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Instituciones
y sociedad deben promover su desarrollo, dice Gómez-Pompa
La medicina tradicional no es negocio para empresas farmacéuticas
Edith
Escalón |
Empresas
priorizan el desarrollo de medicamentos para el primer mundo |
Los
intereses económicos de las grandes industrias farmacéuticas,
que ven a la investigación médica como un negocio y
al desarrollo de nuevos medicamentos como una inversión que
sólo se amortiza con patentes, han frenado los estudios formales
en torno a las bondades de la medicina tradicional, señaló
Arturo Gómez-Pompa, asesor científico de la Universidad
Veracruzana, durante el simposio Armonizando la medicina moderna e
integral, realizado el 16 de enero. |
Ramón
Flores Lozano, director del Área Académica de Ciencias
de la Salud, y Arturo Gómez-Pompa, asesor científico
de la UV. |
“Se
dice que estas investigaciones son muy costosas y que sólo
las grandes corporaciones farmacéuticas pueden darse el lujo
de hacerlas”, comentó el especialista frente a los investigadores,
académicos, galenos, biólogos, químicos, estudiantes
y grupos de médicos tradicionales que desde Xalapa y el resto
del estado respondieron a la convocatoria de la UV.
Gómez-Pompa dijo que según estimaciones de estos grandes
corporativos, el descubrimiento de una nueva medicina requiere en
promedio 231 millones de dólares de inversión, y para
que los laboratorios la consideren rentable necesitan tener la posibilidad
de patentar sus resultados, es decir, de registrarlos como propios
para que sólo ellos puedan producirlos (ya sean compuestos,
procedimientos o medicamentos), y por tanto, sólo ellos puedan
venderlos y obtener de los mismos ganancias millonarias. |
“Por
eso la investigación médica es ahora una competencia
entre las empresas farmacéuticas, porque requieren (y obtienen)
capitales que ni soñando podríamos tener en nuestras
comunidades científicas”, dijo Gómez-Pompa,
quien ha pasado más de tres décadas en instituciones
públicas y universidades de México y Estados Unidos.
De hecho, uno de los puntos centrales que destacó el universitario
tiene que ver precisamente con estas inversiones, pues explican
de alguna manera por qué la investigación científica
para corroborar los efectos benéficos de las plantas medicinales
(y de toda la medicina tradicional), no es negocio para las grandes
empresas farmacéuticas.
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Arturo
Gómez-Pompa.
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Y
es que si tan sólo una compañía (Eli-Lilli)
invierte anualmente cerca de 3 mil millones de dólares en
investigación de nuevos productos, es claro que las medicinas
deberán tener altos costos, lo que las hace inaccesibles
para la gran mayoría de los países en desarrollo.
Además, esas inversiones también concentran los esfuerzos
científicos en buscar medicinas para “padecimientos
del primer mundo” que puedan tener un alto número de
usuarios (como la alta presión o las enfermedades nerviosas)
y que pueden pagar estos medicamentos.
Su desarrollo es una prioridad frente a padecimientos de pocos enfermos
o “enfermedades del tercer mundo” que no dan un aliciente
económico para recuperar la inversión. “Estas
cifras oscurecen el potencial real de la investigación de
plantas medicinales y de la medicina tradicional”, comentó
el investigador.
Frente a este panorama, reconoció que la investigación
científica en torno a las bondades y el enorme potencial
de la medicina tradicional debe partir de las instituciones y de
la sociedad, pues ésta es un tesoro que al igual que los
recursos naturales se debe conservar.
Dijo que México es uno de los países con mayor de
diversidad de plantas y culturas, y ha generado a través
del tiempo abundantes conocimientos sobre el uso de plantas medicinales,
lo que justifica su propuesta para estimular en la UV un programa
de estudios sobre medicina tradicional mexicana.
“Muchos de esos conocimientos ya han sido recopilados y publicados
en libros, artículos, tesis y otros documentos. Esta información
debería ser la base para un programa amplio e intenso de
investigación científica que incluya estudios de etnobotánica,
etnomedicina, fotoquímica, farmacología y clínica
desde la universidad”.
De hecho, en la UV ya existen esfuerzos importantes de vinculación
con instituciones y comunidades (específicamente en la zona
universitaria de Córdoba-Orizaba), esfuerzos que buscan rescatar
el conocimiento que conservan los pueblos en torno a su medicina
tradicional.
Ramón Flores Lozano, director del Área Académica
de Ciencias de la Salud, y Arturo Gómez-Pompa, asesor científico
de la UV, al iniciar los trabajos del simposio Armonizando la medicina
moderna e integral.
“La investigación médica es ahora una competencia
entre las empresas farmacéuticas, porque requieren (y obtienen)
capitales que ni soñando podríamos tener en nuestras
comunidades científicas”, dijo el científico
Arturo Gómez-Pompa.
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