Año 6 • No. 208  • Enero 23 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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El futuro musical de México se
encuentra en Xalapa: Sidartha Siliceo
Gina Sotelo
Sidartha Siliceo es un joven de 31 años de edad. Se trata de un músico originario del Distrito Federal que desde 1979 inició su preparación en el piano, antes de pasar a las percusiones afrocubanas en la Escuela Nacional de Arte de La Habana, de la que se graduó con honores en 1994. En 1995 fue becado para estudiar en la Universidad Gandarva Mahavidyalaya en la India, donde obtuvo la licenciatura en sitar y tabla. Allí tuvo la magnífica oportunidad de convivir y estudiar durante cuatro años con el célebre Ravi Shankar.

Pasó más tarde, en 2000, al Conservatorio de Rótterdam, en Holanda, para obtener la maestría y doctorado en sitar. Desde 2005 es titular de la cátedra de música de la India y sitar en el mismo Conservatorio de Rótterdam. Se ha definido como un extraordinario ejecutante y su discografía incluye participaciones en álbumes de música oriental, clásica y jazz, realizados en La Habana, París, Munich, Ámsterdam y Rótterdam. Ha impartido clases en diversas universidades de Holanda y sus talleres cortos han recibido sorprendente aceptación en Estados Unidos, Francia, España, Bélgica, España y, recientemente, en Xalapa.

Al concluir su Curso de Música de la India, en las instalaciones del Instituto Superior de Música de Veracruz, Siliceo accedió a la charla. Sus conceptos
resultan por demás interesantes, ya que aportan un especial enfoque en torno de un arte musical que aún presenta –para muchos de nosotros– aspectos del todo desconocidos.


Aspecto del taller de Música India impartido por Sidartha Siliceo.
¿Cómo englobar en una misma cátedra la música procedente de un país que es un impresionante mosaico de culturas y tradiciones?
Uno de los aspectos importantes de la música de la India se basa en las diez emociones principales propias del ser humano. Y nos conduce hacia estudios sofisticados acerca de la forma como los tonos y los timbres afectan la psicología y el cuerpo. Este análisis inició hace dos mil 800 años, aproximadamente, con los cantos religiosos destinados, no sólo para manifestar su devoción religiosa son también útiles para limpiar pecados. Estos estudios profundizaron aún más,
y en el siglo XII ya existía una noción bastante elaborada de la forma como la música influye en el espíritu, en la psicología y, desde luego, en el comportamiento personal. El patrocinio de los caciques y reyes regionales indios permitió desarrollar esta música folclórica a la estatura de arte.

Estudiar la música india implica, entonces, adentrarnos en la mística y el pensamiento filosófico
Los cantos presentan una filosofía central, que se relaciona con la renuncia al cuerpo físico para alcanzar la divinidad y lograr la aceptación del Ser Supremo. Entonces, cuando alguien interpreta o escucha esta música, debe dejar atrás todas sus cargas personales, debe sumergirse en un estado meditativo profundo para poder recibir el mensaje espiritual contenido.

¿Puede describir brevemente su trascendencia e influencia en la música occidental?
Es indudable que la música flamenca española contiene mucho del arte sonoro indio. Por tanto, su influencia en la música mexicana y, sobre todo, en la jarocha está fuera de todo cuestionamiento.

Mi tesis para graduarme es un estudio en torno de los cánticos religiosos de la
India y la forma como se incrustaron en la música vocal bizantina, que a su vez llegó al este de Europa para convertirse en los cantos gregorianos. Éstos, a su vez, son la influencia básica del arte musical barroco.

Los estudiantes que asistieron a su taller ¿por dónde iniciaron, por la filosofía, por la música en sí o por la combinación de ambas?
Por la historia. Esto les permite visualizar la trascendencia de la música de la India y cómo ha cambiado ese país con el paso del tiempo. Analizamos ejemplos históricos antes de llegar a la parte teórica, antes de pasar a la sección práctica en la que los alumnos abordan la ejecución, improvisación y composición. Es entonces que pasamos a comprender cómo toda esta práctica se encamina hacia una finalidad, que es la filosofía. Sin análisis literarios –que no están por demás, desde luego– ni estudios profundos, ellos mismos son capaces de intuir la correlación música-filosofía. Y por regla casi generalizada, quien toma este curso sabe a lo que viene; algunos son curiosos que desean conocer un poco más, pero otros son personas interesadas en la musicología y en la musicosofía, que cuentan con antecedentes informativos en torno de la música hindú…

¿Hindú? ¿No es mejor denominarle “india”?
Claro que es mejor decir “música india” aunque el término “hindú” también resulta aplicable en parte. Es necesario aclarar que no todos los que tocan son hinduistas, y éste término aplica al asunto religioso. Los hay también budistas, musulmanes…

De repente nos asalta la idea de que el interés en Occidente por la música india se acentuó por la relación de George Harrison con Ravi Shankar…
Eso fue un punto importante, no sólo por la trascendencia de Harrison sino también por el momento en que sucedió.

La gente buscaba alternativas ante la crisis de credibilidad que se dio hacia el interior de las religiones llamadas “cristianas”, así como a las convulsiones en la sociedad misma. Las supuestas verdades ya no lo eran tanto. La cultura india y sus variadísimos aspectos religiosos se erigieron entonces como un nuevo derrotero opcional…

Con 17 años viviendo fuera de México y como docente permanente en el Conservatorio de Rótterdam ¿cómo observa Xalapa y su actividad cultural?
Estoy sorprendido. He encontrado un inesperado interés por el arte de la India, así como un elevadísimo nivel cultural entre quienes asistieron a mi curso.

Además, debo señalar que el Instituto Superior de Música es uno de los conservatorios más prácticos que he conocido. Los directivos tienen esto muy bien organizado, con plena conciencia de lo que se debe hacer y la acertada idea de cómo lograr sus objetivos. Ante esto, ante el nivel cultural que muestra la gente de Xalapa, con el antecedente de la magnífica labor que se genera en la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana, que es el modelo para seguir y superar en el Instituto de Música, yo estoy convencido de que el futuro musical de México está en Xalapa. Lo creo sinceramente…