Año 6 • No. 215 • marzo 13 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Asegura Griselda Gutiérrez, de la UNAM
Urge llevar la filosofía fuera
de los muros universitarios
Alma Espinosa
«Necesitamos hacer presencia y mostrar cuán relevantes siguen siendo las reflexiones filosóficas»: Griselda Gutiérrez
“La academización de la filosofía ha provocado que ésta sea un tema de especialistas que se cultiva únicamente al interior de los muros universitarios y, por ende, que tenga poca proyección”, aseguró Griselda Gutiérrez Castañeda, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), durante su participación en el Encuentro Nacional de esta disciplina, realizado en el marco del 50 aniversario de la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana (UV).

Una de las tendencias que se ha dejado transcurrir de manera inercial, dijo, y que ha hecho mucho daño es precisamente la academización, que no permite que la filosofía tenga trascendencia en espacios extra universitarios: “Hay tantos temas que nos inquietan y nos importan a nivel social, político, cultural, etcétera, y de los que frecuentemente hablan los opinadores”.

Estas personas, explicó, en la mayoría de los casos no tienen formación, algún respaldo reflexivo o producción investigativa para imponer sus opiniones. Precisamente “son espacios que hemos dejado vacíos, pues muchos de nosotros estaríamos en posibilidades de hacer presente nuestra disciplina y en determinado momento construir liderazgos, incidir a nivel de la discusión y, por qué no, contribuir en la formulación de políticas públicas”, aseguró.

Griselda Gutiérrez Castañeda,
académica de la UNAM, lamentó que los filósofos no son una prioridad de los gobiernos.

La autora del libro Democracia y luchas de género: la construcción de un nuevo campo teórico y político afirmó que hay múltiples formas, sin dejar de ser académicos, en que los filósofos pueden buscar cómo vincularse no sólo con los medios de comunicación, sino con el sector público u otras instancias de organización de la sociedad civil.

“Necesitamos hacer presencia y mostrar cuán relevantes siguen siendo las reflexiones filosóficas. Además, mediante nuevas estrategias de conocimiento, como el diálogo con otras disciplinas, atacar problemas que son muy importantes y en los que una perspectiva filosófica puede ser muy prudente y oportuna para redimensionar el significado, la gravedad del problema y su solución”, confió.

Al presentar su ponencia “Retos de las facultades de filosofía en un mundo globalizado” en el auditorio de Humanidades de la UV, Griselda Gutiérrez señaló que esta disciplina no siempre estuvo inmersa en las universidades; sin embargo, la historia moderna y contemporánea la ha ubicado dentro de este contexto.

Para hablar del futuro de las facultades consideró necesario referirse a los sistemas de educación pública, concretamente a las universidades públicas, a los que está respondiendo el apoyo financiero de las instituciones. “Podemos apreciar cómo se han ido modificando de forma sustancial las políticas públicas que se aplican al sector educativo. En ese sentido, han existido paradigmas distintos que tienen que ver con un entorno social, económico y político general”, comentó.

Lo anterior ha significado una serie de restricciones muy notables en las instituciones, que ponen a los filósofos en posición de preguntarse si tienen futuro y cuál es la situación a la que se enfrentan por las presiones y cambios políticos. De por sí, dijo, “no somos una prioridad a la que valga la pena invertirle, esto va de la mano con una insensibilidad profunda de nuestros políticos o los tomadores de decisiones sobre lo relevante que es cultivar las humanidades como una forma de fortalecer una cultura en general, nacional, política, cívica, ética, entre sus pobladores”.

La investigadora en el campo de la filosofía política clásica y contemporánea en la UNAM, comentó que los horizontes globalizadores al mismo tiempo son retos y obstáculos para la disciplina, ya que imponen políticas de evaluación y acreditación que en muchos de los casos utilizan criterios distintos a la naturaleza de la filosofía.

“Eso nos reclama, a manera de reto, hacer toda una serie de reformulaciones y generar estrategias que nos permitan incidir de manera significativa en el futuro de nuestras propias disciplinas y de las universidades públicas dentro de este entorno globalizado”, concluyó la filósofa.