Los
genes que controlan el reloj biológico de los seres humanos
son exactamente iguales a los de conejos y de todos los animales,
incluso al de las moscas, por lo que es posible hacer experimentos
sobre el funcionamiento de este reloj interno que regula las funciones
del cuerpo en animales y equiparar los resultados con los que se
tendrían en humanos, según Rae Silver, investigadora
del Departamento de Psicología de la Universidad de Columbia.
La especialista norteamericana está ofreciendo asesoría
en el Laboratorio de Biología de la Reproducción del
Instituto de Investigaciones Biológicas (IIB), en un proyecto
sobre el funcionamiento de los ritmos circádicos del reloj
biológico en conejos, a cargo del investigador de la UV,
Mario Caba Vinagre, que cuenta con el financiamiento de los Institutos
de Salud de los Estados Unidos para los próximos cinco años.
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Rae Silver. |
“Los ciclos circádicos son dictados por el cerebro y
son endógenos, independientes de los estímulos ambientales.
Cuando se tiene el estímulo ambiental, en este caso la luz,
el reloj se vuelve a ajustar al horario local, pero sin el estímulo
externo el reloj corre de acuerdo al ritmo endógeno, que también
tiene una duración de 24 horas aproximadamente”
Añadió que la duración de los periodos del reloj
de cada persona “puede tener ciertas variaciones (el ejemplo
más básico es que hay gente que necesita dormir más
o dormir menos), pero básicamente son iguales, genéticamente
está determinado en la especie, nuestros relojes del cerebro
necesitan los mismos estímulos para sincronizarse”.
Rae Silver aseguró que en el cuerpo todo está organizado
de manera temporal. En el reino animal cada especie tiene sus actividades
temporalizadas, cada función en el cuerpo está temporalizada
para optimizar las fuentes de energía, y es que en el cuerpo
no todo trabaja al mismo tiempo, esa es la función del reloj
del cerebro, organizar el cuerpo. La
comida, el otro estímulo
Según las últimas investigaciones, una de ellas la
que se realiza en el Laboratorio de Biología de la Reproducción
de la UV, se cree que otro signo que ajusta el reloj biológico
del cuerpo es la comida.
“Una de las cosas que hemos aprendido últimamente es
que antes de comer el cuerpo está listo para digerir comida,
si el cuerpo no está listo, el metabolismo del proceso de
digestión no es bueno. El reloj circádico es el que
determina el momento en el que se debe liberar una hormona que es
importante en el proceso digestivo (la grelina) y esto pasa incluso
antes de que uno tenga la sensación de hambre, es decir,
el cuerpo se prepara desde antes para recibir los alimentos”.
La
investigación en el IIB
El proyecto de investigación que se realiza en el laboratorio
de Biología de la Reproducción del IIB fue aprobado
por los Institutos de Salud de los Estados Unidos para los próximos
cinco años y consiste en estudiar los ciclos circádicos
de los conejos.
“Los conejos son un excelente sistema para estudiar las señales
de la comida porque reaccionan de manera muy exagerada a la hora
de comer. De manera natural, estos animales son alimentados una
vez al día, a diferencia de otras especies, y el periodo
de lactancia es de apenas dos o tres minutos, tiempo en el que las
crías ingieren hasta una tercera parte de su peso en comida.
Poco antes de la llegada de la madre para alimentarlos, las crías
tienen una actividad motora muy importante. En este caso, el alimento
es el estímulo, aquí la luz no es un estímulo
externo porque los conejos mantienen los ojos cerrados aproximadamente
10 días después de nacer”, dijo la investigadora.
El objetivo de la investigación es determinar qué
mecanismos cerebrales se activan para que los conejos puedan predecir
la cercanía de la hora de alimentarse y su cuerpo se prepare
para recibir el alimento.
Para Rae Silver, el estudio del reloj que controla las ciclos circádicos
es sumamente interesante, ya que en la actualidad se sabe cuáles
son los genes responsables de los cambios diarios, su localización
en el cerebro, cuáles son las respuestas fisiológicas
y de conducta que se ven afectadas, y es un sistema que se puede
estudiar desde el nivel de eventos moleculares que se dan por la
activación de genes hasta el de comportamiento del individuo,
y aseguró que es difícil encontrar un sistema que
pueda ser estudiado en tantas maneras diferentes.
“También sabemos que hay desórdenes asociados,
hay familias que tienen una mutación en genes que provoca
que las personas duerman muy temprano y despierten muy de madrugada.
Además de las implicaciones clínicas y médicas
que esto tiene, hay otras de carácter social y psicológico,
pues sufren de depresión porque no tienen actividad de tipo
social”.
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