Este prototipo se une al que ya habían diseñado en coordinación con el Centro Nacional de Microelectrónica de Barcelona y que se creó específicamente para cumplir con el contrato de colaboración con la empresa siderúrgica TAMSA.

“El aparato no solamente cuenta con diseño de la UV, también hubo participación de investigadores de la UNAM y del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del IPN, unidad Guadalajara. Lo recibimos hace poco y estamos en la etapa de medición y caracterización, con el objetivo de ver si este prototipo cumple con las especificaciones planteadas en el proyecto e identificar las áreas en las que puede ser utilizado”, dijo Pedro García.

Diseñado a nivel de software y maquilado en la empresa norteamericana Wafer fabs, el prototipo podría tener diversas aplicaciones en el sector eléctrico, en la industria siderúrgica, e inclusive, si se hiciera un análisis en cuanto a inocuidad de materiales, podría utilizarse para aplicaciones biomédicas, siempre y cuando se aumentara la sensibilidad del aparato.

“El trabajo que se hizo en el centro fue de diseño, ya que no contamos con un cuarto limpio de fabricación de circuitos integrados, que esperamos tener para el año 2009, y que tendría un costo de aproximadamente 50 millones de pesos, con lo cual no sólo obtendríamos un lugar para albergar investigadores, sino que también podríamos fabricar chips por nuestra cuenta sin tener que mandar a maquilar a otro lado”, afirmó García.

El titular del centro aseguró que una de las partes más importantes del trabajo que se está realizando en la entidad universitaria es la vinculación con las empresas públicas y privadas para desarrollar aparatos con aplicaciones concretas y que resuelvan problemas locales y nacionales.

“Además del trabajo que ya estamos haciendo con TAMSA, hemos tenido reuniones con gente de Comisión Federal de Electricidad y la Secretaría de Marina, para presentar la propuesta y las líneas de investigación del centro para tratar de empatarlas con las necesidades de ellos, además de que esto nos proyectaría para obtener otro tipo de recursos externos a los de la universidad”, señaló.

García mencionó que a nivel académico se tienen muy buenas relaciones de colaboración con la Universidad de Texas en Austin, con Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE) y con el Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del IPN, unidad Guadalajara, además de que otros institutos de la propia UV han mostrado su interés para manejar investigaciones conjuntas, por ejemplo el Laboratorio de Química Molecular.

“La idea es que el grupo de investigadores del Centro crezca cada vez más, con la finalidad de que se fortalezcan las dos áreas: la microelectrónica y la nanotecnología; ya tenemos expertos en óptica, en materiales aplicados a la medicina, en sensores de gas, diseño mecánico; y ahora el reto es integrar los diversos campos del conocimiento para construir un producto que no solamente se quede en la etapa de investigación básica, sino que sea investigación aplicada, encaminado a resolver necesidades estatales en primera instancia, y a nivel nacional”, afirmó.

Pedro García comentó que se acaban de incorporar al centro dos investigadores que vienen de un posdoctorado en la Universidad de Washington en Seattle, con perfiles de nanotecnología, y la intención es que se enfoquen en cuestiones referentes a la salud y monitoreo ambiental.

Proyecto de posgrado
García aseguró que se espera que para el año próximo se pueda tener ya un posgrado en la especialidad con una oferta académica que permita que jóvenes veracruzanos interesados en esta área del conocimiento no tengan que irse a otro lado a estudiar.

“Nos estamos poniendo de acuerdo para crear una currícula que pueda ofrecer un programa que incremente la masa crítica en este campo del conocimiento que tanta falta le hace al estado de Veracruz y al país, y estamos planteando enfocar los cursos a tres ramas fundamentales: aplicaciones para telecomunicaciones, automotrices y médicas”, dijo.