Año 6 • No. 199 • octubre 31 de 2005
Xalapa • Veracruz • México
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  Para fortalecer al Estado
Fundamental, que municipios
obtengan recursos propios
Juan Carlos Plata
Para fortalecer al Estado federalista que en teoría es México, es necesario que los municipios aprendan a cobrar sus propios impuestos y a prestar servicios de manera eficiente y así, evitar la excesiva dependencia de las aportaciones federales y estatales que han centralizado las operaciones fiscales durante décadas, aseguró Francisco Javier Meléndez, del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las Ciencias Administrativas (IIESCA).

“Si se revisan las cuentas públicas, el 90 por ciento del presupuesto de los ayuntamientos es de participaciones y aportaciones federales y estatales y sólo el 10 por ciento son recursos propios”. Los municipios se han acostumbrado a no cobrar impuestos, porque eso tiene un costo político, además de que obtener las participaciones estatales y federales no les cuesta nada.

“La solución es que los ayuntamientos cobren sus propios impuestos de manera oportuna y al mismo tiempo brinden un buen servicio para que la sociedad vea su dinero invertido en obras que la benefician. Esto tiene que ser entendido por la sociedad, por los partidos y por las autoridades, es necesario que se paguen impuestos”.

En un pasado no lejano la cultura del no pago estaba justificada por la corrupción imperante en los sistemas administrativos y fiscales. “Ahora ya hay órganos de fiscalización en los estados y en la federación que se encargan de revisar las cuentas públicas, lo que le da confianza a la ciudadanía”.

Federalismo y centralismo
Meléndez Hernández señaló que el federalismo en el país arranca de la Constitución, que habla de una república federal, pero en la práctica México se convirtió en un país centralista, en el que los presupuestos se analizaban y discutían centralmente. “Todo eso era legitimado por una ley de coordinación fiscal por medio de la cual los estados renuncian a sus potestades tributarias y se las conceden a la federación que, a cambio, otorga las participaciones”.

Actualmente en México se está desarrollando apenas un proceso que podría llevarnos a un verdadero federalismo, en el que 32 estados iguales acuerdan y definen las situaciones, sobre todo presupuestales, y en el que el municipio tiene una importancia crucial.

“Este impulso al federalismo trajo a la escena al municipio, que es la célula primaria de la política y del sistema político mexicano y como tal ha recibido funciones y aportaciones presupuestales, pero todavía muy lejos de lo que son sus necesidades”.

Aseguró que el federalismo no ha funcionado en México por consecuencias históricas y porque las autoridades del centro se desentendieron por mucho tiempo de estas cuestiones, hasta hace muy poco. Fue en 1944 cuando el presidente Manuel Ávila Camacho creó las comisiones regionales, en lo que se podría considerar la primera iniciativa federalista en el país.

Otro de los problemas que ha generado este centralismo es la incapacidad de los municipios para cumplir con sus funciones adecuadamente, la falta de profesionalización. En la UV se ha detectado este problema y se ha impulsado el diplomando en Administración y gestión municipal, que se dio en todo el estado y al que asistieron, en su primera edición, cerca de 280 personas.
 
Reparto y desigualdad
El hecho de que los presupuestos estatales se discutan y aprueben desde la capital, además de la presión ejercida por los estados con mayor crecimiento para que sea a ellos a quienes se les dé mayor presupuesto, generó en buena medida la desigualdad que existe entre las entidades federativas. “El argumento de los estados ricos es que el dinero que se les da a ellos puede generar más riqueza y en cambio el que se le otorga a los estados pobres, se encausa principalmente a la asistencia social, lo que no genera ingresos para el estado”.

Otras causas de esta desigualdad son la dependencia y la explotación histórica que ha habido en el país, aunque ya hay acciones para contrarrestar esto. El caso de Chiapas es muy claro. Está realizando procesos de capacitación para superación tecnológica, se han invertido recursos, están realizando obras de infraestructura.

“Además existe otro gran problema para estos estados pobres, las empresas que se instalan en ellos no son originarias del estado sino de otras entidades, y pagan la mayoría de sus impuestos en sus lugares de origen y no le ayudan realmente a la recaudación del estado, Chiapas y Veracruz son un buen ejemplo de eso”.