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Roberto
Ortiz Escobar |
Durante
este mes, el cineclub de la Universidad Veracruzana está presentando
un ciclo de cine internacional que integra las películas Amadeus,
El pequeño Buda, Tiempos violentos, Doce monos, Sexto sentido,
Voces inocentes y El espinazo del diablo.
Esta última se exhibe el próximo miércoles en
el aula Clavijero de manera gratuita. A continuación, mi comentario.
En plena Guerra Civil española, el niño Carlitos (Fernando
Tielve) es asignado a una pareja de viejos que habitan una casona
ruinosa en medio de un paraje desértico ubicado en lo más
remoto del territorio español, adonde tal vez no descubran
al pequeño y otros infantes que habitan esa mazmorra, ya que
todos son hijos de militantes republicanos.
Si bien algunos personajes no alcanzan un trazo del todo convincente
como lo exige su complejidad (Jacinto – Eduardo Noriega), o
bien, carecen de una buena caracterización (Federico Luppi,
el exprofesor argentino Casares, recitando desde el principio sus
parlamentos), lo interesante de El espinazo del diablo es que Del
Toro ha creado una convincente metáfora de la Guerra Civil,
a partir de una historia de fantasmas, propia del cine terrorífico
y fantástico. |
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La
apuesta es clara y sencilla porque desde un principio se exponen las
cartas desde el punto de vista argumental, lo cual impidió,
con el manejo pausado de una trama exenta de nudo dramático
y gran clímax, que la historia rematara en un disparate impertinente
como sucede con muchas cintas de terror contemporáneas de efectos
especiales apantallantes como gratuitos.
En esa casa desolada y llena de recovecos, Carlitos deberá
superar las pruebas iniciáticas de sus compañeros, pero
sobre todo, ganarse a pulso la confianza de Jaime (Iñigo Garcés),
un adolescente que liderea al grupo infantil y que esconde un traumático
recuerdo, clave para desenredar la madeja que han tejido los chavales
en torno a un fantasma que habita en algún rincón de
la casona. |
Conjunción
feliz de realidad histórica y ficción genérica
que rechaza el recurso técnico manido o la referencia temporal
forzada. Del Toro y sus otros dos guionistas supieron encontrar el
punto intermedio y prudente. Por un lado, la vertiente genérica
se acoge a un horror vivencial humano y no tanto sobrenatural, se
diría que éste es un pretexto para exponer actitudes
y sentimientos encontrados en una situación limite (el odio,
el amor, la solidaridad, la confianza, la maldad, la pasión
y la venganza). Por otra parte, está la guerra, sus facciones,
e inminentes resultados trágicos (una República cada
vez más cercada, una bomba desactivada como recuerdo bélico
traumático, una casona echada a su suerte como ejemplo angustiante
del abandono de las potencias a la nación republicana, un fervor
católico de estimulo elocuente en un futuro franquismo, etc.).
Ciertamente a Guillermo del Toro no le interesó exclusivamente
la creación de un microcosmos socio- bélico- político,
ya que su historia se compromete también con unos personajes,
que, según él, están “confundidos con sus
emociones” y apelan más bien al sentido lúdico
de Tom Sawyer, o bien del cómic, específicamente el
de Paracuellos, cuyo autor, Carlos Jiménez, realizó
el story board y el diseño de algunos de los sets.
El espinazo del diablo es más una película de suspenso,
que una de acción terrorífica con efectos especiales
al por mayor. La truculencia por sí misma ha pasado a un segundo
plano en esta ocasión, ya que del Toro decidió identificarse
con sus personajes, sus conflictos y su entorno ominoso. De ahí
la logradísima atmósfera claustrofóbica de unos
seres que no apostaron a experiencias pesadillescas, pero que las
deben vivir a bocajarro ante el vendaval de la guerra.
Frente al odio y la afrenta solo queda en los pequeños la actitud
solidaria y la confianza, aunque también el recurso instintivo
y salvaje, a la manera de los personajes infantiles de El señor
de las moscas.
Fantasmas como eco de un pasado español desdichado... fantasmas
cual acoso cotidiano a vidas iniciáticas... fantasmas que señalan
la existencia fallida a través de seres no natos por su bifurcada
espina dorsal ... fantasmas reales que reclaman auxilio humano para
finalizar su condición de almas en pena..
roeamarcord@yahoo.com.mx
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