Juan
Santiago García, investigador titular del IIB de la UV, desarrolla
un estudio sobre los genes que controlan el reloj circádico
molecular con crías de conejo. |
El
estudio busca comprender los mecanismos moleculares que controlan
el reloj biológico en conejos, lo que permitirá entender
lo que ocurre cuando estos ritmos se ven afectados en los seres humanos,
como sucede en algunos síndromes relacionados con el sueño.
La investigación encabezada por Santiago García cuenta
con financiamiento del Conacyt y, en ella, se investiga el
papel del alimento sobre la actividad de relojes biológicos
en tejidos periféricos y en diversas áreas del cerebro
de los conejos. En específico, el investigador aplica metodologías
de Biología Molecular y Bioquímica para determinar si
el alimento afecta las oscilaciones circádicas de la expresión
de los genes y proteínas que controlan la función de
estos relojes biológicos. |
Según el investigador, los conejos
constituyen un modelo extraordinario para estudiar las señales
por el alimento, ya que, de manera natural son alimentados una sola
vez al día, a diferencia otras especies experimentales que
tienen que someterse a protocolos especiales de alimentación
restringida para llevar a cabo estudios similares. El periodo de
lactancia de los conejos dura de dos a tres minutos y poco antes
de la llegada de la madre las crías muestran una gran actividad
motora anticipatorio, que prepara al organismo a recibir el alimento.
En estos animales, el alimento es un estimulo importante, ya que
al mantener sus ojos cerrados hasta el día 10 o 11 después
del nacimiento, la luz no es el estímulo externo.
“Resulta que los genes que controlan el reloj biológico
son los mismos en todos los animales, desde las moscas de la fruta
hasta seres humanos, de tal forma que los resultados obtenidos en
conejos permitirán comprender como funciona el reloj molecular
en humanos”, explicó el científico. Debido a
los alentadores resultados obtenidos por el grupo de Mario Caba,
director de este laboratorio, estos proyectos han sido financiados
por el Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos por
un periodo de cinco años.
¿Qué
es el reloj biológico?
Los procesos fisiológicos y conductuales en los animales
están controlados y organizados de manera temporal por relojes
biológicos localizados en el cerebro y en tejidos periféricos,
que generan un ritmo biológico circádico. Este regula
diversos aspectos como son: presión sanguínea, sueño,
actividad, alimentación, temperatura corporal y otros.
El control central del ritmo circádico en mamíferos
reside en el núcleo supraquiasmático localizado en
cerebro. Este reloj central tiene un ritmo circádico preciso,
constante e independiente de estímulos ambientales, aunque
algunos, como la luz, permiten que el reloj se ajuste al horario
local. Cuando algún componente del reloj biológico
esta alterado puede ocasionar importantes trastornos en el comportamiento:
somnolencia, depresión, pérdida de apetito, cansancio
y otros.
Un ejemplo lo constituye el síndrome de dormir temprano.
Las personas que sufren este padecimiento se duermen muy temprano
(entre 6 y 8 de la tarde), pero se despiertan de madrugada. Se trata
de un desorden de carácter hereditario, causado por una mutación
en el gen Per2. “Es un cambio en un solo aminoácido;
pero afecta los niveles y cambios rítmicos de esta proteína,
que a su vez altera la función de otros componentes del reloj
biológico” dijo el Santiago García.
Este padecimiento provoca conflictos de orden social y emocional,
ya que las personas sufren de depresión y desadaptación
social, al no compartir los mismos períodos de actividad
que los demás. Otro ejemplo es “síndrome de
dormir tarde”. Las personas que lo sufren se duermen extremadamente
tarde y se levantan cerca del medio día, lo que puede traer
serias repercusiones laborales y sociales.
Alcances de la investigación
Las bases genéticas de este y otros padecimientos ligados
al reloj biológico son múltiples y son objeto de investigación.
En este sentido la genética molecular será de gran
importancia para determinar las mutaciones responsables que dan
origen a estos padecimientos. Otro de los alcances de estos estudios
podría enfocarse en la terapéutica, sobre todo en
la manera y horas del día más adecuadas para administrar
tratamientos y fármacos a los pacientes, y de esta manera,
obtener una respuesta más efectiva.
Otros aspectos donde el entendimiento de los ritmos circádicos
y el reloj biológico cobran gran importancia se da en personas
que trabajan en la noche, trabajadores de la industria de la aviación
que realizan vuelos intercontinentales, y en algunas personas que
viven cerca de los círculos polares. En estos individuos
se observa con frecuencia los incómodos síntomas de
fatiga, depresión y somnolencia.
Un mejor entendimiento del funcionamiento de los genes que controlan
el reloj molecular y la identificación de mutaciones en estos
genes podría llevar en un futuro al diseño de fármacos
específicos para tratar los desagradables síntomas
asociados a los padecimientos relacionados con el reloj biológico.
Juan Santiago García es egresado de la Facultad de Ciencias
de la UNAM. Realizó estudios de postgrado en el Instituto
de Fisiología Celular, dentro de esta misma casa de estudios,
donde se especializó en Bioquímica y Biología
Molecular. Posteriormente se incorporó como investigador
asociado a la Facultad de Medicina de UNAM, y después efectuó
una estancia posdoctoral en los Institutos Gladstone de la Universidad
de California en San Francisco (UCSF). Desde mediados del 2005,
se desempeña como investigador titular de tiempo completo
en la Universidad Veracruzana y pertenece al nivel I del Sistema
Nacional de Investigadores.
|