Año 6 • No. 202 • noviembre 21 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Los huracanes, desórdenes provocados por el hombre
Imposible, revertir cambio climático sin afectar comodidad e intereses económicos
Ricardo Luna

Carlos Gay.
La contaminación provocada por las actividades humanas, especialmente por el uso intensivo de combustibles fósiles, es la causa principal del cambio climático y el calentamiento global, señaló Carlos Gay, director del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Dijo que en las últimas décadas, la emisión de siete mil millones de toneladas de bióxido de carbono (CO2) a la atmósfera –uno de los gases más contaminantes que existen– ha agravado el problema, ya de por sí significativo, que representaban los 750 mil millones de toneladas preexistentes.

“La temperatura en la tierra se ha elevado vertiginosamente en las últimas décadas, y los modelos apuntan a que seguirá esa tendencia, lo que no representa sólo que hará más calor, sino que las alteraciones climáticas que provoque este calentamiento serán desastrosas”, apuntó en Xalapa el investigador de la UNAM.

De hecho, aseguró que los huracanes Emily, Katrina, Stan y Wilma, que literalmente devastaron ciudades enteras de Estados Unidos, México, Guatemala y El Salvador, entre otros países, son en gran medida resultado de los desórdenes ambientales causados por el hombre.

Invitado por el Centro de Ciencias de la Tierra de la UV, con quien la UNAM lleva un programa de maestría en Ciencias Atmosféricas, el investigador Carlos Gay explicó las afectaciones que provoca la emisión de CO2 y otros contaminantes como metano y óxido nitroso.

El cambio climático se está reflejando en las variaciones de la circulación atmosférica y oceánica, en el nivel de los mares, en la intensidad y distribución de las precipitaciones y en el volumen de los hielos, y habló de las alternativas “posibles, pero poco probables”.

“Conocemos la solución al problema (bajar los índices de emisiones contaminantes), pero sabemos que las industrias y nosotros mismos dependemos de los combustibles fósiles; reducir las emisiones provocaría una disminución de los beneficios a las empresas, al crecimiento económico de los que más tienen y, sobre todo, de nuestro propio confort”.

Se preguntó entonces si estaríamos dispuestos a dejar de usar el automóvil, el calentador del baño, la estufa o dejar de comprar productos industrializados, producto de las actividades de fábricas que generan alimentos, autos, textiles, metales y una gran cantidad de artículos o materiales para el hombre.

A ese problema, añadió a la deforestación y la ganadería como elementos potenciales para la generación de un calentamiento global, lo que complica el panorama.

No obstante, aseguró que la oportunidad para los universitarios radica precisamente en inventar soluciones a este problema, y una vez que existan, hacer todo lo posible por echarlas a andar: “Estamos hablando de paneles de energía solar, energía eólica, de instrumentos que ahorren agua, de autos eléctricos, de reciclaje de desechos y otros, esa es nuestra oportunidad”.
 
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