Año 6 • No. 202 • noviembre 21 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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La UV apoya a productores del norte del estado
Buscan cura contra el virus
de la tristeza en los cítricos
Juan Carlos Plata
Tuxpan, Ver.- La Facultad de Ciencias Biológicas de la UV en la región Poza Rica-Tuxpan, a través de la carrera de Ingeniero Agrónomo, busca generar nuevos patrones de naranja que sean resistentes al virus de la tristeza en cítricos (CTV), enfermedad considerada como la más importante a nivel mundial, aseguró el director de la carrera, Julio César González Cárdenas.

Bautizado así en los años treinta para describir un síntoma de los cítricos consistente en un rápido declinamiento, este síndrome se asoció en 1946 a un virus transmitido por áfidos denominado “Tristeza de los cítricos” (CTV); el declinamiento se da porque el virus ataca principalmente los tejidos conductores de la planta.

“El trabajo que estamos haciendo en la Facultad surgió a partir de la inquietud de los productores agrícolas de la zona por la enfermedad; la asociación de citricultores le propuso a la Facultad de Ciencias Biológicas trabajar coordinadamente en la búsqueda de alternativas de producción más resistentes”, aseguró González Cárdenas.

La facultad tiene habilitada una superficie de dos hectáreas para el proyecto de investigación, y ahí se están estudiando diferentes variedades de cítricos: “tenemos contemplados siete patrones –injertos que mejoran la resistencia– de los cítricos que más se producen en la región y se va a evaluar su desempeño y resistencia ante la enfermedad”.

La inquietud de los productores se debe a que la naranja que más se produce en el norte del estado es el naranjo agrio o cucho, y precisamente esta variedad de cítricos es la más susceptible de sufrir el virus de la tristeza, incluso en Chile se prohibió el injerto de naranjo dulce con el agrio para evitar que esta enfermedad llegara a los campos de producción.

“Este virus acabó con la mayor parte de la producción agrícola de Brasil hace algunos años, y se cree que en la región norte del estado ya se tiene esta enfermedad. Lo que ha detenido su propagación es que aquí hay una muy baja incidencia de una especie de insecto, conocido como pulgón, que transmite el virus, ya que llega a una planta enferma, succiona la savia y al momento de ir a otra planta sana y clavar su estilete, la contagia”.

La finalidad de la investigación es que los productores de la región sepan que hay otros patrones con los que se puede tener una buena producción. “Hemos encontrado cierta resistencia de los productores a cambiar sus plantaciones de naranjo agrio por miedo a que la nueva opción no sea tan rentable como la que ya manejan, por lo que la investigación también incluye estudios de viabilidad de producción de los patrones que estamos produciendo”.

González Cárdenas explicó que la idea de la parcela demostrativa es poder ofrecer a los productores citrícolas de la región alrededor de 39 combinaciones diferentes de los cítricos que más se producen en la región, y aseguró que ya se tienen variedades como las naranjas Mónica y Valencia con un patrón tolerante a la enfermedad.

“En la parcela de la facultad estamos trabajando naranja, toronja y mandarina con diferentes patrones, que son algunos de los que ya han sido utilizados en otros lugares, como California (una zona mundialmente conocida por su producción de cítricos) o Brasil”.

Los primeros síntomas externos de las plantas afectadas por el virus de la tristeza son: hojas de coloración verde opaca, clorosis de la nervadura central, consistencia coriácea y caída de las hojas. La planta, a partir del segundo año después de la infección comienza a mostrar pérdida de vigor.

Todos estos síntomas son consecuencia de la acción del virus, que afecta los vasos conductores y sus células acompañantes; al perder turgidad, los conductores se aplastan produciendo hipertrofia, lo que acarrea falta de agua y de nutrientes en la zona radicular.

El virus de la tristeza es un miembro del grupo de los closterovirus que se caracterizan por tener partículas filamentosas de dos mil nanómetros de largo y 30 nanómetros de ancho, que se diseminan en la naturaleza mediante áfidos vectores. El virus presenta varias razas diferenciadas por sus características serológicas y severidad de ataque.
 
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