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Los
huracanes, desórdenes provocados por el hombre
Imposible, revertir cambio climático sin afectar comodidad
e intereses económicos
Ricardo Luna |
Carlos
Gay. |
La contaminación
provocada por las actividades humanas, especialmente por el uso intensivo
de combustibles fósiles, es la causa principal del cambio climático
y el calentamiento global, señaló Carlos Gay, director
del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
Dijo que en las últimas décadas, la emisión de
siete mil millones de toneladas de bióxido de carbono (CO2)
a la atmósfera –uno de los gases más contaminantes
que existen– ha agravado el problema, ya de por sí significativo,
que representaban los 750 mil millones de toneladas preexistentes.
“La temperatura en la tierra se ha elevado vertiginosamente
en las últimas décadas, y los modelos apuntan a que
seguirá esa tendencia, lo que no representa sólo que
hará más calor, sino que las alteraciones climáticas
que provoque este calentamiento serán desastrosas”, apuntó
en Xalapa el investigador de la UNAM.
De hecho, aseguró que los huracanes Emily, Katrina, Stan
y Wilma, que literalmente devastaron ciudades enteras
de Estados Unidos, México, Guatemala y El Salvador, entre otros
países, son en gran medida resultado de los desórdenes
ambientales causados por el hombre.
Invitado por el Centro de Ciencias de la Tierra de la UV, con quien
la UNAM lleva un programa de maestría en Ciencias Atmosféricas,
el investigador Carlos Gay explicó las afectaciones que provoca
la emisión de CO2 y otros contaminantes como metano y óxido
nitroso.
El cambio climático se está reflejando en las variaciones
de la circulación atmosférica y oceánica, en
el nivel de los mares, en la intensidad y distribución de las
precipitaciones y en el volumen de los hielos, y habló de las
alternativas “posibles, pero poco probables”.
“Conocemos la solución al problema (bajar los índices
de emisiones contaminantes), pero sabemos que las industrias y nosotros
mismos dependemos de los combustibles fósiles; reducir las
emisiones provocaría una disminución de los beneficios
a las empresas, al crecimiento económico de los que más
tienen y, sobre todo, de nuestro propio confort”.
Se preguntó entonces si estaríamos dispuestos a dejar
de usar el automóvil, el calentador del baño, la estufa
o dejar de comprar productos industrializados, producto de las actividades
de fábricas que generan alimentos, autos, textiles, metales
y una gran cantidad de artículos o materiales para el hombre.
A ese problema, añadió a la deforestación y la
ganadería como elementos potenciales para la generación
de un calentamiento global, lo que complica el panorama.
No obstante, aseguró que la oportunidad para los universitarios
radica precisamente en inventar soluciones a este problema, y una
vez que existan, hacer todo lo posible por echarlas a andar: “Estamos
hablando de paneles de energía solar, energía eólica,
de instrumentos que ahorren agua, de autos eléctricos, de reciclaje
de desechos y otros, esa es nuestra oportunidad”. |
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