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Insuficiente
protección del derecho a la intimidad
El Estado, amenaza contra
la vida privada
Gina Sotelo
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Necesaria
una cultura de seguridad informática frente a los avances tecnológicos
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En
México –a diferencia de otros países como Estados
Unidos– el derecho a la intimidad y la vida privada no está
constitucionalizado; sí existe, pero sólo como un apartado.
No ha merecido una ley de protección de datos, lo que se traduce
en que, de manera cada vez más sencilla, compañías
privadas y el propio Estado posean información sobre nosotros
aunque no estén autorizados para ello, expresó Luz del
Carmen Martí Capitanachi en su conferencia “El derecho
a la intimidad y a la vida privada en la era tecnológica”.
Durante su participación en el Seminario Internacional Derecho
y Globalización, organizado por la Universidad Veracruzana
(UV), Martí Capitanachi dijo que la preocupación surge
cuando los procesos globalizadores y los grandes cambios que trae
consigo el desarrollo de las nuevas tecnologías, la sociedad
de la información y el conocimiento, crecen sin control ni
regulación. |
Luz
del Carmen Martí Capitanachi.
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Desde
el principio de los tiempos, dijo, el hombre ha tenido la necesidad
de un área privada, de reserva, en la que pueda estar en
contacto consigo mismo, situación que ha cambiado con el
tiempo: “En un principio las agresiones podían venir
de las otras personas, luego de la prensa escrita, hoy se dan a
través de los medios audiovisuales. Entonces, ¿qué
pasa con los derechos a la intimidad en la era tecnológica?”
La especialista citó que es reciente la urgencia de que estos
derechos estén reglamentados, fundamentados y respetados:
“La protección que se da a ellos es insuficiente. El
derecho privado se ha visto potencialmente amenazado con las nuevas
tecnologías de la información”. |
Sobre el tratamiento automatizado de los datos personales añadió
que las empresas privadas o públicas –bancos, oficina
de Hacienda o video clubes– poseen datos, ficheros públicos
y privados, que con las nuevas tecnologías es fácil
almacenar y comunicar: “El estado es el gran amenazador
de la vida privada, por eso nos llaman por teléfono y llegan
a casa ofertas o promociones que no pedimos”.
Habló también de la “teoría del mosaico”,
es decir, mientras un esté dato aislado es un dato inofensivo,
al ser comunicado a otros, se forma un perfil completo de la persona,
que puede utilizarse con fines benéficos y otros no tanto.
Sobre las leyes para proteger los datos personales –que
se pusieron en boga desde los años 70 en EU, tras el escándalo
Watergate– añadió que los derechos están
protegidos desproporcionadamente, “y debemos tener una ley
para ello”.
La
Internet, un peligro a la privacidad
Es, sin duda, el mejor medio para comunicar que ha tenido la historia,
posee ventajas pero también desventajas: “No podemos
evitar recibir correos de extraños que en ocasiones son
molestos, sabemos ya que el hostigamiento electrónico sólo
nos quita el tiempo” y eso.
Para Martí Capitanachi se debe pugnar porque los servidores
tengan más códigos de privacidad, inviolabilidad
en la correspondencia y acuerdos para una navegación segura:
“Y tener así control sobre los datos que queremos
ofrecer sin que exista la posibilidad de que éstos sean
comunicados a personas no autorizadas”.
Expuesta
la intimidad en el mundo globalizado
A manera de conclusión expresó que las nuevas tecnologías
de la información son la mejor posibilidad que tenemos
de comunicarnos, pero no hay que olvidar que ahora más
que nunca está expuesta nuestra intimidad en un mundo globalizado:
“Podemos resultar vulnerados por el propio poder público,
así que es necesaria la construcción de una cultura
de seguridad informática frente a los riesgos que representan
los avances tecnológicos”.
Martí Capitanachi es investigadora del Instituto de Investigaciones
Jurídicas de la Universidad Veracruzana. Profesora de la
Facultad de Derecho. Autora de libros en Derecho Constitucional
y Derecho a la Información y es directora de la revista
Letras jurídicas.
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