Año 6 • No. 211 • febrero 13 de 2006
Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Páginas Centrales

 Libros

 General

 Investigación

 Arte

 
 Deportes

 Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

  Genaro Sulvarán, egresado de
Ingeniería que optó por la ópera
Genaro Sulvarán es uno de los más renombrados barítonos mexicanos en el ámbito internacional. La reciedumbre de su estilo, su voz potente y oscura le han conducido a interpretar los roles más complejos del lirismo italiano, incluyendo los complejos papeles de “Scarpia” para la ópera Tosca, de Giacomo Puccini, y del bufón “Rigoletto” para el drama del mismo nombre, de Giuseppe Verdi.

En el pasado Junio Musical tuvimos la oportunidad de observar su desempeño como el Gran sacerdote en la ópera Sansón y Dalila, de Camille Saint-Saëns, y antes de ello pudimos apreciarle en Las bodas de Fígaro, bajo la dirección de Carlos Miguel Prieto.

Lo que poco ha trascendido es que Sulvarán, originario de Coatzacoalcos, estudió canto en Xalapa y en la Universidad Veracruzana (UV) concluyó la carrera de Ingeniería Civil.

Definido a sí mismo como un hombre de fuertes convicciones, que siempre supo que su vocación dominaría su inclinación hacia el desempeño como ingeniero, decidió encauzar las inquietudes artísticas por el mejor de los caminos, el del canto operístico.

Las críticas generadas por su desempeño son por demás ilustrativas: “Genaro Sulvarán, un barítono de voz oscura y algo cóncava, curiosamente para ser latina, pero muy bella, cálida, extensa, densa y de contundente corporeidad fraseó con musicalidad y hondura expresiva su esperada aria”, fue lo publicado por el diario español ABC, mientras que otra publicación europea editó lo siguiente: “El mexicano Genaro Sulvarán posee una de esas raras voces de barítono pleno, de timbre denso, profundo y oscuro, de esos que se quedan en la memoria y que son capaces de darle vida a personajes de fuerte carácter”. En el influyente New York Times se redactó de él: “Voz de timbre oscuro, de enorme pasta dramática y de tremendo vigor…”

Este joven maestro, con un amplio futuro, se estableció en Xalapa prácticamente desde que concluyó el pasado Junio Musical, decidido a cumplir, desde la capital veracruzana, sus múltiples compromisos profesionales. Uno de ellos le exigirá partir hacia Barcelona para cantar, a mediados de este febrero, una Aida de Verdi. Otro le requiere desde Manaos, Brasil, para cantar Otello; y más tarde irá a Palmas de Gran Canaria para grabar el estreno mundial de la ópera La hija del cielo, de Juan José Falcón.

Sus maestros de canto en Xalapa fueron Manuel García, Judith Sánchez de Cardel y Olga Baldassari. Más tarde se trasladó a la Ciudad de México, donde continuó en los renglones de repertorio e interpretación con Luciana Piñera de Figuerola, James Demster, Antonio González y Manuel Peña.

En 1991 debutó en el Palacio de Bellas Artes cantando el papel de “Escamillo” en Carmen. A partir de entonces, su ascendente carrera lo ha llevado a cantar con las orquestas más importantes y en los principales teatros y festivales culturales de México. Su repertorio incluye los papeles principales de barítono en La Traviata, Aída, Carmen, Elíxir de amor, Roberto Devereux, Turandot, La Bohème, Las bodas de Fígaro, Cavalleria Rusticana, I Pagliacci, Lucia di Lammermoor, Salomé, Ariadne en Naxos, Elektra, Bastián y Bastiana, Rigoletto, Tosca, Nabucco, Fausto, Madama Butterfly, Tata Vasco, Andrea Chenier, Simon Boccanegra, Un baile de máscaras y Don Carlo.

En el renglón de la música sinfónica ha abordado con enorme propiedad la Novena sinfonía de Beethoven, Carmina Burana de Carl Orff, las misas de Réquiem de Mozart, Verdi y Brahms, El Mesías de Haendel y las misas de Mozart, Haydn y Strauss.

Consideración aparte merece su desempeño al lado de gentes de gran calibre en los escenarios mundiales como Plácido Domingo, Sherril Milnes, Francisco Araiza, Ramón Vargas, Leona Mitchell, Luis Lima, Fernando de la Mora, Pablo Elvira, Rosario Andrade, Vladimir Chernov, Verónica Villarroel y Juan Pons.

Participó, junto a Plácido Domingo y Olivia Gorra, en el concierto de gala ofrecido en el Palacio de Bellas Artes a los reyes de España y al presidente de la República. Consolidado como el mejor barítono verdiano en México, ha cantado en Chicago, Puerto Rico, La Coruña, Santander, Nueva York, Tenerife, Buenos Aires, Río de Janeiro, Hong Kong, Niza, Seattle y México, entre otras muchas ciudades que cuentan con compañías importantes de ópera.

Genaro considera sumamente saludable el ámbito social y cultural de Xalapa. Se siente a gusto y ha decidido comprar un terreno campestre sobre el cual edificará su residencia permanente y, él mismo lo expresa, definitiva.

No descarta la posible participación en siguientes festivales Junio Musical ni trabajar con orquestas como la Sinfónica Juvenil del Estado de Veracruz o la Sinfónica de Xalapa. Todo ello debe combinarse adecuadamente con los compromisos en el extranjero.

Por lo pronto, el ingeniero de Coatzacoalcos que decidió ser cantante de ópera ya está entre nosotros.