Año 6 • No. 217  • marzo 27 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 Libros

 General

 Reportaje

 Sondeo

 
Arte

 Deportes


 Contraportada


 Números  Anteriores


 Créditos



 

 

 

Insuficiente protección del derecho a la intimidad
El Estado, amenaza contra
la vida privada

Gina Sotelo

Necesaria una cultura de seguridad informática frente a los avances tecnológicos
En México –a diferencia de otros países como Estados Unidos– el derecho a la intimidad y la vida privada no está constitucionalizado; sí existe, pero sólo como un apartado. No ha merecido una ley de protección de datos, lo que se traduce en que, de manera cada vez más sencilla, compañías privadas y el propio Estado posean información sobre nosotros aunque no estén autorizados para ello, expresó Luz del Carmen Martí Capitanachi en su conferencia “El derecho a la intimidad y a la vida privada en la era tecnológica”.

Durante su participación en el Seminario Internacional Derecho y Globalización, organizado por la Universidad Veracruzana (UV), Martí Capitanachi dijo que la preocupación surge cuando los procesos globalizadores y los grandes cambios que trae consigo el desarrollo de las nuevas tecnologías, la sociedad de la información y el conocimiento, crecen sin control ni regulación.

Luz del Carmen Martí Capitanachi.

Desde el principio de los tiempos, dijo, el hombre ha tenido la necesidad de un área privada, de reserva, en la que pueda estar en contacto consigo mismo, situación que ha cambiado con el tiempo: “En un principio las agresiones podían venir de las otras personas, luego de la prensa escrita, hoy se dan a través de los medios audiovisuales. Entonces, ¿qué pasa con los derechos a la intimidad en la era tecnológica?”

La especialista citó que es reciente la urgencia de que estos derechos estén reglamentados, fundamentados y respetados: “La protección que se da a ellos es insuficiente. El derecho privado se ha visto potencialmente amenazado con las nuevas tecnologías de la información”.

Sobre el tratamiento automatizado de los datos personales añadió que las empresas privadas o públicas –bancos, oficina de Hacienda o video clubes– poseen datos, ficheros públicos y privados, que con las nuevas tecnologías es fácil almacenar y comunicar: “El estado es el gran amenazador de la vida privada, por eso nos llaman por teléfono y llegan a casa ofertas o promociones que no pedimos”.

Habló también de la “teoría del mosaico”, es decir, mientras un esté dato aislado es un dato inofensivo, al ser comunicado a otros, se forma un perfil completo de la persona, que puede utilizarse con fines benéficos y otros no tanto.

Sobre las leyes para proteger los datos personales –que se pusieron en boga desde los años 70 en EU, tras el escándalo Watergate– añadió que los derechos están protegidos desproporcionadamente, “y debemos tener una ley para ello”.

La Internet, un peligro a la privacidad
Es, sin duda, el mejor medio para comunicar que ha tenido la historia, posee ventajas pero también desventajas: “No podemos evitar recibir correos de extraños que en ocasiones son molestos, sabemos ya que el hostigamiento electrónico sólo nos quita el tiempo” y eso.

Para Martí Capitanachi se debe pugnar porque los servidores tengan más códigos de privacidad, inviolabilidad en la correspondencia y acuerdos para una navegación segura: “Y tener así control sobre los datos que queremos ofrecer sin que exista la posibilidad de que éstos sean comunicados a personas no autorizadas”.

Expuesta la intimidad en el mundo globalizado
A manera de conclusión expresó que las nuevas tecnologías de la información son la mejor posibilidad que tenemos de comunicarnos, pero no hay que olvidar que ahora más que nunca está expuesta nuestra intimidad en un mundo globalizado: “Podemos resultar vulnerados por el propio poder público, así que es necesaria la construcción de una cultura de seguridad informática frente a los riesgos que representan los avances tecnológicos”.

Martí Capitanachi es investigadora del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Veracruzana. Profesora de la Facultad de Derecho. Autora de libros en Derecho Constitucional y Derecho a la Información y es directora de la revista Letras jurídicas.