La colaboración entre esta microempresa y la Facultad de
Ciencias Químicas surgió ante la necesidad de la primera
por diversificar sus productos y expandir sus ventas. Hasta hace
unos meses, la empresa se dedicaba a producir puros y cigarrillos
estándar, utilizando tabaco veracruzano, pero las ganancias
eran mínimas y su propietario descubrió que había
más interés en el mercado por los puros que ofrecen
características distintivas como el aroma o el sabor.
“Fue entonces cuando nos acercamos a esta microempresa, y
tras un análisis de sus circunstancias, desarrollamos un
proceso de aromatización de las tres capas de tabaco que
forman los puros, y lo capacitamos para llevarlo a cabo”,
explicó Israel Hernández, académico de la UV.
Actualmente, la microempresa ha extendido sus ventas hacia otros
estados de la República, además de comercializar estos
puros en la zona turística de Tecolutla y El Tajín.
Actualmente, “Puros aromatizados” ofrece cigarros con
sabor a vainilla, clavo y limón, y otros aromas que aún
están bajo estudio y producción por la UV.
Aprobado por la oficina de Vinculación General, el convenio
estipula que la Facultad de Ciencias Químicas, región
Poza Rica-Tuxpan, se encargará de desarrollar y producir
las soluciones que impregnarán las hojas de tabaco de los
puros.
Asimismo, proporciona el material de cristalería (matraces,
vasos) necesarios para la creación de estos químicos.
Por otra parte, la microempresa se encarga de comprar las materias
primas necesarias para la producción de los compuestos aromatizantes.
En este proyecto de vinculación participa el académico
Israel Hernández Romero, en el papel de enlace entre la Universidad
y la microempresa, asentada en la ciudad de Poza Rica; así
como la profesora María Luz Ariaga Gaona, a cargo de las
pruebas de aromatización, y los estudiantes de tercer semestre
de la carrera de Ingeniería Química, Abel Pérez
Cuellar y Eneyda Ethel Torres, involucrados por completo en la producción
de los puros y los procesos para añadirles aromas.
Narran su experiencia
Para Abel Pérez Cuellar, estudiante de la facultad, su colaboración
en este convenio ha sido muy gratificante: “Para mí
ha sido una experiencia muy importante, pues siento que por fin
estoy aplicando los conocimientos de mi materia en algo real y útil,
y que después me puede ayudar a integrarme al sector productivo”.
Mientras que a Eneyda Ethel Torres, también alumna, le parece
muy interesante el proyecto pues “aprendemos y además
vemos que al propietario del negocio sí le está ayudando
mucho y está saliendo adelante.”
Satisfecho ante la labor de la Universidad y sus estudiantes en
este proyecto de vinculación, Israel Hernández opinó
que “para los alumnos que intervinieron, es una cosa muy útil
para su formación conocer cómo se realizan los procesos
químicos, cómo se diseñan, cómo se vinculan
la ciencia y las empresas”. También señaló
la necesidad de más convenios y acuerdos entre las facultades
y los sectores productivos locales, ya que estos impactan directamente
en la comunidad académica que los desarrolla, pero también
en la sociedad que recibe el conocimiento y lo utiliza para su beneficio,
en este caso, económico.
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