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Edgar
Onofre (Fotos: César Pisil)
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El
23 de abril, aniversario luctuoso de Miguel de Cervantes, en Alcalá
de Henares, el Rey Juan Carlos de España entregará al
escritor veracruzano Sergio Pitol el Premio Cervantes. Con ese trascendente
acto, Pitol se unirá a otros dos autores mexicanos que han
sido depositarios del considerado Nobel de las letras hispánicas:
Octavio Paz y Carlos Fuentes.
Aturdido, asombrado y feliz, el narrador, traductor, ensayista y catedrático
de la Universidad Veracruzana recibió muy temprano el jueves
pasado, de voz de Carmen Calvo, ministra de Cultura del Gobierno de
España, la noticia de su designación. |
A
las siete y media de la mañana del pasado jueves, después
de recibir en su casa del centro de Xalapa una llamada telefónica
desde Madrid, el escritor Sergio Pitol Deméneghi se convirtió
en el primer veracruzano en conquistar tierras ibéricas…
al menos en términos literarios.
Ni cuando era niño, estaba enfermo y leía en su cama
a Julio Verne –cerca del Ingenio El Potrero, en Córdoba,
Veracruz– y “ni siquiera ayer por la noche” hubiera
imaginado lo que sucedió: por la mañana recibió
una llamada, confundió el teléfono con el despertador
y la voz de Carmen Calvo, ministra de Cultura del gobierno español,
le preguntó:
- “¿Es usted Sergio Pitol? Le llamo para informarle que
tiene usted el (premio) Cervantes”. |
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El
próximo 23 de abril, en Alcalá de Henares, en el aniversario
luctuoso de Miguel de Cervantes Saavedra, el Rey Juan Carlos de España
entregará a Sergio Pitol el premio referido, considerado como
el Nobel de las letras hispánicas incluso por el propio autor
del El arte de la fuga, El viaje y El Mago de Viena, sus
dos últimas novelas: “Es el mayor premio. No hay nada
por encima del Cervantes”, decía a la prensa que, poco
a poco, invadió la sala de su casa en el centro de Xalapa.
“Me siento aturdido, asombrado, pero feliz”, comentó.
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Cinco minutos después de la primera impresión, comenzó
una interminable sucesión de llamadas de la prensa española
y mexicana, de viejos amigos de la época en que fungió
dentro del servicio diplomático, de otros escritores y de familiares.
Mientras los teléfonos de su casa no dejaban de sonar, la prensa
local hacía antesala en el vestíbulo para robarle por
cinco minutos algunas impresiones del momento. “No sabía
si aún estaba soñando o si alguna de mis amigas me jugaba
una broma. Luego sentí una felicidad inmensa, porque parecía
algo casi imposible llegar al Cervantes, el premio más alto,
el Nobel de la lengua castellana”.
Por la casa del escritor, investigador y profesor de literatura de
la Universidad Veracruzana (UV), corrían sus asistentes para
avisarle de una y otra llamada del embajador de España, del
periódico español El País, del diario
mexicano La Jornada, mientras Pitol se disculpaba por las
interrupciones y la espera y posaba divertido para los fotógrafos.
“Ahora, una de triunfador”, dijo, mientras levantaba los
brazos y sonreía. Para la sesión de fotos eligió,
de entre todos los posibles, un libro de Miguel de Cervantes: ”Es
mágico. Llevo todo el año estudiando El Quijote
y otras de sus obras y me toca el Cervantes”. |
Veracruzano
cien por ciento |



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Con
el mismo espíritu con que anunció la donación
a su muerte de su biblioteca particular a la Universidad Veracruzana,
justo cuando esta casa de estudios le confirió en 2003 el grado
de Doctor Honoris Causa, Sergio Pitol aseguró que el premio
no es sólo suyo: “También es para Veracruz. En
esta casa he vivido 14 años y en ella he escrito mis mejores
obras. El entorno de Veracruz está siempre ahí”.
Según ha referido en numerosas ocasiones, nació en Puebla
por un accidente: “Mi madre fue a visitar a un médico
que le recomendaron y en ese momento nací, pero toda mi vida,
la niñez, la adolescencia, las he vivido en Córdoba.
Mi familia es de Córdoba y Huatusco desde muchas generaciones:
somos veracruzanos desde nuestros abuelos”.
Hasta la noche del miércoles, Pitol Deméneghi disputaba
al catalán Juan Marsé, el uruguayo Mario Benedetti y
el peruano Alfredo Bryce Echenique la posibilidad de llevarse el máximo
galardón de las letras españolas y, al mediodía
de ese mismo jueves, al menos Benedetti ya había felicitado
mediante la prensa internacional al escritor mexicano.
Aunque el cuentista, novelista, ensayista, traductor y otrora diplomático
se inscribe en las páginas de la historia de la literatura,
él mismo aclaró: “Lo único que quiero es
vivir como siempre: sedentario, escritor y no convertirme en una figura
estatuaria. Sólo quiero vivir con las mismas relaciones de
siempre”.
Junto con Octavio Paz y Carlos Fuentes, Pitol forma la tríada
de mexicanos que han obtenido este galardón, el cual también
ha sido recibido por otros grandes escritores como el argentino Jorge
Luis Borges, el colombiano Álvaro Mutis, el chileno Jorge Edwards,
el cubano Guillermo Cabrera Infante, el peruano Mario Vargas Llosa
y los españoles Francisco Umbral, José Hierro, Camilo
José Cela, Francisco Ayala y Miguel Delibes. |
Orgulloso,
sobre todo, del éxito de crítica y ventas que, en apenas
dos semanas, consiguió en España El Mago de Viena,
la última de sus novelas, Pitol agregó: “Considero
que tengo muchos lectores en España, porque publico en Anagrama.
Hace un mes presenté El Mago de Viena, el último
libro, y tuvo una crítica formidable en los periódicos
y la televisión. En las dos semanas que estuve ahí se
acabó la edición. Este libro cierra el tríptico
de El arte de la fuga y El viaje, y es lo más
radical que he escrito –pues ensaya un género que no
se ha hecho nunca en español, sobre todo en El Mago…,
una simbiosis entre crónica, historia, autobiografía,
novela y cuento–. Creo que muchos de los jóvenes escritores
de España, México y Sudamérica sienten que son
alumnos míos y creo que eso lo consideró el jurado”.
Al final, calculó que una parte importante del premio de 90
mil 180 euros (unos 100 mil dólares) que le corresponde lo
destinará a obras filantrópicas y considera que, como
el músico y poeta Agustín Lara, es uno de los veracruzanos
que ha conquistado de alguna manera tierras ibéricas: “Sí,
creo que soy el primer veracruzano conquistador de España,
literariamente hablando, por supuesto”. |
Sergio
Pitol,su
trayectoria |
Por
azar, Sergio Pitol Deménegui nació en Puebla en 1933
y, no obstante, afirma ser veracruzano, ya que su infancia y adolescencia
transcurrieron en el Ingenio de Potrero y en la ciudad de Córdoba.
Además, desde hace varios años radica en Xalapa, donde
se desempeña como investigador del Instituto de Investigaciones
Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana.
Reconocido por su trayectoria tanto en el ámbito de las letras
como en el campo de la difusión de la cultura mexicana, el
escritor realizó una larga travesía por países
como Italia, Francia, España, Mongolia, China, India y Turquía,
dado que fue nombrado en 1960 miembro del Servicio Exterior del Gobierno
Mexicano.
Ha sido agregado cultural de la Embajada de México en París;
consejero cultural de las embajadas de México en Varsovia,
Budapest y Moscú; subdirector de Asuntos Culturales de la Secretaría
de Relaciones Exteriores; director de Asuntos Internacionales del
Instituto Nacional de Bellas Artes y embajador de México en
Checoslovaquia. |
Su
producción literaria
Como traductor, se le reconoce como uno de los principales introductores
de la literatura polaca del siglo XX en español (Brandys, Gombrowicz,
Andrzejewski, Zeromsky) y también ha traducido en nuestra lengua
obras de Georgia Basani, Jane Austen, Henry James, Joseph Conrad,
Ford Madox Ford y Nabokov. A esta labor debemos sumar su trabajo como
catedrático en la Universidad de Bristol y en la UV, y como
colaborador de numerosas revistas, entre ellas Estaciones, Revista
de la Universidad, Revista de Bellas Artes y La palabra y el hombre;
de los suplementos “México en la cultura”,
“La cultura en México”, “Sábado”
y “La Jornada semanal”; y del diario Ovaciones.
Entre su producción destacan los libros de cuentos: Infierno
de todos (publicado por la UV en su colección Ficción),
Los climas y Nocturno de Bujara; las novelas El tañido
de una flauta, Juegos florales y el Tríptico del carnaval
–conformado por
El desfile del amor, Domar a la divina garza y La vida
conyugal–, y los ensayos La casa de la tribu,
Pasión por la trama y Adicción a los ingleses.
Sus obras han sido traducidas al checo, francés, italiano,
polaco y ruso. |
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Ha
recibido los premios “Rodolfo Goes” del INBA, por su
novela El tañido de una flauta (1973); La Palabra
y el Hombre de la UV por su cuento “Asimetría”
(1980); Xavier Villaurrutia por Nocturno de Bujara (1981)
y Herralde de Novela, por El desfile del amor (1985); el
premio de la Asociación de Cultura Europea de Polonia (1987),
el Nacional de Literatura (1993), el Premio Mazatlán (1996
y 1997) y el Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe “Juan
Rulfo” (1999). Forma parte de la Academia Mexicana de la Lengua
y la UV le confirió el doctorado Honoris Causa.
Reacciones ante
el Premio Cervantes conferido a Pitol
El Premio Cervantes se rinde anualmente como testimonio público
de admiración a la figura de un escritor que, con el conjunto
de su obra, ha contribuido a enriquecer el legado literario hispánico.
Los candidatos son presentados por las Academias de la Lengua Española,
los autores premiados en anteriores convocatorias, las instituciones
vinculadas a la literatura en lengua castellana y los miembros del
jurado.
Al mediodía del jueves, los escritores uruguayos Mario Benedetti
y Eduardo Galeano felicitaron mediante la prensa internacional al
escritor mexicano, mientras que en Xalapa, José Luis Rivas,
poeta, director de la Editorial de la UV, dijo: “El premio
Cervantes es el galardón más importante de la lengua
española y que un escritor veracruzano lo haya recibido es
todo un acontecimiento”. Aseguró que el premio es muy
merecido, pues el galardonado ha vivido “consagrado a la literatura
universal desde su juventud: Sergio Pitol encarna al prototipo del
escritor y, por lo tanto, es un ejemplo vivo y permanente para todos
los que tienen interés en el mundo de las letras y de la
cultura universal”.
El
poeta veracruzano Ramón Rodríguez, quien fundó
desde los tiempos de Sergio Galindo toda una tradición editorial
en la UV, aseguró que el reconocimiento de Pitol no es sólo
para este gran novelista cordobés, hoy académico e
investigador de esta institución, “sino para todos
nosotros, y para todo el orbe cultural de lengua española”.
Cabe señalar que la UV ha publicado muchas de sus traducciones
(trabajos que fueron determinantes para alcanzar esta distinción),
como Las puertas del paraíso de Jersey Andrzejewski
y El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad. |
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