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![](images/testosterona.gif)
Fernanda Melchor |
A
través de experimentos con ratas de laboratorio, descubren
en la UV que la testosterona bloquea el efecto de algunos antidepresivos. |
La
depresión es un trastorno del humor que, en el caso del sexo
masculino, puede agravarse debido a una producción excesiva
de hormonas. Varios estudios científicos han verificado que
la testosterona modula el ánimo y que éste puede verse
afectado ante deficiencias o incremento de los niveles hormonales,
por causas congénitas o externas, como el abuso de anabólicos,
señaló Blandina Bernal Morales, del Laboratorio de Neurofamacología,
perteneciente al Instituto de Neuroetología de la Universidad
Veracruzana (UV) Bernal Morales realiza experimentos controlados sobre
la relación entre la testosterona y los trastornos afectivos,
línea de investigación poco explorada y que surgió
a partir de observaciones en el Laboratorio de Neurofarmacología
(integrado por expertos de la UV y la UNAM, institución a la
que pertenece el jefe del proyecto, el doctor Carlos Contreras) que
fueron publicadas en medios especializados durante 1995. Este estudio
demostraba la existencia del dimorfismo sexual, o las diferencias
del comportamiento entre el sexo masculino y el femenino, así
como, a través de la administración de fármacos
y hormonas, las diferencias en las respuestas a la depresión
entre los sexos. |
El
método |
“Como nuestro equipo de investigación se enfoca al estudio
de la depresión, tenemos un modelo animal que remeda algunos
rasgos de depresión animal”, comentó la investigadora.
Se trata de un modelo de depresión experimental, llamado “nado
forzado”, donde se mide la desesperanza de las ratas de la cepa
Wistar cuando se enfrentan a cinco minutos de inmersión en
un tanque lleno de agua. La variable que los científicos interpretan
como desesperanza es el tiempo en que la rata permanece inmóvil
dentro del tanque, lo que significa que se rinde, y que ya no busca
una salida. Este experimento emula las condiciones de la depresión
clínica, donde el paciente se ve incapaz de resolver los problemas
y se abandona por completo.
A raíz de esto, y de otros estudios que se realizan en el Instituto
de Neuroetología, se observó que, desde pequeños,
las ratas juveniles de ambos sexos presentan comportamientos similares
dentro del estanque. Conforme van creciendo, las hembras se van apartando
de los machos y van marcando diferencias en el comportamiento de nado.
“Entonces, a través de este hallazgo, sospechamos que
este dimorfismo se puede deber a las hormonas sexuales”, afirmó
Blandina Bernal. |
El
descubrimiento |
Las
hormonas son productos de la secreción de ciertos órganos
(hipófisis, glándulas suprarrenales, gónadas)
que, transportados por la sangre, excitan, inhiben y regulan la actividad
de otros órganos y sistemas del cuerpo. Las hormonas sexuales
son la causa del dimorfismo sexual. La hormona sexual masculina es
la testosterona, mientras que, entre las femeninas, están la
progesterona y el estradiol o estrógeno. Estas hormonas no
son exclusivas de cada género, sino que hombres y mujeres producen
ambos tipos, y la única diferencia está en la cantidad.
“También se ha demostrado que estas hormonas sexuales
se sintetizan en el cerebro, no nada más en las gónadas.
Y que existen receptores en el cerebro para estas hormonas”
opina la científica, por lo que supone que si las hormonas
también se producen en el cerebro, o en estructuras que no
tienen una aparente función reproductiva, entonces tienen que
modular otro tipo de conductas que no sean reproductivas.
Blandina Bernal escogió el estudio del género masculino,
pues la depresión en las mujeres y sus causas hormonales ya
han sido investigadas de manera extensa, no así las relaciones
entre testosterona y depresión. Existen trabajos que asocian
los niveles de esta hormona con el estado de ánimo en el ser
humano, pero se trata de estudios de competencias deportivas, pero
son pocos los que utilizan modelos animales en condiciones controladas
de laboratorio, como es el caso del “nado forzado”.
Según Bernal Morales, la hormona testosterona es útil,
al grado de permir a los hombres y mujeres (quienes la producen en
menor cantidad) las reacciones de defensa y agresividad. Pero algunos
casos de suicidios en población adolescente que estuvo en tratamiento
antidepresivo, bien documentados por investigaciones neurofarmacéuticas,
hacen dudar de la efectividad de los fármacos como la fluoxetina
(que en el mercado lleva el nombre de Prozac) en el tratamiento de
la depresión en cierto tipo de individuos. |
Implicaciones
médicas |
Los
hallazgos descubiertos por Bernal Morales y el Laboratorio de Neurofarmacología
desatarán controversia entre la comunidad científica,
porque encontraron que la testosterona impide el efecto antidepresivo
de la fluoxetina. Sólo resta demostrar este hecho ante la comunidad
científica, a través de su publicación en medios
especializados.
La investigadora opina que es necesario advertir que, en situaciones
en donde el ser humano está pasando en una etapa de transición
hormonal, como en la pubertad, cuando los niveles hormonales se elevan
rápidamente, y además existe vulnerabilidad genética
o reactiva (causada por el medio), el manejo de la ansiedad o la depresión
debe ser diferente a la de un individuo, que en las mismas condiciones
hormonales, no tenga esta vulnerabilidad genética o ambiental.
Por lo tanto, el tratamiento, como lo pretende la farmacología,
debe ser individual y de acuerdo a las características de cada
persona. “Yo creo que hay que tomar en cuenta el status hormonal
de los individuos, su historial clínico, porque estamos observando
importantes interacciones negativas”, afirmó. “Por
ejemplo, es el caso de los atletas que consumen anabólicos,
o aquellos sujetos a producciones intensas de hormonas masculinas,
como en algunos desórdenes biológicos, donde encontramos
mayor vulnerabilidad para sufrir trastornos psiquiátricos:
irritabilidad exacerbada, agresión, paranoia, manías
y, lo que nosotros estudiamos, la depresión y la ansiedad”,
finalizó. |
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