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La UV, sus libros y sus autores
Al rescate de la alta poesía de
Salvador Díaz Mirón
Germán Martínez Aceves |
Pasional,
polémico, impulsivo y talentoso, Salvador Díaz Mirón,
el gran escritor veracruzano, muestra la vigencia de su vigorosa poesía
al reaparecer su libro antológico Lascas, en el número
uno de la colección Clásicos Mexicanos de la Universidad
Veracruzana gracias al trabajo meticuloso del maestro Manuel Sol Tlachi.
Salvador Díaz Mirón (Veracruz, 1853-1928) fue un poeta
popular de su tiempo en México, Hispanoamérica y España
en un contexto que transita por invasiones extranjeras, la larga época
porfiriana y la explosión de la Revolución mexicana,
donde la poesía se centraba en el romanticismo pero que Díaz
Mirón, con su pluma tejedora de palabras inacabables, le daba
una visión más compleja para abrirle paso al modernismo
y a la considerada poesía “naturalista”. |
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Gracias
a la idea de confeccionar la colección Clásicos Mexicanos,
que tiene el propósito de ofrecer los textos fundamentales
de nuestra literatura desde la época colonial hasta nuestros
días, podemos regresar ahora a Salvador Díaz Mirón
a través de este trabajo meticuloso y muy completo que nos
ofrece Manuel Sol Tlachi, profesor-investigador del Instituto de Investigaciones
Lingüística-Literarias de nuestra Universidad, miembro
del Sistema Nacional de Investigadores y de la Academia Mexicana de
la Lengua. El maestro Sol no se limita a hacer una reimpresión
cuidadosa de Lascas, sino que agrega valiosa información
con datos biográficos del poeta veracruzano, ubica el contexto
histórico, sobresaliendo las críticas y comentarios
que se realizaron en su época cuando se publicó por
primera vez el libro. |
Algunos de los poemas de Salvador Díaz Mirón se publicaron
en diversos periódicos y revistas, algunas antologías
fueron recogidas en El Parnaso Mexicano, pero la recopilación
completa apareció en una edición no autorizada que publicó
en Nueva York la Casa Beston & Ca. en 1895. A pesar de la contrariedad
del poeta veracruzano, el libro se volvió a publicar en 1900
por la misma casa editorial y en París, por la Vda. de Ch.
Bouret.
En medio de su atribulada vida, Díaz Mirón vivió
un tiempo en Xalapa, en la “Quinta Rosas” por el Parque
de Los Berros, lapso en el cual se decidió a reunir poemas
inéditos y los editó en el libro Lascas con el apoyo
del entonces gobernador Teodoro A. Dehesa. La publicación quedó
lista el 29 de junio de 1901 con 40 poemas, 1 618 versos, un prólogo,
Dos palabras y una nota general.
En Lascas destacan poemas como Epístola joco-seria
con una carga de sarcasmo: “Mientras haya en ciudad y cortijo/
gallineros que ostenten su rijo;/ y por calles, y en lúbricos
tratos,/ además de perros o gatos; / y en el aire y el muro
y el suelo/ moscas tiernas, a pares, en celo;/ mi librillo en palacios
y chozas/ ha de ser inocente a las mozas”.
Excelsior, escrito en la cárcel y con el rencor de que le hubieran
publicado sus poemas en el extranjero sin autorización; “...
Al mal dolo procuren/ fuerza y laurel que la razón no alcanza./
¡Aún sé cantar; y en versos que perduren/ publicaré
a los siglos mi venganza...”
Cintas de sol, donde la ausencia de romanticismo hace temblar
a los positivistas de la época: “La joven madre perdió
a su hijo,/ se ha vuelto loca y está en su lecho./Eleva un
brazo, descubre un pecho,/suma las líneas de un enredijo./
El dedo en alto y el ojo fijo,/cuenta las curvas de adorno al techo;/
y muestra un rubro pezón, derecho/ como en espasmo y ardor
de rijo”
El fantasma, por el cual ha sido considerado por los críticos
como el mejor poeta de su época: “Blancas y finas, en
el manto apenas/ visibles, y con aire de azucenas,/las manos –que
no rompen mis cadenas./ Azules y con oro enredados,/ como las noches
limpias de nublados,/los ojos –que contemplan mis pecados./
Como albo pecho de paloma el cuello;/ y como crin de sol barba y cabello;/y
como plata el pie descalzo y bello./...”
Hasta la inefable Paquito, que formaba parte del repertorio
de declamadores y festejos de las escuelas primarias: “Cubierto
de jiras,/al ábrego hirsutas/ al par que las mechas/ crecidas
y rubias,/el pobre chiquillo/ se postra en la tumba;/ y en voz de
sollozos/ revienta y murmura:/ ‘Mamá, soy Paquito;/ no
haré travesuras’./ Y un cielo impasible despliega su
curva...”
Para encontrar y reencontrar la poesía de Salvador Díaz
Mirón, bien vale adquirir Lascas, colección
Clásicos Mexicanos número 1, tiene 214 páginas
y se editó en el 2005. Se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico
Universitario, en sus dos direcciones, Hidalgo 9 o Xalapeños
Ilustres 37; en las USBI que se encuentran en el estado o en la Dirección
General Editorial, Juan de la Barrera 209.
Comentarios a esta reseña favor de enviar a gemartinez@uv.mx |
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