Año 6 • No. 209 • enero 30 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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En lugar de la autodeterminación de los pueblos que el EZLN reclama
Necesarios, “derechos especiales” para indígenas: Gidi Villarreal

Edith Escalón

Los pueblos indígenas no buscan espacios en partidos políticos: Gidi

Emilio Gidi Villarreal.

Pese a que los grupos étnicos han estado desde hace más de una década en los reflectores nacionales e internacionales, los derechos de los pueblos indígenas siguen siendo una asignatura pendiente en México, donde la marginación, la intolerancia y la exclusión prevalecen frente a la tolerancia, el respeto y la multiculturalidad, concluyeron investigadores, juristas y académicos de la Universidad Veracruzana (UV).

En la presentación de Los derechos políticos de los pueblos indígenas mexicanos, el libro más reciente del jurista Emilio Gidi Villarreal, los universitarios dejaron claro que si bien ha habido avances en el terreno social y legal, éstos no han sido suficientes ni resultan satisfactorios, pues ni siquiera “han cristalizado” en la realidad, como reconoció el autor del texto, ex rector de la UV.

El jurista aludió al problema que representa en la actualidad el derecho de representación política que buscan los pueblos indígenas, reflexión a la que se sumaron Ricardo Corzo, secretario académico de la UV, y José Velasco Toro, historiador y director de Posgrado, así como el propio Raúl Arias Lovillo, rector de esta institución. Puesto que el texto es una invitación a la reflexión, Arias comentó en su oportunidad la importancia de hacer de éste un tema de análisis público, no sólo para la clase política, los legisladores o los universitarios, sino incluso para los propios pueblos indígenas: “Tenemos una asignatura pendiente, veámosla como una responsabilidad colectiva”.

Gidi Villarreal explicó que, en lugar de la autodeterminación de los pueblos que el EZLN reclama, existe una alternativa jurídicamente viable: “La autodeterminación es la manera de decidir los términos en los cuales un determinado pueblo debe gobernarse y darse sus autoridades. Mi propuesta es permitir que los pueblos indígenas tengan lo que se denomina ‘derechos especiales de representación’, pero no a través de los partidos políticos, sino a partir del ejercicio de sus ancestrales formas de designación de sus representantes y autoridades”.

Dijo que a partir de cierto número existente de población, los pueblos indígenas tendrían derecho a cierta cantidad de representación ante los órganos legislativos, aunque no contenderían por una elección mayoritaria, ni depositarían votos, sino que pondrían en práctica sus propios mecanismos de designación.

Ricardo Corzo, por su parte, señaló que el tema fundamental que subyace en todo este problema es la tolerancia, y la posibilidad de convivencia y cohabitación social, pues en nuestro país, la existencia de multiculturalidad sólo se ha aceptado como discurso. “No podemos tener normatividades generales para atender particularidades histórico-sociales, como es el caso de las identidades étnicas”, comentó.

De hecho, el historiador José Velasco Toro, resaltó el carácter integral de la investigación, que gracias a un análisis jurídico, político, social y etnocultural le permitió a Gidi proponer “una alternativa para avanzar hacia la tolerancia y construir una sociedad liberal multicultural”.

Aseguró, además, que el problema se remite necesariamente a las normas jurídicas de los Estados, construidos sobre la hipótesis de que las naciones deben ser monoculturales, teoría que el propio Gidi puso en evidencia para anclar sus argumentos, al señalar que actualmente en el mundo se reconocen cinco mil etnias diferentes y 600 lenguas vivas, y todas ellas conviven sólo en 166 estados nación.

Corzo puntualizó también que las diferencias no se acaban con decretos y normas, y sólo dan pautas para analizar “veredas de integración y cohabitación”, y subrayó su confianza en que la producción de materiales bibliográficos como éste ayude a abrir brechas a las investigaciones que aportan alternativas a este problema.

La presentación del texto se llevó a cabo en el Centro de Investigaciones y Estudios en Antropología Social del Golfo (Ciesas), y fue moderada por la investigadora Carmen Blázquez, historiadora e investigadora de la UV.