Año 6 • No. 212  • Febrero 20 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  En Veracruz
Plaguicidas no dañan la salud por sí solos, sino por su uso inadecuado
Juan Carlos Plata
Es el uso inadecuado y no los propios elementos tóxicos de los plaguicidas lo que causa daños a la salud, ya que, si éstos se utilizan según la recomendación –de tiempo, dosis, etcétera–, sus componentes químicos cumplen su función, se metabolizan y desaparecen, aseguró el investigador del Instituto de Medicina Forense, Stefan Waliszewski.

“Antes de salir al mercado, los plaguicidas son sometidos a una larga serie de pruebas para determinar su toxicidad, se establece una norma para su uso y así obtener un beneficio, que es proteger las cosechas; si el campesino utiliza cualquier plaguicida, de acuerdo a la recomendación –lo que implica que va a tener un tiempo para combatir la plaga, metabolizarse y desaparecer–, no pasará nada; pero si el producto a consumir se trata con el plaguicida un día antes de su venta, es obvio que las cantidades de éste serán muy altas y el producto será dañino para el consumidor”, afirmó Waliszewski.

Una vez que estos compuestos se encuentran en el cuerpo humano pueden ocasionar severos daños y es necesario hacer monitoreos y estudios de estos compuestos en los humanos para determinar la magnitud del peligro, de los que el Instituto de Medicina Forense de la UV es pionero en el país. El costo de estos análisis oscila entre los mil 500 y dos mil pesos por cada muestra.
“En México no existen datos de monitoreo porque no hay estos estudios; en Europa, por ejemplo, todo está reglamentado a través de ciertas normas de las secretarías de Salud, existen laboratorios que se dedican exclusivamente a analizar miles de muestras para ver el estado de contaminación por plaguicidas en distintos productos alimenticios; y en Estados Unidos también hay un trabajo parecido”, dijo el investigador.
El Instituto hace la toxicología y la circulación ecológica de estos contaminantes –principalmente organoclorados–, además de analizar el ecosistema, cómo se distribuyen de acuerdo a sus contenidos y sustancias activas, entre el suelo y diferentes plantas; también se trabaja en su volatilización y distribución en la atmósfera, su transporte a través de diversas partículas y efectos mutagénicos de los ingredientes de las partículas.

Los plaguicidas organoclorados
Son aquellos compuestos que presentan cloro en su molécula, esta clasificación agrupa a un considerable número de compuestos sintéticos, cuya baja presión de vapor y gran estabilidad físico-química condicionan que su persistencia en el ambiente sea elevada.

Pueden ingresar al organismo por ingestión, inhalación, o por contacto con la piel y, según el investigador, se pueden acumular y ocasionar interferencias, principalmente en el balance hormonal; pueden circular por el sistema sanguíneo.

“Los trastornos que pueden causar estas sustancias en la salud de los humanos son muy variadas, hay cerca de 300 compuestos e ingredientes activos de plaguicidas con estas características, y cada uno tiene su modo de acción; además, el nivel de exposición a estas sustancias es diferente en un trabajador de una planta que hace insecticidas, en un consumidor de alimentos o en una persona que vive cerca de una plantación rociada con insecticida”, aseguró Walisezewski.

La penetración dérmica de los plaguicidas organoclorados varía ampliamente, desde el DDT, que es poco absorbido por la piel intacta, hasta aquellos como Endrín, Aldrín, Dieldrín y Heptacloro, que penetran con mayor rapidez y proporción. Los efectos tóxicos de los plaguicidas organoclorados se observan con mayor rapidez después de su ingestión, que por exposición dérmica o inhalación.