Año 5 • No. 195 • septiembre 5 de 2005
Xalapa • Veracruz • México
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  Juan Capetillo desentraña la historia de la disciplina en nuestro país
La presencia de Fromm en México
impulsó formación de psicoanalistas
Alma Espinosa
Es común en nuestros días escuchar a varios mexicanos hablar del psicoanálisis, pero pocos se han detenido a reflexionar sobre cómo se ha desarrollado en México. Por ello, Juan Capetillo Hernández, del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), emprendió la búsqueda de los orígenes de esta disciplina que, desde su nacimiento, causó revuelo no sólo en los círculos científicos sino también en la sociedad.

Aunque en nuestro país se empezó a hablar del psicoanálisis desde 1910, no es sino hasta 1937 cuando que se inicia su estudio y hasta 1950 comienza a practicarse formalmente. Ello se debió a que en 1949 llegó a radicar a nuestro país el psicoanalista Eric Fromm, quien ya gozaba de gran prestigio y había sido alumno de psicoanalistas cercanos a Sigmund Freud, llamado el “padre del psicoanálisis”.

Juan Capetillo Hernández.
Gracias al arribo de Fromm desde Nueva York, debido a los problemas de salud que aquejaban a su esposa por el clima tan severo de aquella ciudad, los psicoanalistas que se habían formado en nuestro país –gracias a los cursos impartidos en la UNAM– vieron la oportunidad de completar su ciclo de profesionalización en la disciplina.

Y es que para practicar esta disciplina es necesario someterse a un psicoanálisis y que los expedientes sean revisados por otros psicoanalistas, además del que tiene contacto directo con el paciente. Fue así que Eric Fromm se convirtió en el psicoanalista y en el supervisor de todos los casos.
Durante su estancia, Fromm impartió varios cursos, como el de Dinámica de lo inconsciente, y se creó el Grupo Frommiano, conformado por 12 especialistas. De 1949 a 1951, otro grupo de estudiosos decidieron terminar su preparación en Nueva York y Argentina. Entre ambos grupos surgieron diferencias teóricas, con lo que surgieron el grupo formado por Eric Fromm y la Asociación Psicoanalítica Mexicana.

“No sería algo para extrañarse que la situación de conflicto entre estos dos grupos hubiera dado mayor impulso a la institucionalización del Psicoanálisis”.

A finales de la década de los sesenta habría de surgir otra organización, el Círculo Psicoanalítico Mexicano, inspirado en las teorías de Igor Caruso que buscaba vincular a Sigmund Freud con Carlos Marx. Gracias al interés en esta disciplina y a distintas tendencias que surgieron, la producción de artículos y libros sobre el tema fue prolífica. La actividad profesional se concentraba en el Distrito Federal, Monterrey y Guadalajara.

El psicoanálisis aparece en Veracruz, a partir de 1960. Existe como referencia un artículo de Ramón Parres en la revista La palabra y el hombre.

Después del golpe de Estado en Argentina, en la década de los setenta, varios argentinos salieron de su país y llegaron a México a continuar con el desarrollo del psicoanálisis. A partir de entonces, las teorías de Jacques Lacan cobraron mucha importancia debido a su impacto en la disciplina.

Según Capetillo, Lacán continúa estando presente en las mentes de los psicoanalistas de hoy. Afortunadamente, el estudio y práctica de la disciplina se ha dispersado por todo el país, y en Xalapa ha tenido gran repercusión.