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No
sólo campesinos emigran a EU, también gente calificada
Montos por remesas de indocumentados
superan la inversión extranjera directa |
En
EU viven unos 10 millones de mexicanos: ¿Qué ocurriría
si todos fueran repatriados? ¿En dónde se les ubicaría
como fuerza laboral útil? ¿Cuál sería
el impacto sobre la economía nacional al suspenderse el envío
de sus remesas? |
Por
concepto de inversión extranjera directa, México recibe
unos 15 mil millones de dólares anuales, mientras que hasta
septiembre pasado, los trabajadores indocumentados en Estados Unidos
habían enviado a sus familiares remesas por un monto de 17
mil millones, los que nos hace –de muchas formas– dependientes
de esa inyección económica, coincidieron Daniel Romero
León, del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores
Económicos y Sociales (IIESES) de la UV (UV), y Debra Sabia
y Vincent Kohler, de la Georgia Southern University.
Al participar en una mesa redonda sobre migración, realizada
en la USBI, también señalaron que cada día se
incrementa la fuga de mano de obra especializada: “Ya no son
sólo campesinos paupérrimos quienes cruzan la frontera;
lo hacen también técnicos especializados, universitarios
y gente con buena preparación colegial. Por lo mismo, buscan
su acomodo en áreas que no eran destino común entre
los indocumentados. Ahora se van hacia Oregon, las dos Carolinas o
Georgia, en lugar de California, Illinois o Texas”.
A partir de 1998, Veracruz se ha sumado a los estados mexicanos con
más mano de obra en la Unión Americana. Con ello perdemos
valiosos recursos humanos y ya comienza a ser crítica la escasez
en México de manos que hagan trabajos como la cosecha de café.
“No existen máquinas que puedan hacer esa labor”,
mencionó Romero León, quien añadió que
los veracruzanos son los que incrementan considerablemente el número
de hispanos, hoy la minoría más importante en Estados
Unidos, por encima de los afroamericanos y los orientales.
Entre los hispanos es necesario considerar también a los mexicanos
que vivían en el siglo XIX en los estados de California, Nuevo
México, Arizona y Texas, que pasarían a manos de los
norteamericanos sin que los paisanos radicados allí se trasladasen
a territorio nacional.
En nuestro país existe una suerte de tradición migratoria
que se remonta más atrás del Programa Bracero de la
década de los cuarenta, cuando la fuerza laboral norteamericana
se centró en la metalurgia y en la industria que sostuvo al
ejército estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial.
“Hoy las prioridades han cambiado, los atentados del 11 de septiembre
han modificado sensiblemente la política migratoria de Estados
Unidos, pero eso no cambia las cosas para nuestros paisanos. Las crisis
recurrentes de cada seis años, la falta de oportunidades profesionales,
los bajísimos salarios en el campo… todo ello hace que
cada vez más gente joven se vaya del país”.
Se calcula que en Estados Unidos viven aproximadamente 10 millones
de mexicanos. ¿Qué ocurriría si todos fueran
repatriados? ¿En dónde se les ubicaría como fuerza
laboral útil? ¿Cuál sería el impacto sobre
la economía nacional al suspenderse el envío de sus
remesas? Estos fueron algunos de los cuestionamientos que se plantearon.
Los especialistas en el tema coincidieron en señalar que una
enorme cantidad de familias mexicanas se benefician de las remesas
enviadas por sus integrantes que han emigrado en busca de una mejor
calidad de vida y de las oportunidades que el sistema no les puede
proporcionar: “En buena medida, la economía nacional
se mueve gracias a las cada vez más cuantiosas remesas monetarias
enviadas por los migrantes”. |
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