta nos hace.
Lograrlo es difícil, complejo y no existen recetas para ello,
es preciso efectuar cientos de experimentos en todos los ámbitos
políticos, gubernamentales, institucionales y sociales. Lo
anterior puede sonar utópico, sin embargo es necesario tener
esperanzas. |