Año 6 • No. 204 • diciembre 5 de 2005 Xalapa • Veracruz • México
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Le entregan la “Medalla Adolfo Ruiz Cortines”
Mi obra es producto de mi vida como universitario: Bonifaz Nuño
Edith Escalón
Rubén Bonifaz Nuño, uno de los creadores literarios más notables de Veracruz, protagonista de la vida académica y cultural mexicana, intelectual, poeta, ensayista, promotor y conocedor profundo de las culturas clásicas y prehispánicas, fue distinguido el sábado pasado con la Medalla “Adolfo Ruiz Cortines”, galardón que le fue entregado en un acto realizado en el Palacio Legislativo donde se reunieron los diputados locales, y al que asistieron funcionarios e intelectuales.

El maestro Bonifaz recibió la Medalla de manos del gobernador Fidel Herrera Beltrán.
La propuesta de entregar al intelectual cordobés la máxima presea que otorga el estado a quienes han impulsado su grandeza, fue presentada a la LX Legislatura del Congreso del Estado por el gobernador Fidel Herrera y por el rector Raúl Arias Lovillo, y fue respaldada por un centenar de literatos, científicos, investigadores y académicos de la máxima casa de estudios, entre ellos narradores, poetas, críticos y profesores en el campo de la lengua y la literatura.

Conmovido hasta las lágrimas, el maestro Bonifaz recibió de manos del gobernador veracruzano la medalla que, según sus palabras, “resulta para mí más honrosa que cuanto yo pudiera decir, pues incrementa en mí dos sentimientos para seguir viviendo: el de ser mexicano y el de ser patriota”.

El Rector de la UV convivió con el homenajeado en la ceremonia.
En su discurso, recordó cómo en los años de la presidencia de Adolfo Ruiz Cortines eran inusuales las expresiones transparencia, estado de derecho, redición de cuentas, democracia, que hoy se repiten hasta la impaciencia, y en un ejercicio crítico, como corresponde a un intelectual de su estatura, explicó:

“Entonces no había necesidad alguna de invocar la transparencia porque todo era diáfano; de llamar al Estado de Derecho cuando la puntual aplicación de la ley nos daba seguridad; de hablar de rendición de cuentas porque las cuentas se rendían entonces continua y cabalmente de manera auténtica”.
Añadió que en esos tiempos eran sólidas e inamovibles las tres columnas que durante largos años sustentaron el valor de la humanidad: el concepto de la patria, la separación absoluta de Iglesia y Estado, y la defensa contra las insidias imperialistas de los Estados Unidos, y lamentó que en nuestros días, estas columnas ya no existan: “En la ciénega de mentiras que ahora nos sumergimos todavía resuena la verdad de Adolfo Ruiz Cortines”.  

La Medalla “Adolfo Ruiz Cortines” es la máxima presea que otorga el estado de Veracruz.
Ante todo, un universitario
El galardonado reconoció que fue la Universidad la que le dio la oportunidad de ejercer su vocación académica: “mi obra es producto de mi vida como universitario; y el de profesor es el papel principal que he podido tener en la vida”, dijo el poeta, quien creció en las aulas de la Universidad Nacional, y se consolidó en las de muchas otras instituciones de educación superior.

En torno a la iniciativa de la UV que hizo posible otorgarle esta presea, el homenajeado comentó: “la Universidad Veracruzana siempre me ha protegido y me ha admitido como hijo suyo, de eso siempre me he enorgullecido”, y añadió que sus lazos con la UV se estrechan aún más a través de su Museo de Antropología, donde ha estudiado a México, especialmente a la cultura olmeca.

Bonifaz Nuño, maestro de generaciones, siempre cercanos a los jóvenes, no perdió la oportunidad de dirigirse a los jóvenes universitarios, a quienes pidió que defiendan la patria que constantemente está siendo asaltada por un conjunto de fuerzas negativas: “ustedes tienen la obligación de defender nuestro país como en alguna ocasión lo hicimos los que ahora somos viejos”.

La defensa consiste en vivir honradamente, en no buscar provechos a costa de los demás y tratar de hacer que México sea un país independiente, que no admita colonizaciones de los más poderosos; consiste en impedir que se rompan las leyes de la República: “lo principal para un mexicano, es vivir de acuerdo con la ley constitucional”.

Una vida de apetecibles frutos
Rubén Bonifaz Nuño, uno de los creadores literarios más notables de Veracruz, singular protagonista de la vida académica y cultural de nuestro país, intelectual, poeta, ensayista, promotor y conocedor profundo de las culturas prehispánicas, fue distinguido el sábado pasado con la Medalla “Adolfo Ruiz Cortines”, la máxima presea que otorga el estado a quienes han procurado impulsar con sus acciones la grandeza de la entidad.

El espíritu ilustrado de Bonifaz Nuño, nacido en Córdoba en 1923, lo llevó a ser reconocido como uno de los creadores literarios más notables que han nacido en tierra veracruzana. Se recibió como abogado en la UNAM en 1950, y estudió la maestría y el doctorado en Letras clásicas, obedeciendo a su vocación por la literatura.

Ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua en 1963 y es miembro de El Colegio Nacional (desde 1972) y de la Academia Latinitati Inter Omnes Gentes Fovendae de Roma.

Fue becario de la primera promoción del Centro Mexicano de Escritores. Ha recibido varias distinciones, entre ellas el Premio Nacional de Letras (1974), la Orden del Mérito de la República Italiana en grado de Comendador (1977), el Diploma de Honor en el XXXII Certamen Capitolino de Roma (1981) –el primero otorgado a un escritor de lengua española–, el Premio Latinoamericano de las Letras “Rafael Heliodoro Valle” (1984), la beca Guggenheim (1984-1985) por realizar investigaciones sobre puntos fundamentales de la iconografía azteca, y el Premio “Jorge Cuesta”.

Su labor académica ha sido reconocida con doctorados Honoris Causa por la Universidad de Colima, la UNAM y la UV. Además, se ha desempeñado como director de publicaciones, coordinador de Humanidades y director del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.

Su pluma le ha llevado a tener un lugar preferente como colaborador en los principales periódicos y revistas de México, es autor de una prolífica obra literaria, traducida a otras lenguas. Entre sus textos destacan: Los demonios y los días (1956), El manto y la corona (1958), Siete de espadas (1966), El ala del tigre (1969), La llama y el espejo (1971), As de oros (1980), El corazón de la espiral (1983), Trovas de Mar (1994) y Versos (1996).

Como latinista, Rubén Bonifaz Nuño es uno de los traductores de la literatura clásica latina más señalados en nuestro idioma. Su trabajo sobre Virgilio, Catulo, Propercio y Ovidio, entre otros, así lo demuestran, de hecho, ha traducido 22 obras de clásicos grecolatinos, la mayoría de las cuales han sido publicadas en la Bibliotheca Scriptorum Graecorum el Romanorum Mexicana.

Consciente de nuestra herencia cultural indígena, ha analizado, por vía del ensayo, sus múltiples orígenes, escribiendo ocho obras de interpretación crítica relativas a la cosmogonía del mundo prehispánico. Ejemplos luminosos de este interés son: Destino del canto (1963), La fundación de la ciudad (1972) y El arte en el Templo Mayor (1981). Actualmente dirige el Centro de Estudios para la Descolonización de México.