Boca del Río, Ver.- En América
Latina, México representa la mayor prevalencia de diabetes
y se calcula que existen entre uno y medio y dos millones de habitantes
que padecen diabetes, enfermedad que trae como complicación
el llamado "pie diabético", el cual causa del 50
al 70 por ciento de las amputaciones en miembros inferiores.
José del Carmen Rojas Cano, egresado de la Facultad de Medicina
de la Universidad Veracruzana (UV) en esta región, realizó
una investigación sobre los beneficios de la “Oxigenoterapia
hiperbárica en el pie diabético”, técnica
con la que se ha llegado, incluso, a eliminar la amputación
de extremidades de pacientes en elevados porcentajes.
Rojas Cano explicó que el pie diabético es una complicación
neurovascular que compromete a las extremidades inferiores, inducida
por hiperglucemia persistente con o sin existencia de isquemia y previo
desencadenante traumático, que produce lesión como ulceración
susceptible a infección que puede evolucionar hasta gangrena
con riesgo de pérdida de la extremidad.
“Por lo general, el paciente diabético que lleva muchos
años con la enfermedad va perdiendo sensibilidad en sus extremidades
inferiores y cuando hay una lesión, por pequeña que
sea, no la siente, ésta va creciendo y se infecta hasta derivar
en una gangrena. Las principales manifestaciones clínicas son
signos neuropáticos, vasculares e infecciosos”, detalló
la ahora médica cirujana por la UV.
La etiología del pie diabético es de origen multifactorial
–explicó–, pero existen factores predisponentes
identificados como la hiperglucemia, neuropatías sensitiva,
motora y autonómica, vasculopatía, inmunocompromiso,
disminución del retorno venoso, traumatismo externo e infección.
Los síntomas, precisó José del Carmen Rojas,
pueden variar según el tipo de neuropatía: “Si
es sensitiva presenta ardor, hormigueo, dolor e hipersensibilidad;
si es motora se presenta debilidad y caída del arco plantar;
si es autonómica existe disminución de la sudoración
y piel seca”. Ante cualquiera de estos síntomas el paciente
diabético debe sospechar y acudir de inmediato con su médico,
para evitar que una posible lesión progrese debido a una infección.
A
pesar de la complicación, sí hay tratamiento con resultados
comprobados
Sin embargo, ante este desolado panorama, hay un terapéutica
farmacológica que ayuda en gran medida al tratamiento de
este mal, se trata de la oxigenoterapia hiperbática, con
la que se ha llegado, incluso, a eliminar la amputación en
elevados porcentajes de pacientes.
Esta modalidad terapéutica se fundamenta en la obtención
de elevadas presiones parciales de oxígeno puro al respirarlo
en el interior de una cámara hiperbárica, a una presión
superior a la atmosférica. Su margen de aplicación
está determinado por la presión máxima alcanzada,
la duración de la inhalación y la frecuencia y número
total de exposiciones: “Consiste en que el paciente respire
oxígeno puro al 100 por ciento de manera continua o intermitente
dentro de una cámara presurizada con una presión en
el interior mayor de 1.4 atmósferas”, explicó
José del Carmen.
La oxigenoterapia promueve la proliferación capilar, activa
el sistema inmunológico celular, estimula la regulación
de factores de crecimiento, restablece el ambiente celular, reduce
las necesidades de insulina con la disminución de glucosa,
alimenta la resorción ósea activando los ostoblastos,
estimula la activación de receptores de los factores de crecimiento
en el sitio de la úlcera e incrementa la cicatrización
de las úlceras, entre otros beneficios.
Con la cámara presurizada se incrementa la presión
atmosférica dos o tres veces más sobre la presión
atmosférica normal. Al paciente se le expone el cuerpo a
dichas presiones y respira 100 por ciento oxígeno presurizado
(el aire que normalmente respiramos todos los días contiene
de un 19 a un 21 por ciento de oxígeno). Durante el tratamiento,
la corriente sanguínea y las células del cuerpo llegan
a saturarse de oxígeno a un grado tan alto (la saturación
puede llegar hasta un 2000 por ciento), que el proceso de revitalización
y saneamiento en el cuerpo tiende a acelerarse mucho más
rápido que en condiciones de oxigenación normales.
Aunque su eficacia ha sido demostrada, José del Carmen Rojas
advierte que no debe sustituir por sí sola a los métodos
tradicionales como las curaciones diarias, rotación de colgajos,
uso de antibióticos y colocación de injertos, medidas
que deben tomarse antes de llegar a la decisión definitiva
de la amputación.
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