Año 6 • No. 216 • Marzo 20 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Ahorran pagando salarios bajos y negando seguridad social a maquiladores
Crecen transnacionales a
costa de países en desarrollo
Edith Escalón
Con los recursos que ahorran las empresas transnacionales al negar seguridad social y otros derechos laborales a los trabajadores de los países en desarrollo, las grandes compañías obtienen ventajas comerciales que les permiten crecer y competir a costa de los empleados. Leyes más estrictas en las regiones “maquiladoras” podrían cambiar este escenario, planteó Jorge Ortiz Escobar, jurista y académico de la Universidad Veracruzana (UV).

Jorge Ortiz Escobar.
Al participar en el Seminario de Derecho y Globalización, organizado por la UV, el especialista aseguró que esta situación podría frenarse haciendo valer, por ejemplo, la “cláusula social” en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que establece la obligación de los miembros al reconocimiento de derechos laborales de los trabajadores.

Dijo que el “dumping social”, como le llaman a esta práctica derivada de la globalización, es utilizado por las grandes empresas transnacionales para irrumpir deslealmente en el mercado de otros países, además, con ventajas económicas por los grandes volúmenes que les generan utilidades con productos que son de baja calidad, bajo costo y bajo precio.
“La competencia desleal afecta directamente a las empresas y a la economía nacional de los países subdesarrollados que no pueden sostener el ritmo de ‘costos’ y ‘productividad’ que imponen las empresas transnacionales, que se traduce en un círculo vicioso de la economía”, aseguró el jurista durante el seminario internacional Derecho y Globalización.

Para hacer frente a esta práctica, el académico reiteró como fundamental hacer valer la cláusula social, pues “es la fórmula jurídica que podría garantizar a los trabajadores un mínimo de derechos laborales y de prestaciones de seguridad social, imponiendo sanciones a quienes violen esos mínimos”.

Explicó que en el seno de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se ha dado un amplio debate sobre la cláusula social, que también ha sido analizada por el propio sector empresarial privado, tratando de vincular el comercio internacional con el Derecho Laboral, particularmente a partir de 1989.

Aunado a esto, destacó la campaña para promover los Derechos Humanos tanto en Estados Unidos con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como en Europa, donde el tratado de la Comunidad Económica Europea contiene un capítulo sobre “disposiciones sociales”, orientadas a promover la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores.

Así, subrayó el interés que existe por el respeto a los derechos de los trabajadores. Puso como ejemplo el “Acuerdo de Cooperación Laboral de América del Norte”, que compromete a los estados a promover la libertad de asociación y el derecho a organizarse; el derecho a la negociación colectiva; el derecho de huelga; la prohibición del trabajo forzado; restricciones sobre el trabajo de menores; condiciones mínimas de trabajo, tales como el pago del salario mínimo y pago de tiempo extra que comprenden a los asalariados, incluyendo los no cubiertos por contratos colectivos.

Por otra parte, implica la eliminación de la discriminación en el empleo por motivos tales como raza, religión, edad, sexo u otros que fijen las leyes internas de cada una de las partes; el salario igual para hombres y mujeres; la prevención de lesiones y enfermedades ocupacionales; la compensación en caso de lesiones de trabajo y de enfermedades ocupacionales; la protección de trabajadores migratorios.

Habló también de la Carta Comunitaria de Derechos Sociales Fundamentales de los Trabajadores de la Unión Europea, que establece 12 categorías de derechos y remarcó su propuesta: “Si logramos que los sindicatos importantes de América Latina presenten proyectos específicos para reforzar la llamada ‘cláusula social’ en los tratados de comercio internacional es muy posible que a partir de estos mínimos necesarios de condiciones de trabajo –que sean respetados por las grandes empresas trasnacionales cuando traen su capital a estos países– pueda haber mayores beneficios para la clase trabajadora”, puntualizó.