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UV
Fernanda Melchor Pinto: una alumna ejemplar
de Comunicación
Carolina Cruz |
Boca
del Río, Ver.- Fernanda Melchor Pinto es una estudiante
típica: jeans, pelo corto y despeinado, nada de maquillaje,
la inseparable mochila al hombro y unos hermosos ojos negros grandes
y rasgados que, de tan expresivos, parecen adelantarse a sus palabras.
Se define “genéticamente inquieta”.
A sus 23 años, está por concluir la carrera de Ciencias
de la Comunicación y se ha hecho acreedora a dos becas y
dos premios: el segundo lugar nacional en el género de ensayo,
el segundo lugar en el IV Premio al Estudiante Universitario; las
becas Primes que otorga la UV y la de Estímulos a la creación
artística 2005, que concede el Consejo Nacional para la Cultura
y las Artes, el Gobierno del Estado de Veracruz y el Instituto Veracruzano
de la Cultura, que le fue notificada este mes.
En 2002, cuando cursaba el tercer semestre, decidió participar
en el Certamen Nacional de Ensayo “Linchamiento, justicia
por propia mano”, convocado por la Comisión Nacional
de Derechos Humanos (CNDH), donde obtuvo el segundo lugar por su
trabajo “Tatahuicapan, dos justicias, dos mundos”.
Recientemente,
María Fernanda fue notificada de que había obtenido
la beca de Estímulos a la creación artística
2005, en la categoría de Jóvenes Creadores, para concluir
su novela Agosto, que califica como del género pulp jarocho. |

Fernanda Melchor.
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La novela fue elegida por un jurado integrado por Guillermo Samperio,
Hernán Lara Zavala y José Homero, y consiste en una
serie de historias fragmentadas, relatadas por cuatro personajes
que se unen en dos momentos claves: cuando se encuentran a la deriva
en una barca en las costas veracruzanas y cuando sucede el asesinato
de un joyero acusado de pedofilia.
El ensayo
Tatahuicapan, dos justicias, dos mundos aborda el hecho sucedido
en Tatahuicapan en 1996, cuando los pobladores enardecidos y decepcionados
de la justicia quemaron vivo a un hombre que había intentado
violar y luego había dado muerte a Ana Borromeo Robles: “mi
ensayo trató de plantear los dos aspectos: la justicia del
estado y la de la propia comunidad, el derecho nacional versus la
costumbre; con el objetivo de mostrar el conflicto clave de la justicia
en nuestro país”. |
Pero
Fernanda Melchor tiene más historia. Con su cuento “Al
otro lado del muro” obtuvo el segundo lugar en el IV Premio
al Estudiante Universitario, que convoca la Universidad Veracruzana.
Antes de esto, logró una beca del Programa de Intercambio y
Movilidad Estudiantil (Prime) de la UV para estudiar un año
en el Instituto de Estudios Políticos, en París. Allá,
sus cursos preferidos eran las cátedras magistrales que impartían
reconocidos expertos ante unos 500 alumnos, “citando su propia
bibliografía”. El programa era muy teórico, con
materias como Geografía económica y humana, Sociología,
Ciencias políticas, Sociología de los movimientos sociales,
Sociología del periodismo, pero muy poca de comunicación.
En cambio, el programa de la UV es en esos semestres muy técnico.
Ahora Fernanda trabaja en su novela y en su tesis recepcional, un
esbozo histórico de comunicación de los muertos en el
puerto de Veracruz: “existe una gran creencia de presencias
espiritistas, hay una corriente muy heterodoxa: por ejemplo, el templo
trinitario mariano cree en la curación a través de los
espíritus; la corriente de renovación carismática
del Espíritu Santo cree en las misas de sanación y tenemos
también las misas de exorcismo que se hacen en el puerto de
Veracruz”.
Esa veta de la comunicación no ha sido abordada y “se
trata de explorar la necesidad que tenemos los humanos de comunicarnos
con las personas que están en el más allá, es
un modelo comunicacional nuevo, sobre el que no hay mucha bibliografía,
por ejemplo: cuando alguien va con un médium y se ‘comunica’
con el alma de un difunto ¿importa realmente que esté
hablando con un muerto o lo que importa es qué tanto la persona
cree en el establecimiento de esa comunicación”.
Ese tipo de comunicación quiere explorar Fernanda Melchor,
quien se estima 100 por ciento UV porque, pese a tener recursos para
estudiar en una escuela particular, prefirió su facultad de
Ciencias de la Comunicación “goza de un prestigio inigualable”. |
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