Año 6 • No. 221 • mayo 8 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Investigadores del Centro de Ciencias de la Tierra UV ya estudian la zona
Pico de Orizaba y Cofre de Perote podrían abastecer de agua al centro de Veracruz
Juan Carlos Plata
Si cuidamos y aprovechamos mejor nuestras fuentes de agua, el estado y Xalapa podrían dejar de depender de fuentes externas para el abasto
La cordillera que corre del Pico de Orizaba al Cofre de Perote podría constituirse en una gran «fábrica de agua» que abasteciera del líquido vital a la zona centro del estado de Veracruz, para así evitar que se dependa de fuentes externas para satisfacer las necesidades de la población, como en el caso de la ciudad de Xalapa, aseguró el investigador del Centro de Ciencias de la Tierra (CCT) de la Universidad Veracruzana (UV), Sergio Rodríguez Elizarrarás.

“El conocer de manera integral esta zona, empezando por la parte geológica, la parte vegetal, climatológica, social y aun económica, nos va a permitir integrar todo este gran aspecto del conocimiento científico-social que nos lleve a cuidar, preservar y sacar provecho racional de los recursos que tenemos para beneficio de los habitantes de una gran zona del estado, en la que hay muchísimas comunidades pobladas por más de un millón de personas”, afirmó el investigador.

Rodríguez Elizarrarás dijo que en la medida en la que conozcamos mejor nuestro planeta, las implicaciones que tiene, así como los procesos que en él ocurren, lo podremos cuidar mejor. Con la problemática del agua que ya estamos sufriendo tanto a nivel nacional como mundial, comentó, se hace evidente repensar en cómo estamos manejando la situación y qué estamos haciendo para preservar los recursos con los que contamos.


El investigador del CCT de la UV, Sergio González Elizarrarás.
Señaló además que en razón de que entendamos cuáles son las fuentes de agua que tenemos en la entidad, de dónde vienen, cómo las podemos cuidar y cómo podemos aprovecharlas de la mejor manera, el estado y en particular la ciudad de Xalapa podría dejar de depender de fuentes externas para el abasto de agua.

“Estamos desarrollando un proyecto para analizar esta cordillera en la que concurren dos elementos muy importantes: hay volcanes, la mayoría de ellos sin actividad, pero que nos puede llevar a conocer más sobre el volcán que sí está activo, el Pico de Orizaba, y hay una gran inestabilidad de taludes, deslizamiento de laderas y deforestación”, señaló.

Zona de volcanes
El investigador aseguró que en el Centro de Ciencias de la Tierra de la UV se realizan trabajos de vulcanología prehistórica en el estado de Veracruz –en donde se estudian eventos que han tenido lugar en los últimos 100 mil años–, pero dijo que se tienen evidencias de que ha habido erupciones en tiempos en lo que ya había asentamientos humanos en la entidad, por ejemplo, el caso de la erupción del volcán conocido como Volcancillo –ubicado en la parte norte del Cofre de Perote, entre Las Vigas y Toxtlacoaya–, que tuvo actividad hace aproximadamente 900 años, lo que en términos geológicos es muy poco.

“El conocimiento de este tipo de actividades nos demuestra que, desde el punto de vista volcánico, esta zona sigue siendo activa. La región central del estado de Veracruz, que comprende las ciudades de Xalapa, Perote y Orizaba, es una zona volcánica; incluso la propia ciudad de Xalapa creció alrededor de un volcán, el Macuiltépetl, cuya edad se estima en 50 mil años y, así como éste, hay por lo menos 30 o 40 volcanes en los alrededores de la capital que no son conocidos”, afirmó.

Incluso, dijo, hay trabajos de tesis que estudian esos pequeños volcanes, de los que se obtienen información básica que podría representar una plataforma elemental de conocimientos para los geólogos y vulcanólogos y así realizar pronósticos a futuro.
“Estas etapas de la investigación científica no se entienden muy bien porque la gente se pregunta para qué hacer este tipo de estudios que parecieran no tener mucha relación con el descubrimiento de cosas que tendrían un beneficio para la población. Pero el proceso científico es así. La investigación tiene que partir de cosas que pueden parecer innecesarias pero que son definitivas para poder conocer lo necesario”, afirmó.

Rodríguez Elizarrarás mencionó que la ciencia volcanológica tuvo un salto cualitativo muy importante en los años 80 luego de la erupción del volcán Santa Helena, ya que a partir de ese evento los conceptos se revolucionaron porque se visualizó en tiempo real y de una manera muy detallada todo lo que un volcán es capaz de hacer, y sobre todo, se pudo observar con todos los avances de la ciencia y la tecnología.