Año 6 • No. 220 • Mayo 2 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
Publicación Semanal


 Centrales

 
Libros


 Reportaje

 General

 
Arte

 
Deportes

 
Contraportada


 Números Anteriores


 Créditos

  La UV, sus libros y sus autores
La Prisión,
¿espacio para rehabilitar, prevenir o lamentar?
Germán Martínez Aceves
Se dice que la mejor escuela del crimen es la cárcel, sentencia fatal y llena de sarcasmo ante, lo que parece, una dinámica normal del sistema presidiario. Esta preocupación la aborda de manera profunda la doctora Ana Gamboa Trejo en el libro La pena de prisión (teoría y prevención), quien hace una revisión a las teorías sobre legislación penal, expone la situación carcelaria y propone salidas para una mejor rehabilitación del ser humano que por situaciones anómalas tiene que vivir la condición de presidiario.

La riqueza del estudio y la propuesta de la Dra. Gamboa Trejo no sólo parte de su gran formación en las leyes adquirida en la Universidad Veracruzana, la Universidad Católica de Lovaina, Bélgica y el Instituto Max Planck de Friburgo, Alemania, lugares donde estudió Criminalística y Derecho penal internacional, sino también a través de su experiencia como directora del Centro de Readaptación Social de Pacho Viejo y del Consejo Tutelar de Menores Infractores de Banderilla.

En este libro, la académica del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UV nos ofrece un enfoque interdisciplinario en el que se analizan todos los factores que confluyen en la condición humana que lleva a delinquir según las leyes que construye cada sociedad.

Con una visión humanista, Gamboa Trejo proyecta su trabajo al interior de la prisión por que “el hombre no pierde su calidad humana por el hecho de
estar en ella”.

El texto está formado por cuatro capítulos que siguen una metodología histórica, sociológica y fenomenológica.
El primero trata del surgimiento de la pena y parte de César Bonesana, marqués de Beccaria, quien ofreció una serie de medidas que ponían en entredicho los abusos del Derecho penal en el siglo XVIII, época en la que se consideraba que el delincuente era un pecador sujeto a purgar sus penas. Beccaria da a conocer su libro De los delitos y de las penas en 1764. Ahí se manifiesta contra el proceso inquisitorial que arrancaba “la verdad” por medio de la tortura. El planteamiento que propone es luchar contra la pena de muerte porque “la prisión es más bien un suplicio que una custodia de reos”.

Menciona también a Francisco Carrara, llamado el “sumo maestro del Derecho penal”, quien consideraba a la libertad humana “tanto externa como interna”. A ello se suma la Escuela positivista siglo XIX en la que sobresalen en la materia Enrico Ferri, quien le da un enfoque sociológico para estudiar al criminal a través de un principio de responsabilidad y de la reacción social; César Lombroso, padre de la Criminología, abogado que propone darle un tratamiento individual al recluso a través de una utilidad terapéutica y la creación de diversos modelos de prisiones y; Rafael Garófolo, quien estudia al delincuente como el resultado de diferentes factores. Esta escuela tuvo una gran influencia en nuestro país.

En el capítulo segundo aborda las “teorías de la pena” y parte de las teorías absolutas de Kant quien desde su pensamiento filosófico plantea que “nunca debe tratarse a nadie a sí mismo ni a los demás como un simple medio, sino como un fin en sí mismo”. El pensamiento de Hegel forma parte también de este planteamiento absolutista que señala al Estado como un aparato intimista a través del temor y la incertidumbre.

En contrapeso aparecen las teorías relativas que si bien desde el planteamiento de Kant y Hegel la pena se propone desde un punto de vista ético y una retribución justa; en el caso de los relativistas, encabezados por Feurebach, apuntan hacia la prevención de las conductas delictivas. Y en una especie de conciliación entre ambas teorías, Schmidhaüser habla de retribución de la culpabilidad y de las tareas preventivas.

En el capítulo tercero, “La pena como medida de control”, la Dra. Gamboa Trejo expone sobre la criminología crítica que plantea un panorama diferente a la pena de prisión a partir de la resocialización, de tratamientos clínicos y de técnicos al interior de la cárcel. Si bien esta postura revolucionó el concepto del sistema carcelario, la autora piensa que es una exageración que se le considere así, pues es una posición contra la injusticia y la vulneración de los derechos humanos de quienes están dentro del radio de acción del derecho penal que ejerce un control sobre los gobernados a través de la pena; “sanción que vulnera la libertad, irradia un halo de aniquilamiento familiar, laboral y social para el que sufre”.

En el último capítulo, “Política criminal y derechos humanos”, la autora apuesta por la dignidad humana y por la conjunción de los derechos y las políticas de Estado para que se deje de hablar de castigos y se ofrezca mejor trabajo digno, salario, alimentación y educación, que sólo se “logrará a través de un enfoque social global de justicia y respeto a los derechos humanos”.

La conclusión y preocupación a la que llega Ana Gamboa Trejo es contundente: “La pena de prisión vista como se nos presenta, en la magnitud de su realidad, ha tocado fondo. Ahora nos toca escarbar y sacarla del pozo de la inmundicia en el que se le ha dejado caer, sólo así podrá aminorarse la carga que hoy representa. No podemos hablar de modernidad si aún existen dentro de ellas calabozos. Los apandos se contraponen con los tiempos de la cibernética. Las práctica medievales de la prisión chocan con la era de las telecomunicaciones. La ciencia del derecho y, en este caso, la del derecho de castigar debe ir a la par del avance científico”. Ello nos debe llevar al respeto de los derechos humanos, fuera y dentro de la prisión.

La pena de prisión (teoría y prevención) de Ana Gamboa Trejo pertenece a la colección Biblioteca de la Editorial de la UV. Se puede adquirir en el Servicio Bibliográfico Universitario, Xalapeños Ilustres 37; en las USB’s que se encuentran en el estado o en la Dirección General Editorial, Juan de la Barrera 209. Comentarios a esta reseña favor de enviar a gemartinez@uv.mx