Año 6 • No. 209 • enero 30 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Participa UV en Cátedra de la OEI sobre Ciencia, Tecnología, Sociedad e Innovación
José Antonio Hernanz Mora / Instituto de Filosofía UV

Una de las principales razones por las cuales se ha vuelto crucial el problema del entorno y los procesos en los que se genera, aplica y distribuye socialmente el conocimiento es la profunda revolución científico-tecnológica que se ha dado en los últimos 50 años en todo el mundo. Esta revolución, que aún no ha llegado a su límite, trae consigo la necesidad de replantear el modo moderno de atender asuntos como el desarrollo económico, el papel de la ciencia en la cultura, las relaciones políticas entre centros y periferias, etc. Todos ellos, a su vez, fo0rman parte del conjunto de temas que se aglutinan en torno a los estudios sobre ciencia, tecnología y sociedad (CTS), y que, según las últimas tendencias de análisis de este complejo entramado de ideas, se asocian necesariamente con la innovación.

De hecho, uno de los principales parámetros para conocer el impacto de la distribución social del conocimiento es la medición de la capacidad de innovación de una organización, por lo que de poco sirve que una sociedad tenga un alto nivel de formación/cultura científica si no es capaz de establecer procesos adecuados de innovación, tanto en el desarrollo de tecnologías (patentes) como en el desarrollo de dinámicas sociales innovadoras (equidad de género, formación en valores, alta capacidad de autogestión de la sociedad civil).

Esta relación entre ciencia, tecnología, sociedad e innovación puede enfocarse al menos de dos maneras: la primera es de carácter hegemónico, afronta los problemas del sistema tecnocientífico como un todo homogéneo, en el que los problemas y soluciones de las sociedades más avanzadas (post-industriales) son las que deben ser aceptados por todos; la segunda es de carácter intercultural, que entiende que, aunque efectivamente las aportaciones de la ciencia y la tecnología son fácilmente universalizables, y que vivimos en un frágil entorno global que exige propuestas que nos comprometen a todos, asume que deben tomarse a partir de procesos deliberativos, abiertos e integradores. Este segundo enfoque parece tener más virtudes que el primero, fundamentalmente por basarse en criterios multirregionales, y multiculturales para el establecimiento de políticas y prácticas sociales respecto al sistema científico-tecnológico.

Precisamente por ello, la Organización de Estados Iberoamericanos (www.oei.es) desde hace varios años viene desarrollando una fértil línea de trabajo sobre estudios de ciencia, tecnología, sociedad e innovación (CTS+i), en la que se pretende reflexionar los beneficios, problemas y necesidades ligados al desarrollo de la ciencia y la tecnología a partir de su pertinencia social y cultural en el entorno de los países iberoamericanos, para de esa manera ofrecer propuestas –de manera eminente en el campo de la educación- que hagan del desarrollo científico-tecnológico realmente un motor de cambio social, económico y político.

Una de las acciones de la OEI que está resultado más exitosas es el desarrollo de las cátedras nacionales CTS+i, en las que se abordan de forma amplia e interdisciplinaria algunos tópicos clave de este campo, a partir de la presentación de ponencias, talleres, paneles y discusión de textos, siempre con la presencia de especialistas en el tema central, tanto nacionales como iberoamericanos. Este año, la OEI celebra la II cátedra CTS+i, y entre las Instituciones de Educación Superior a las que ha invitado a participar en su organización y desarrollo está la Universidad Veracruzana.

No es casual que se haya invitado a la UV a participar en este cátedra, pues desde hace años hay diversos grupos que están trabajando sobre problemas vinculados con el carácter social y cultural de la ciencia y la tecnología: programas como sábados en la ciencia, la participación en la semana nacional de la ciencia y la tecnología, las manzanas de Newton, publicaciones como La Ciencia y el Hombre, y el trabajo de numerosos y distinguidos miembros de nuestra comunidad académica han permitido que se hayan podido celebrar ya cuatro Foros sobre Ciencia, Tecnología y Sociedad, que haya desde hace tres años una sección fija sobre CTS en La Ciencia y el Hombre, que se haya podido crear el Instituto de Filosofía de la UV (que se centra en estudios sociales y culturales en Iberoamérica en la sociedad del conocimiento), o que haya un cuerpo académico interdisciplinario sobre CTS+i y sustentabilidad, al tiempo que se han consolidado grupos como el de ecología profunda, con miradas alternativas de gestión del conocimiento científico y cultural.