Demián Hinojosa Garro, académico
de la facultad, es el responsable de los proyectos que buscan incidir
en la mejora de dos cuerpos de agua imprescindibles para nuestro estado,
a través de trabajos de investigación, así como
de información y sensibilización dirigidos a los habitantes
de las comunidades aledañas.
En entrevista, el académico explicó que como parte del
proyecto Monitoreo de macroinvertebrados acuáticos asociados
a manglar y vegetación riparia en la cuenca baja del río
Coatzacoalcos se pretende determinar los cambios en la diversidad,
distribución y abundancia de especies como caracoles, larvas
de escarabajos, libélulas y cangrejos, como resultado de la
contaminación de este río.
Este grupo de organismos, denominados macroinvertebrados, pueden ser
utilizados como especies "indicadoras" de degradación
de ambientes acuáticos. Hasta el momento, informó, se
han registrado 32 especies, entre las que se encuentran 12 de caracoles,
un número igual de cangrejos y camarones, seis de insectos
acuáticos y dos de moluscos.
Es preciso señalar, dijo, que en algunas partes del río
se ha detectado un leve incremento de especies, como en las denominadas
Arroyo Calzadas y Canal Chigo. En tanto, la diversidad en las zonas
más contaminadas no ha disminuido drásticamente. "Esto
es un indicador de que el ecosistema ha soportado el impacto generado;
sin embargo realizaremos un estudio comparativo para determinar las
especies a ser monitoreadas periódicamente en la cuenca baja",
aseguró.
Según Hinojosa Garro los estudios más recientes de descripción
de macroinvertebrados en la zona datan de la década de los
80 del siglo pasado, por lo que es trascendental realizar uno con
las condiciones actuales y medir a través de análisis
estadísticos el grado de afectación por agentes extraños.
Actualmente, indicó, se analizan los datos obtenidos de una
colecta realizada durante seis meses; en todo el proceso participan
académicos y estudiantes de la FISPA, que han visto un campo
nuevo para desarrollar.
Cuando se tengan las conclusiones y recomendaciones establecerán
monitoreos y se respaldará la información con análisis
de calidad del agua. Con la participación de los académicos
se ha logrado abarcar también la fauna terrestre y la perteneciente
al manglar. «La idea es que se contribuya al conocimiento de
la sociedad, que ya reclama con más frecuencia que se le dé
prioridad a la ecología de la región de Coatzacoalcos
debido a la presencia de industrias», adelantó.
¡Al
rescate de la laguna de Sontecomapan!
En el caso de esta laguna, Hernández Garro encabeza el proyecto
Estructura de comunidades y estado trófico en canales someros
de la laguna de Sontecomapan. Éste propone la caracterización
de los ecosistemas acuáticos y terrestres (niveles de eutrofización,
hidrología, grado de conservación, etcétera),
así como dinámica e interacción de la flora
y fauna. Esto último «permitirá establecer prácticas
adecuadas de manejo, explotación y conservación, que
permitan minimizar el deterioro de los humedales e incrementar el
conocimiento biológico de la laguna», explicó.
En México, continuó, la sobreexplotación y
la falta de programas de manejo adecuados han promovido el deterioro
de los humedales; "por lo que es vital determinar las áreas
costeras prioritarias a lo largo del país en las cuales se
deben promover prácticas de conservación y manejo
de humedales".
Para realizar las tareas de investigación participan grupos
de estudiantes, uno en particular se dedica a la educación
ambiental. Esto contribuye a que las comunidades tengan conocimiento
de los canales, su funcionamiento y las especies que son utilizadas
para consumo, con el fin de que sean explotadas de manera racional.
Antes de concluir la entrevista, Demián Hernández
afirmó que los habitantes de Sontecomapan ya tienen una conciencia
de lo que es la laguna y los beneficios. Justamente esto es lo que
los universitarios van a reafirmar con la información. Esto
con el fin de dar más sentido de lo que está pasando
y minimizar el impacto de la contaminación.
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