Año 6 • No. 204 • diciembre 5 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Cuatro investigadores de la UV, a
la Academia Mexicana de Ciencias
Ricardo Luna/Edgar Onofre
Cuatro especialistas de la UV en diversas áreas del conocimiento fueron designados nuevos miembros de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), órgano que reúne a los más destacados científicos del país, de acuerdo con la información difundida por la propia AMC en su portal de Internet.

Félix Báez-Jorge.
En el área de Ciencias Exactas fue aceptado Alejandro Raúl Hernández Montoya, del Departamento de Física e Inteligencia Artificial, mientras que en Ciencias Naturales lo fue Pablo Pacheco Cabrera, del Instituto de Neuroetología (INE). En el área de Ciencias Sociales y Humanidades, los investigadores Félix Báez Jorge, del Instituto de Antropología, y Alberto Javier Olvera Rivera, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIHS) también se incorporaron a la AMC.

Para el historiador Félix Báez-Jorge, el nombramiento significa mayor responsabilidad con la Universidad: “Mi trayectoria académica y mis alumnos me obligan a dar un mayor rendimiento en mis investigaciones y mi trabajo de docencia. Además, tengo responsabilidad con el contexto social, donde vivo, porque no sólo se refiere a la entidad académica donde actúo sino al propio estado de Veracruz”.


Alberto Olvera Rivera.
Agregó que dicho nombramiento da la posibilidad de tener acceso a otros foros, a otros espacios de comunicación académica, como plataforma de lanzamiento para tener relaciones con entidades y colegas que no tenía. “La Academia te ayuda muchísimo para estos contactos y estos espacios que se van creando. También te crea la responsabilidad de proponer, construir nuevos conocimientos y proponer nuevas tendencias de investigación en tu ramo”.
Alberto Olvera Rivera, investigador y director del IIHS, aseguró que la distinción significa un reconocimiento a muchos años de trabajo en su disciplina. "Creo que los investigadores tenemos como una de nuestras aspiraciones tener el reconocimiento de nuestros pares y la pertenencia a la Academia Mexicana de la Ciencia es, sin duda, uno de los más altos honores que podemos tener".

A pesar de que, en su opinión, en el campo de las Ciencias Sociales no existe la cultura de buscar la pertenencia a este tipo de espacios, ser miembro de la AMC otorga reconocimiento y prestigio.

Dijo que la admisión a la AMC confiere “visibilidad nacional, lo cual es importante para los investigadores de provincia, dado que en el país tenemos una enorme concentración, centralización de la producción científica en la ciudad de México. Y para los investigadores de provincia resulta más complicado alcanzar visibilidad y reconocimiento nacionales. Así que, para nosotros es doblemente importante esta pertenencia a una sociedad de científicos como ésta”.

Para Alejandro Hernández Montoya, de Inteligencia Artificial, la admisión a la Academia es un reconocimiento a su propio trabajo y a la institución académica donde labora. “El ingreso a esta prestigiada institución no sólo es una distinción para el científico, también le significa reconocimiento a la entidad académica a la que pertenece porque prueba que en ésta se hace investigación científica competitiva”.

Agregó que si bien ha recibido varias distinciones nacionales e internacionales, el haber sido elegido miembro de la AMC resulta especial pues significa reconocimiento por parte de la comunidad científica del país, que lo califica como un científico productivo y de alto nivel. “Este reconocimiento me fue otorgado en el área de la Física y es un aliciente para continuar con mi labor de investigación científica y representar a mi Universidad dignamente”.

El fisiólogo Pablo Pacheco apuntó que la admisión a la Academia “estrechará lazos de carácter académico y científico con el resto de la comunidad del país, la cual es muy reducida en número y un tanto dispersa por las distancias”. Es también, dijo, una oportunidad para “estar al día con lo más novedoso en materia científica tanto del área de la fisiología como con el resto de las disciplinas de investigación
del país”.

El hecho de que académicos de la UV –una universidad relativamente joven en materia científica, al contrario de su tradición humanística– obtengan acceso a una academia nacional resulta importante porque podrán seguir muy de cerca el devenir de la ciencia en México y pertenecerán a la comunidad científica nacional.

La distinción a los cuatro investigadores de la UV como miembros activos de la Academia Mexicana de Ciencias se hará oficial durante el primer trimestre de 2006, en el inicio del año académico de la AMC.

La AMC es una asociación civil independiente y sin fines de lucro. Después de 45 años de vida, actualmente agrupa a mil 716 miembros de destacadas trayectorias académicas que laboran en diversas instituciones del país y el extranjero. Así, esta organización enlaza a científicos de muy diversas áreas del conocimiento bajo el principio de que la ciencia, la tecnología y la educación son herramientas fundamentales para construir una cultura que permita el desarrollo de las naciones, pero también el pensamiento independiente y crítico a partir del cual se define y defiende la soberanía de México.