En ese sentido, el investigador –miembro del Sistema Nacional de Investigadores–, dijo que es habitual que a los investigadores se les evalúe por los artículos especializados de investigación que publican en las revistas de circulación internacional más prestigiadas, pero estas revistas –generalmente de editoriales de Estados Unidos y varios países de Europa– se rigen por los criterios que son importantes para sus países de origen.

“Si a nosotros se nos sigue evaluando con esos criterios, se fomenta que hagamos investigación de utilidad para los países del primer mundo. Habría que modificar los criterios de evaluación y buscar qué cosa es de utilidad para México, es una cuestión que como comunidad tenemos que sentarnos a discutir para determinar cuál es esa investigación que nos es útil en México y, por supuesto, hacerla en una cantidad mucho mayor”, afirmó.

Polos científicos
En referencia a la creación de polos científicos en el país, como el proyecto Hábitat.t que promueve la UV para desarrollar en Xalapa, Vargas Madrazo dijo que estos centros son necesarios porque en México se gastan fortunas en asesorías especializadas: “Por ejemplo, en la Central Nucleoléctrica de Laguna Verde se pagan asesorías millonarias a grupos extranjeros –e incluso nacionales–, entonces el conocimiento que se genere en estos polos podría ser de gran utilidad”.

“También es necesario saber que no podemos esperar que se abra este polo hoy y que en seis meses se pueda aplicar el conocimiento que se genera ahí. Este tipo de proyectos podrían partir de grupos del sector productivo que ya están trabajando y que están teniendo éxito, y conjuntarlos con un sector de investigación académica y tratar de aprovechar lo que ya están haciendo para ir modificando el bien o el producto que se está desarrollando y ponerle más valor agregado”, aseguró.

La ciencia básica
Vargas Madrazo dijo que muchas veces se menosprecia la investigación en ciencia básica –área en la que él se desempeña–, porque no se ve la aplicación rápida y directa, pero las posibles aplicaciones que la investigación básica existen, aunque a mediano y largo plazo.

“Cuando Edison estaba desarrollando el foco, nadie pensó que fuera de utilidad. Cuando hace 100 años se descubrió la radioactividad, nadie pensó que eso pudiera tener un uso; sin embargo, hoy muchos de los aparatos de los que utilizamos cotidianamente están fundamentados en ese desarrollo”.