Año 6 • No. 212 • Febrero 20 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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La UV, sus libros y sus autores
Al rescate de la alta poesía de
Salvador Díaz Mirón
Germán Martínez Aceves
Pasional, polémico, impulsivo y talentoso, Salvador Díaz Mirón, el gran escritor veracruzano, muestra la vigencia de su vigorosa poesía al reaparecer su libro antológico Lascas, en el número uno de la colección Clásicos Mexicanos de la Universidad Veracruzana gracias al trabajo meticuloso del maestro Manuel Sol Tlachi.

Salvador Díaz Mirón (Veracruz, 1853-1928) fue un poeta popular de su tiempo en México, Hispanoamérica y España en un contexto que transita por invasiones extranjeras, la larga época porfiriana y la explosión de la Revolución mexicana, donde la poesía se centraba en el romanticismo pero que Díaz Mirón, con su pluma tejedora de palabras inacabables, le daba una visión más compleja para abrirle paso al modernismo y a la considerada poesía “naturalista”.

Gracias a la idea de confeccionar la colección Clásicos Mexicanos, que tiene el propósito de ofrecer los textos fundamentales de nuestra literatura desde la época colonial hasta nuestros días, podemos regresar ahora a Salvador Díaz Mirón a través de este trabajo meticuloso y muy completo que nos ofrece Manuel Sol Tlachi, profesor-investigador del Instituto de Investigaciones Lingüística-Literarias de nuestra Universidad, miembro del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de la Lengua. El maestro Sol no se limita a hacer una reimpresión cuidadosa de Lascas, sino que agrega valiosa información con datos biográficos del poeta veracruzano, ubica el contexto histórico, sobresaliendo las críticas y comentarios que se realizaron en su época cuando se publicó por primera vez el libro.
Algunos de los poemas de Salvador Díaz Mirón se publicaron en diversos periódicos y revistas, algunas antologías fueron recogidas en El Parnaso Mexicano, pero la recopilación completa apareció en una edición no autorizada que publicó en Nueva York la Casa Beston & Ca. en 1895. A pesar de la contrariedad del poeta veracruzano, el libro se volvió a publicar en 1900 por la misma casa editorial y en París, por la Vda. de Ch. Bouret.

En medio de su atribulada vida, Díaz Mirón vivió un tiempo en Xalapa, en la “Quinta Rosas” por el Parque de Los Berros, lapso en el cual se decidió a reunir poemas inéditos y los editó en el libro Lascas con el apoyo del entonces gobernador Teodoro A. Dehesa. La publicación quedó lista el 29 de junio de 1901 con 40 poemas, 1 618 versos, un prólogo, Dos palabras y una nota general.

En Lascas destacan poemas como Epístola joco-seria con una carga de sarcasmo: “Mientras haya en ciudad y cortijo/ gallineros que ostenten su rijo;/ y por calles, y en lúbricos tratos,/ además de perros o gatos; / y en el aire y el muro y el suelo/ moscas tiernas, a pares, en celo;/ mi librillo en palacios y chozas/ ha de ser inocente a las mozas”.

Excelsior, escrito en la cárcel y con el rencor de que le hubieran publicado sus poemas en el extranjero sin autorización; “... Al mal dolo procuren/ fuerza y laurel que la razón no alcanza./ ¡Aún sé cantar; y en versos que perduren/ publicaré a los siglos mi venganza...”

Cintas de sol, donde la ausencia de romanticismo hace temblar a los positivistas de la época: “La joven madre perdió a su hijo,/ se ha vuelto loca y está en su lecho./Eleva un brazo, descubre un pecho,/suma las líneas de un enredijo./ El dedo en alto y el ojo fijo,/cuenta las curvas de adorno al techo;/ y muestra un rubro pezón, derecho/ como en espasmo y ardor de rijo”

El fantasma, por el cual ha sido considerado por los críticos como el mejor poeta de su época: “Blancas y finas, en el manto apenas/ visibles, y con aire de azucenas,/las manos –que no rompen mis cadenas./ Azules y con oro enredados,/ como las noches limpias de nublados,/los ojos –que contemplan mis pecados./ Como albo pecho de paloma el cuello;/ y como crin de sol barba y cabello;/y como plata el pie descalzo y bello./...”

Hasta la inefable Paquito, que formaba parte del repertorio de declamadores y festejos de las escuelas primarias: “Cubierto de jiras,/al ábrego hirsutas/ al par que las mechas/ crecidas y rubias,/el pobre chiquillo/ se postra en la tumba;/ y en voz de sollozos/ revienta y murmura:/ ‘Mamá, soy Paquito;/ no haré travesuras’./ Y un cielo impasible despliega su curva...”

Para encontrar y reencontrar la poesía de Salvador Díaz Mirón, bien vale adquirir Lascas, colección Clásicos Mexicanos número 1, tiene 214 páginas y se editó en el 2005. Se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario, en sus dos direcciones, Hidalgo 9 o Xalapeños Ilustres 37; en las USBI que se encuentran en el estado o en la Dirección General Editorial, Juan de la Barrera 209.

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