Para que se pueda calificar a México como un país
independiente, es necesario que desarrolle su propia tecnología,
para lo cual requiere, primordialmente, preparar y capacitar continuamente
capital humano, señaló Samuel Ortiz Williams.
Al brindar la conferencia “Los samurai de la propiedad intelectual”
en la FILU, el investigador de la UV planteó la necesidad
de que se vea al desarrollo de la tecnología como acción
fundamental para el crecimiento de nuestro país, aspecto
al que va aparejado el asunto de la protección de la propiedad
intelectual y los derechos de autor.
Desafortunadamente, en nuestro país no se piensa a largo
plazo, por lo que los consumidores prefieren pagar menos por productos
que no son originales, comúnmente llamados “piratas”.
Dijo que mientras Estados Unidos es la primera potencia en el plano
mundial, Japón es la segunda, pese a que sólo era
una isla con, aparentemente, pocas posibilidades de crecimiento.
Esto se debe a que saben guardar sus creaciones intelectuales, algo
que no preocupa mucho a México.
El consumo de productos piratas no ocupa la agenda de los diferentes
niveles de gobierno, por lo que poco se hace por frenar este fenómeno
que provoca que los productores tengan cada vez menos productos
para continuar creando y fabricando sus artículos, sean discos,
películas, libros, ropa, zapatos y una lista interminable.
“¿Qué es lo que sucede en Estados Unidos y en
Japón para que logren mantenerse a la vanguardia a nivel
mundial? Desarrollar su propia tecnología y proteger los
conocimientos que de ésta se deriven”.
Dijo que es necesario que se impulse en México la cultura
del registro de propiedad intelectual y protección a los
derechos de autor, los cuales resguardan la expresión de
ideas con el fin de motivar su constante creación. Lamentablemente,
la emisión de una patente resulta muy costosa para el solicitante
y se requieren de tres a cinco años para que sea otorgada.
Ortiz dijo que existen dos salidas alternas. La primera es la creación
de un fideicomiso en el que miembros de la sociedad depositen una
cuota para el pago del trámite de la patente. La otra es
mediante la firma de contratos, en los que se determina entre particulares
las actividades a realizar y las responsabilidades de cada firmante. |