Año 5 • No. 195 • septiembre 5 de 2005
Xalapa • Veracruz • México
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  Los conceptos de patria y nación se han desvanecido
Pierden identidad los mexicanos
por crisis educativa: Florescano
Juan Carlos Plata
“Ya lo he dicho antes pero quiero repetirlo ahora, yo descubrí la amplitud de la vida y la alegría que deparan el libro y la cultura en las aulas de la Universidad Veracruzana, estoy orgulloso de presentar mi libro en este lugar porque también mi reciente participación en la Junta de Gobierno de la UV me llevó a descubrir, en el breve lapso de tres meses, una universidad cuyos profesores y alumnos están abiertos al cambio, a la innovación y comprometidos, como lo escuchamos en esas reuniones, a servir a los diversos sectores de la sociedad”, comentó Enrique Florescano Mayet durante la presentación de su libro Imágenes de la patria.

Carmen Aristegui.
En el evento, celebrado en el auditorio del Museo de Antropología de Xalapa el miércoles pasado, el destacado historiador veracruzano aseguró que no es un azar que en la actualidad, cuando la educación nacional experimenta una crisis profunda, los conceptos de patria y nación parezcan desvanecerse y perder fuerza en el imaginario colectivo, por lo cual con su texto Imágenes de la patria intenta capturar las diversas imágenes que se crearon de la patria y la nación.

Florescano Mayet muestra en su libro el papel decisivo que jugó la educación en la formación de los conceptos patria y nación y en la maduración de la identidad mexicana.

Acompañado por la actriz Blanca Guerra, la directora del Instituto Veracruzano de Cultura Esther Hernández Palacio, la periodista Carmen Aristegui y la presidenta de la Fundación Colosio Beatriz Paredes, el autor aseguró que una conclusión que se desprende de este recorrido por la identidad mexicana a través de los siglos, es que hasta la fecha no hemos podido crear un concepto y, sobre todo, una práctica política verdaderamente inclusivos de patria y nación.

“La reducción de estos conceptos a un grupo étnico, social, a una fe religiosa o a una ideología partidista, en lugar de unirnos nos ha dividido y debilitado ante las presiones internas y externas que amenazan nuestra integridad”.

Florescano aseguró que la gran tarea política y cultural del futuro es crear un concepto de nación que abarque a todos los grupos, regiones, localidades e ideologías que conforman el cuerpo social de nuestro país. Si el Estado mexicano quiere terminar este siglo siendo un estado autónomo, independiente y dedicado a servir a sus conciudadanos, entonces los políticos, científicos, instituciones educativas, partidos y organizaciones sociales deberán dedicar su mayor esfuerzo a construir una idea de nación plural y representativa del país real que es diverso, complejo.


Esther Hernández Palacios, Carmen Artistegui, Enrique
Florescano, Blanca Guerra y Raúl Arias.
Blanca Guerra dijo que al finalizar la lectura del libro queda un sentimiento ambiguo y obliga a preguntarse hacia dónde se dirige el país. “A mí me queda la curiosidad de saber la forma en la que el ciudadano común recibía estas imágenes construidas por las elites, cómo llega esta iconografía a la gente, al pueblo, cómo eran recibidas. Sin duda la tarea era lograr una identidad, y muchas de las imágenes construidas a lo largo del tiempo pasaron de las elites a la sociedad, esta última las hizo suyas y hoy son parte de su identidad. El recorrido de Enrique Florescano por las imágenes de la patria nos ofrece otra historia de México. Es, sin duda alguna, un texto obligatorio, un libro entrañable”.

Esther Hernández Palacios aseguró que Imágenes de la patria no es sólo un libro de historia sino una historia del arte por la profusión –rica en cantidad, calidad e idoneidad– de la iconografía y por los comentarios y las lecturas analíticas que su autor hace de las artes visuales y, aún más, es una historia de la cultura mexicana que engloba la historia literaria, la musical y en los capítulos dedicados a las épocas más recientes, la historia de las políticas culturales.

“Resulta evidente el paralelismo entre el libro de Florescano y México a través de los siglos de Vicente Rivapalacio, los dos resumen el conocimiento acumulado sobre el pasado en capítulos escritos en una prosa clara y precisa y poseen un despliegue iconográfico asombroso. Podemos transpolar a Florescano lo que él mismo dice de Rivapalacio y afirmar que el autor en persona cuidó que toda la obra estuviera acompañada de dibujos, grabados y litografías. Pero si en el caso de Rivapalacio se trata de la historia de la nación, en el de Florescano se trata de la historia de la representación de esa misma nación, en una y en otra, el resultado es igualmente virtuoso”, dijo Hernández Palacios.

Carmen Aristegui señaló que la manera en que el autor guía la descripción de los momentos de la historia que van acompañados de esta representación gráfica de la patria, resulta no sólo ilustrativa, sino que nos va conduciendo por la historia del país a través de estas imágenes y su interpretación histórica, nos guía por su propia comunión, que hace nuestra, con la imagen femenina.

“Al analizar las décadas de los sesenta a la fecha, Florescano apunta una serie de elementos que generan esta crisis o empobrecimiento de la expresión gráfica sobre el tema de la patria, y la gran interrogante es si este empobrecimiento se debe a que se ha empobrecido el contenido de la propia noción de patria. Es ahí donde está, me parece, uno de los puntos clave de lo que nos deja para la reflexión el libro”.

Aristegui aseguró que Imágenes de la patria no sólo es un libro para disfrutar lo que nos deja nuestro paso por la historia, “sino que nos deja clavada esa espina de en dónde estamos parados con estas nociones patrióticas en México. Yo me pregunto después de leer lo que nos plantea Enrique Florescano, ¿cuáles son hoy las imágenes de la patria? El autor nos coloca frente al espejo para preguntarnos por nuestra incapacidad, la incapacidad de las elites, de la política, de la sociedad, de la educación, de mantener vigorosa la idea de pertenencia, de mantener vivos los lazos solidarios de una sociedad como la mexicana”.

Enrique Florescano Mayet.
Beatriz Paredes aseguró que con este libro, Florescano logra desvelar parte de la expresión verdadera de este continuo cultural que es México, la descripción de lo paradigmático a través de los símbolos y los iconos, nuestro gusto por la representación iconográfica para explicar el mundo y para explicarnos.

“El libro y su contenido nos ponen frente al espejo, y es que nos cuesta mucho trabajo hacer introspección sin vernos en el espejo; tiene que ver con esta necesidad de que nos expliquen los otros más que explicarnos nosotros, y en este recorrido histórico hace una critica profunda, enorme y estimo que válida, al papel de la educación y la academia”.