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Sus
carteles, talento vs. elitismo
Gerardo Vargas: la serigrafía
como mensaje democrático
Gina Sotelo |
Presenta
Insomnio.
Metáforas nocturnas en la Galería Fernando Vilchis del
Instituto de Artes Plásticas de la UV |
Con
la paciencia de un artesano, un zapatero o carpintero quizá,
Gerardo Vargas, “el Chihuahua”, diseña a la vieja
usanza sus carteles. Su arcana relación con sus amigos los
lauderos le ha enseñado a tratar el material con sutileza,
darle su tiempo sin apresurar resultados. “No sé utilizar
la computadora”, dice Gerardo, para quien el dibujo es la base
del oficio, el sustento de sus imágenes.
Insomnio. Metáforas nocturnas es la nueva exposición
de serigrafía del joven creador. Al igual que hace miles de
años los egipcios, prehispánicos y el gran Leonardo,
las representaciones de Gerardo no cuentan mentiras y gozan de una
efectividad posible en cuanto a soluciones.
Gerardo elabora un discurso a partir del desarrollo de su sensibilidad.
No le preocupa ni menos ocupa estar de moda, hace lo que le satisface
y le satisface lo que hace. Es, pues, a través del arte, que
canaliza sus emociones de una manera auténtica.
La serigrafía es para él verosimilitud como técnica.
Prefiere la flexibilidad de este medio, al que considera más
democrático que el elitista óleo: “Con la pintura
sólo una persona puede tener un original y no todos tienen
acceso a ello”. |
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Además, la reproducción del cartel le permite llegar
a públicos más amplios, llevar una exposición
por toda la ciudad más fácilmente. Otra ventaja que
le da la serigrafía es que le resuelve ampliamente el problema
del color. Así lo demuestra su obra policroma hasta sus últimas
consecuencias.
Insomnio es un trabajo elaborado a partir de apuntes trasnochados
que dieron como resultado disímiles vertientes: imágenes
ecológicas, referentes a los sueños, y payasos con un
franco estilo de humor negro en las que se burla de sí mismo.
Sus carteles son mudos pero hablan a raudales de los problemas ambientales
no como una panfletaria crítica ecológica, sino como
un sentir auténtico: «Me gusta vivir en el campo y algo
que veo y me impresiona lo almaceno en mi disco duro y después
lo proceso en imágenes».
Son las situaciones emotivas de un día las que lo hacen llegar
disperso a la noche sin poder conciliar el sueño. Anota sus
estados de ánimo en una suerte de bitácora otorgándoles
una estructura de significación, sensaciones a veces apocalípticas
que son llevadas al plano del dibujo: “Uno muchas veces se ve
en situaciones emotivas y psicológicas que te atrapan o te
pueden volver más denso de lo que eres. Con mi obra canalizo
mis frustraciones y tensiones y las vuelvo alegrías; es como
un exorcismo de mí mismo”.
Amante de la arquitectura fantástica, es admirador de Antoni
Gaudí. Reconoce en su estilo la influencia de MC Escher y Pieter
Bruegel: “La perspectiva no la aprendí en la escuela,
sino en libros de arte y obra de otros autores de los que no dejo
de influenciarme. Lo admito pues creo que eso me enriquece y nutre
como persona”. Gerardo Vargas es egresado de la Facultad de
Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana (UV) donde ha
colaborado como museógrafo, así como en la realización
de carteles para promocionar distintas actividades culturales, obteniendo
por esto una beca de estudios y una de trabajo. Es seleccionado en
la Segunda Bienal de Grabado del Sureste, Chiapas, así como
en la Primera Muestra Latinoamericana MINIPRINT en la Ciudad de Rosario,
Argentina, y participó con fotografías en la ilustración
de un número de la revista cultural de circulación nacional
Tierra Adentro.
Entre sus exposiciones se encuentran Amnesia: homenaje a la neurona
perdida, Un paseo con ego y Sálvese!... quien quepa. Obtuvo
la beca “Estímulo a Jóvenes Creadores” a
través del Instituto Veracruzano de la Cultura. Hasta la fecha
ha realizado 70 carteles promocionando eventos científicos,
culturales e institucionales.
Insomnio. Metáforas nocturnas puede visitarse este mes en la
Galería Fernando Vilchis del Instituto de Artes Plásticas
de la UV en 1º de mayo núm. 21, Col. Obrero Campesina,
a un costado del Museo de Antropología. La entrada es totalmente
libre. |
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