Año 6• No. 201 • noviembre 14 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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La comida, otro signo que ajusta los ciclos circádicos
El reloj biológico humano,
igual al de animales: Silver
Juan Carlos Plata

Los genes que controlan el reloj biológico de los seres humanos son exactamente iguales a los de conejos y de todos los animales, incluso al de las moscas, por lo que es posible hacer experimentos sobre el funcionamiento de este reloj interno que regula las funciones del cuerpo en animales y equiparar los resultados con los que se tendrían en humanos, según Rae Silver, investigadora del Departamento de Psicología de la Universidad de Columbia.

La especialista norteamericana está ofreciendo asesoría en el Laboratorio de Biología de la Reproducción del Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB), en un proyecto sobre el funcionamiento de los ritmos circádicos del reloj biológico en conejos, a cargo del investigador de la UV, Mario Caba Vinagre, que cuenta con el financiamiento de los Institutos de Salud de los Estados Unidos para los próximos cinco años.


Rae Silver.
Rae Silver comentó que desde hace años se sabe que hay un reloj en el cerebro que organiza todas las funciones fisiológicas y de comportamiento del cuerpo para que todo ocurra en el momento correcto, aunque se tiene la impresión de que nos despertamos y nos vamos a dormir por estímulos externos, como la luz solar. Según la científica norteamericana, si estuviéramos en una cueva totalmente oscura, sin la intervención del medio, también dormiríamos y despertaríamos en ciclos de 24 horas.

Mario Caba, en el laboratorio de Biología de la Reproducción.
“Los ciclos circádicos son dictados por el cerebro y son endógenos, independientes de los estímulos ambientales. Cuando se tiene el estímulo ambiental, en este caso la luz, el reloj se vuelve a ajustar al horario local, pero sin el estímulo externo el reloj corre de acuerdo al ritmo endógeno, que también tiene una duración de 24 horas aproximadamente”

Añadió que la duración de los periodos del reloj de cada persona “puede tener ciertas variaciones (el ejemplo más básico es que hay gente que necesita dormir más o dormir menos), pero básicamente son iguales, genéticamente está determinado en la especie, nuestros relojes del cerebro necesitan los mismos estímulos para sincronizarse”.

Rae Silver aseguró que en el cuerpo todo está organizado de manera temporal. En el reino animal cada especie tiene sus actividades temporalizadas, cada función en el cuerpo está temporalizada para optimizar las fuentes de energía, y es que en el cuerpo no todo trabaja al mismo tiempo, esa es la función del reloj del cerebro, organizar el cuerpo.

La comida, el otro estímulo
Según las últimas investigaciones, una de ellas la que se realiza en el Laboratorio de Biología de la Reproducción de la UV, se cree que otro signo que ajusta el reloj biológico del cuerpo es la comida.

“Una de las cosas que hemos aprendido últimamente es que antes de comer el cuerpo está listo para digerir comida, si el cuerpo no está listo, el metabolismo del proceso de digestión no es bueno. El reloj circádico es el que determina el momento en el que se debe liberar una hormona que es importante en el proceso digestivo (la grelina) y esto pasa incluso antes de que uno tenga la sensación de hambre, es decir, el cuerpo se prepara desde antes para recibir los alimentos”.

La investigación en el IIB
El proyecto de investigación que se realiza en el laboratorio de Biología de la Reproducción del IIB fue aprobado por los Institutos de Salud de los Estados Unidos para los próximos cinco años y consiste en estudiar los ciclos circádicos de los conejos.

“Los conejos son un excelente sistema para estudiar las señales de la comida porque reaccionan de manera muy exagerada a la hora de comer. De manera natural, estos animales son alimentados una vez al día, a diferencia de otras especies, y el periodo de lactancia es de apenas dos o tres minutos, tiempo en el que las crías ingieren hasta una tercera parte de su peso en comida. Poco antes de la llegada de la madre para alimentarlos, las crías tienen una actividad motora muy importante. En este caso, el alimento es el estímulo, aquí la luz no es un estímulo externo porque los conejos mantienen los ojos cerrados aproximadamente 10 días después de nacer”, dijo la investigadora.

El objetivo de la investigación es determinar qué mecanismos cerebrales se activan para que los conejos puedan predecir la cercanía de la hora de alimentarse y su cuerpo se prepare para recibir el alimento.

Para Rae Silver, el estudio del reloj que controla las ciclos circádicos es sumamente interesante, ya que en la actualidad se sabe cuáles son los genes responsables de los cambios diarios, su localización en el cerebro, cuáles son las respuestas fisiológicas y de conducta que se ven afectadas, y es un sistema que se puede estudiar desde el nivel de eventos moleculares que se dan por la activación de genes hasta el de comportamiento del individuo, y aseguró que es difícil encontrar un sistema que pueda ser estudiado en tantas maneras diferentes.

“También sabemos que hay desórdenes asociados, hay familias que tienen una mutación en genes que provoca que las personas duerman muy temprano y despierten muy de madrugada. Además de las implicaciones clínicas y médicas que esto tiene, hay otras de carácter social y psicológico, pues sufren de depresión porque no tienen actividad de tipo social”.