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Autonomía
Un modelo a seguir
Sergio Valdivia Navarro |
El
estar involucrado en la promoción de la autonomía del
aprendizaje nos lleva a reflexionar sobre temas que parecen poco relacionados
entre sí, pero que hacen de este enfoque algo más integral
y conectado con el mundo que nos rodea. Una de estas reflexiones tiene
que ver con nuestra circunstancia y necesidad en la vida de contar
con un modelo a seguir en nuestros propósitos.
Si hacemos memoria de cómo vamos ubicando a las personas a
nuestro alrededor, tenemos que en nuestra infancia, nuestros primeros
modelos a seguir fueron nuestros padres, tal vez nuestros abuelos
y con mucha seguridad nuestros hermanos mayores. Siempre existía
esa figura de referencia que nos impulsaba a usar el mismo tipo de
ropa o a tener las mismas pertenencias. Más tarde, cuando nuestro
mundo se amplió, comenzamos a tomar como modelos a otro tipo
de personas.
Hoy en día, con la invasión de los medios masivos de
comunicación, se tienen ídolos, héroes o modelos
a seguir en la música, la televisión, el cine o el deporte.
Si nuestro interés va hacia temas culturales, nos encontramos
con escritores, artistas, pensadores, líderes religiosos, políticos
o científicos.
La pregunta que surge es si esto es un hábito, una necesidad
o una característica de la raza humana. Eso no lo sé
pero, desde el punto de vista sociológico, creo que vivimos
en una sociedad que alimenta la existencia y permanencia de estos
modelos en casi todos los ámbitos de nuestras vidas.
En lo relativo a la educación, vemos que nuestros maestros
pueden llegar a tener un papel protagónico como modelos a seguir,
sobre todo cuando se reconoce en ellos una habilidad singular, un
conocimiento profundo de un tema o una riqueza de pensamiento en su
área. Nuestra noción de maestro, desde tiempos antiguos,
no sólo ha sido la de aquel que conoce las técnicas
para enseñar tal o cual conocimiento o habilidad (maestro/instructor),
sino la de aquel que se distingue por su grado de excelencia y se
convierte en modelo a seguir (maestro/modelo). Estas dos figuras han
ido de la mano en muchos casos aunque, desgraciadamente, no siempre
presentes en muchos otros. Esta dualidad de imagen es un gran elemento
de motivación para los estudiantes, así podremos escuchar
que hay quienes se acercan a eruditos o virtuosos, no sólo
para aprender de ellos sino para poder acercarse a su ‘estatura’
profesional.
Pero ahora, surge la duda. Si estamos viviendo y hemos vivido una
sociedad de modelos a seguir, ¿qué pasa con los postulados
de la autonomía en el aprendizaje? ¿Cómo se ven
afectados o enriquecidos por esta característica de los grupos
sociales?
El aprendizaje autónomo brinda más atención a
la individualidad y a no ser dependientes de otros, a convertirnos
en nuestros propios modelos y a ser nuestra propia medida de nuestros
avances. Cuando los maestros son conscientes de su imagen como modelos
a seguir y existe relación con percepciones de poder, esto
puede llegar a limitar las posibilidades de sus alumnos, creando definitivamente
un conflicto frente a la autonomía. Pero si el maestro usa
su imagen únicamente como elemento motivador hacia sus estudiantes,
sin limitar sus posibilidades de crecimiento, creo que se pueden conciliar
ambos papeles del maestro frente a la autonomía, dejando al
aprendizaje como un proceso libre e independiente de una influencia
controladora, en las opciones personales de desarrollo de los estudiantes. |
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