El canal de la Zamorana arroja al manglar aguas residuales de la ciudad,
dejándole al manglar el papel natural de fosa de sedimentación
y oxidación (quehacer que le corresponde a una planta de tratamiento
de aguas residuales), mientras que el canal de Dos Bocas vierte agua
a alta temperatura que, en opinión de los pescadores, acaba
con una gran variedad de peces.
La
importancia del Manglar de Boca del Río
Los manglares, también llamados bosques hidrófilos,
son ecosistemas importantes que proveen elevados servicios ambientales:
tienen una alta producción de materia orgánica, producen
biomasa vegetal aprovechable y productos maderables; protegen la
costa contra la erosión, las marejadas, tormentas y huracanes
y funcionan como “pulmones” del medioambiente porque
producen oxígeno y usan el bióxido de carbono del
aire.
El manglar de Arroyo Moreno es una planta natural de tratamiento
para aguas servidas de la zona conurbada y protege a los pobladores
de tormentas e inundaciones, independientemente de su belleza escénica.
Su dinámica depende mucho de las características del
agua que arroja el río Jamapa, está formado por depósitos
constantes de sedimentos de origen terrestre acarreados por el río
con una gran cantidad de materia vegetal que nutre al Arroyo Moreno.
Cuando el Jamapa arrastra sieno, plantas, contaminantes agrícolas,
materia orgánica suspendida que puede ser degradable o biodegradable,
se altera su estado: “de manera que cuando modificamos la
parte alta de la cuenca del río se afecta lo que sucede en
las partes bajas del ecosistema”, apuntó Virgilio Arenas.
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El
manglar es declarado Área Natural Protegida
El 25 de octubre de 1999 el gobierno del estado decretó la
zona de Arroyo Moreno como Área Natural protegida (ANP),
bajo la modalidad estatal de Área de Conservación
Ecológica. Aunque atinada, según algunos ecólogos,
la decisión llegó tarde, si bien Jorge López
Portillo, del Instituto de Ecología (Inecol), en
el manglar “no hay todavía un gran impacto natural
negativo, es manejable y remediable”.
Aunque han existido iniciativas para la protección de la
zona desde 1996, es hasta 2001 cuando se empezaron a tomar medidas
en contra de la deforestación y a favor del repoblamiento
de diversas especies.
Este ecosistema, junto con el Sistema Arrecifal Veracruzano, es
de un enorme valor ecológico y económico para la región,
dice Arenas Fuentes, principalmente porque “representa el
último reducto del manglar con al menos 269 especies de fauna;
es un hábitat crítico en etapas iniciales de desarrollo
de peces, crustáceos y moluscos, al igual que de diversas
aves migratorias y estacionarias; provee importantes servicios ambientales
y representa un enorme potencial para actividades de investigación
científica, educativas y ecoturísticas”.
Múltiples
instancias, distintas voces
Cuando el Ayuntamiento de Boca del Río consideró necesario
desarrollar un plan de manejo que pasara del decreto a la acción,
varias instancias gubernamentales entraron en juego. Las autoridades
municipales se reúnen con representantes de la Universidad
Veracruzana y el Instituto de Ecología, entre otras instituciones,
y se decide que el Centro de Ecología y Pesquerías
de la UV asumiera el liderazgo para crear el Plan de Manejo.
Al visitar la Casa de la Universidad Vecinos del Manglar, el gobernador
Fidel Herrera encomendó a la UV elaborar el plan de manejo,
custodia y restauración de manglares veracruzanos. En esa
ocasión señaló que “la custodia, restauración
ecológica, investigación y monitoreo permanente de
la calidad ambiental de más de 240 hectáreas de manglar,
serán consideradas por la Universidad Veracruzana para la
creación del Programa de Manejo del Área Natural Protegida
Arroyo Moreno, que convertirá la protección en un
ejemplo de conservación ambiental”.
El programa y dictamen técnico ya está concluido al
100 por ciento y entregado. “Lo más importante es que
el programa no sea sólo una propuesta en papel, sino que
permita a las instancias involucradas asumir compromisos específicos”,
comentó el director del Centro de Ecologías y Pesquerías.
La
contaminación del basurero municipal
Durante 20 años, Boca del Río mantuvo su basurero
municipal en la zona del manglar, a cielo abierto y sin membrana
debajo con todos las predisponentes para la contaminación.
Aunque ya lo cerró, a lo largo de los años la materia
orgánica se ha ido degradando, algunos materiales como metales
probablemente son lixiviados y debieron haber afectado el PH o LH
del agua alrededor. Ahora es necesario hacer un estudio del grado
de contaminación vigente y los procesos de lixiviacion que
se siguen dando, para tomar las medidas necesarias contra los flujos
contaminantes.
Juan Manuel Zuzunaga, director municipal de Ecología, dijo
que con el programa federal Habitat 2005 se iniciará la primera
etapa de saneamiento del antiguo basurero.
“Se hará un rescate biológico por medio de remediación
de suelos; para 2006 se proseguirá con estabilización
del suelo con microorganismos, lo que permitirá una reducción
del 60 por ciento de la cantidad de materia orgánica, lixiviados
y biogases que aún emite, y para 2007 se tiene contemplado
acabar con el programa compactando el terreno a través de
un tablado estacado perimetral en una zona de dos hectáreas
que podrán luego ser utilizadas como áreas recreativas
o parques”.
Cambio
de uso de suelo
El investigador universitario Virgilio Arenas alerta que "existe
una confusión sobre la protección de los manglares
porque en la toma de decisiones no queda claro qué acciones
pertenecen a la federación, hasta dónde interviene
la Comisión Nacional del Agua, hasta dónde llega el
involucramiento de los municipios y la ingerencia del gobierno del
estado".
Grupos ecologistas manifestaron su inconformidad por la devastación
de los manglares como la ocurrida en la reciente construcción
del Fraccionamiento El Dorado, donde se deforestaron 13 hectáreas
de manglares para desarrollos habitacionales de lujo, en un sitio
que era zona de reproducción de crustáceos.
Por otra parte, el régimen ejidal de tenencia de la tierra
plantea un complicado contexto. Jorge López Portillo, del
Inecol, señala que "los títulos de propiedad
ejidal estuvieron mal dados porque las zonas inundables no se repartían,
solo aquellos terrenos útiles para el cultivo". Además,
la Ley General de Bienes Nacionales indica que todo terreno por
arriba del nivel máximo de embalse es propiedad federal.
Este mes, los ejidatarios acudieron con el gobernador Fidel Herrera
a respaldar los esfuerzos por conservar y rescatar la zona. Encabezados
por Alberto Castillo Jiménez, los propietarios conformaron
una sociedad de solidaridad social para impulsar un proyecto ecoturístico
en una extensión de 12 hectáreas.
La
Casa de la Universidad y los Manglatones
La Casa de la Universidad nació como un espacio de encuentro
entre los vecinos del Manglar, la comunidad universitaria y autoridades
gubernamentales, estatales y municipales, para fomentar la interacción
e integración solidaria de los habitantes de las diferentes
colonias aledañas al centro comunitario y crear un ámbito
para el encuentro de saberes.
Los vecinos del Manglar pronto se unieron a las campañas
educativas, de salud y de educación ambiental que promueve
la UV. Para reflexionar sobre la importancia del cuidado del entorno
y proponer acciones para su preservación, se realizan periódicamente
los denominados Manglatones, jornadas intensas a las que
asisten los ciudadanos, grupos ecologistas, autoridades y universitarios.
Por grupos de edad, la comunidad se ha organizado para defender
el medio ambiente y tienen nombres para identificarse: Polencillos
del manglar (niños de preescolar), Pistilos
(primaria), Retoños (secundaria), Guardianes
(bachillerato) y Halcones del Manglar (estudiantes de la
UV) que, en total, suman 84 activistas, a quienes se han unido las
Manos del Manglar (amas de casa).
Luego de casi año y medio, 12 manglatones y más
de 50 mil horas de trabajo, los Vecinos del Manglar destacaron cuatro
metas alcanzadas: “crear una conciencia colectiva sobre el
cuidado y la preservación del medio ambiente, lograr el protagonismo
de los actores de la comunidad en la toma de decisiones y ser gestores
ante las autoridades correspondientes, el empoderamiento de las
mujeres del Manglar y formar un importante capital social con los
grupos organizados”.
Ahora trabajan sus propias propuestas: adoptar modelos de comportamiento
ambiental responsable, no abusar del gasto de luz y el agua y no
tirar basura fuera de su lugar; adquirir productos que no contaminen
ni dañen la capa de ozono; leer las instrucciones de uso
de detergentes y plaguicidas; reciclar la basura; preferir la gasolina
sin plomo, no adquirir animales silvestres, depositar los desperdicios
en los sitios correctos, hacer del conocimiento de las autoridades
acciones que atenten contra el ambiente y de manera específica
contra el manglar y procurar pertenecer a una organización
ambiental.
Para el
vicerrector Emilio Zili Debernardi, los Manglatones “buscan
fomentar un proceso de análisis y reflexión de la enorme
biodiversidad de que disfrutamos, en el marco de un programa que los
propios integrantes de la comunidad del Manglar han venido impulsando
con el apoyo de la Universidad Veracruzana”.
El manglar, señala, puede ser el ombligo verde de la zona conurbada
si cada una de las autoridades y la sociedad civil organizada asumen
su papel en ese sentido. “Las acciones que deben tomarse para
remediar los daños y conservar los hábitat naturales
no pueden retrasarse más, cada ciudadano es responsable del
medio ambiente y es una tarea individual que finalmente se vuelve
colectiva; con la participación de los gobiernos, las industrias,
los organismos no gubernamentales y todos y cada uno de nosotros,
podremos conservar mejor el lugar donde vivimos, por eso es encomiable
la labor que llevan a cabo los vecinos del Manglar”. |