Año 6 • No. 214  • marzo 6 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Melanie Asenet Rivera: cómo observar
el futuro en grande
Melanie Asenet Rivera Gracia concibe sus proyectos en grande. Con la intención de realizar una carrera artística de ambiciosos trazos, de llegó desde la lejana ciudad de Durango para estudiar en la Facultad de Música de la UV, luego de prepararse inicialmente como violinista en su lugar de origen. Allá estudió, desde los siete años de edad, en un taller de música de la universidad local, para pasar a la Sinfónica de la misma institución.

La experiencia de esta jovencita parece nutrida, pese a su corta edad. Ha formado parte de la fila de instrumentistas de cuerda de la Camerata de Coahuila y de la Orquesta de Cámara de las Américas. Con éste último organismo tuvo la oportunidad de viajar hacia Europa y tocar en Alemania, Francia, Suiza y la República Checa.
Cursando apenas el noveno semestre de la licenciatura en Artes especialidad violín, con Carlos Marrufo, ya se ha presentado como solista con al Sinfónica de Durango y en recitales en diversos foros de Xalapa. Es, además, asidua asistente a los cursos magistrales que imparten los profesores de origen chileno Arón (así, sin doble “a”) y Saúl Bitrán, integrantes del célebre Cuarteto latinoamericano de Cuerdas.

Después de presentar un recital al lado de la pianista Eleonora Barrales, en que se destacaron obras de Bach, Andel, Mozart y Sarasate, entre otros, Melanie nos comenta que gusta mucho del género clasicista aunque comienza ya a abordar partituras que contienen una buena dosis de elevado virtuosismo. Y el español Pablo Martín Melitón Sarasate es uno de aquellos maestros que pusieron por delante la filigrana, el preciosismo, para generar obras que son verdaderas trampas técnicas.

«Me encuentro al inicio de mi trayectoria. Además del Clasicismo, que me fascina por su claridad y pureza de ideas musicales, me gusta abordar un poco de todo aunque no me inclino por obras contemporáneas y el dodecafonismo.

Pero uno nunca sabe y ¿qué tal si con el paso del tiempo me interesa?
Con respecto del profesor que conduce su preparación, nos indica que son muchos los detalles de su enseñanza que le gustan. “El maestro Marrufo es lindo como persona y como guía. Me enseña a estudiar bien, a emplear la cabeza, a ser consciente de la trascendencia de las clases. Y eso es lo considero la base de todo el aprendizaje… me enseña a aprender…”

Melanie considera que el violín y su música son parte elemental de su vida. Aunque nadie en su familia es músico, desde la secundaria sabía perfectamente qué esperaba de la vida. Hoy aspira a terminar su carrera, concretar el viaje de preparación hacia Europa para tomar clases con algún afamado maestro, alcanzar la maestría y, si se puede, un doctorado. Todo tendiente a, desde luego, hacerse de un nombre entre los violinistas mexicanos distinguidos.

También planea hacerse de un instrumento acorde con sus anhelos artísticos. “Mi violín ya ha dado todo de sí, y aunque no es un instrumento malo, voy a hacerme de un buen instrumento. Eso será vital en mi desarrollo”.

Por lo pronto, la Sinfónica de Durango le ha programado para regresar como solista y tocar el Quinto concierto para violín de Mozart. En una región sin tradición musical bien establecida, pero en la que surgieron gentes del tamaño de Silvestre Revueltas y Ricardo Castro, la actividad musical es casi inexistente.
“Los duranguenses que buscan una buena preparación musical deben salir de allí y encontrar su oportunidad en otras latitudes”, menciona.

Melanie Asenet parece tomar las cosas con calma. El tiempo está de su lado y sabe que su momento llegará. Para ello trabaja arduamente y se prepara a conciencia. Ella, apenas cabría la duda, es la ejemplificación de la forma como los jóvenes deberían contemplar su futuro: en grande, cuajado en planes y con el impulso de la decisión para los grandes logros.