Año 6 • No. 221 • mayo 8 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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De la Facultad de Bioanálisis
Universitarios buscan reducir
parasitosis en niños de educación básica
Alma Espinosa
Entre 56 y 64 mil niños de primarias, jardines de niños y guarderías de los municipios de San Andrés Tlalnehuayocan, Acajete, San Miguel y zonas marginales de la capital del estado, han presentado o presentan parásitos en sus intestinos, de acuerdo con análisis realizados por estudiantes de la Facultad de Bioanálisis de la Universidad Veracruzana (UV) en los últimos cuatro años.

Un ejército de entre 560 y 640 estudiantes desde el 2002 ha enfocado su atención a revisar la salud de miles de niños de varios municipios de Veracruz, con el fin de contribuir en su desarrollo sano e integral. Como parte de la experiencia educativa Parasitología clínica, cada uno de los jóvenes debe presentar, como criterio para su evaluación, un centenar de muestras positivas, es decir, que contengan parásitos.
De acuerdo con Francisco Solís Báez, coordinador de la campaña de desparasitación en escuelas de la Facultad de Bioanálisis, a partir de la implantación del Modelo Educativo Integral y Flexible (MEIF), se procuró integrar en la experiencia educativa antes citada los ejes heurísticos, axiológicos y teóricos.
Junto con los académicos Rosa Estela Sandoval Pérez y Ricardo Vázquez Rayón, se visualizaron los campos de aplicación del conocimiento y se decidió acudir a las escuelas de nivel básico de zonas rurales y marginadas del estado. Se pensó en los municipios de San Andrés y otros, porque carecen de servicios primarios como agua potable y drenaje, lo cual hace más propicia la presencia de parasitosis en los niños.

Solís Báez informó que semestralmente se abren dos secciones de la experiencia educativa Parasitología clínica, en la que participan entre 35 y 40 alumnos en cada una. Mediante esta práctica los alumnos aprenden a identificar y procesar un volumen grande de muestras.
El químico clínico aclaró que el estudiantado no sólo se dedica a identificar los casos de parasitosis, sino que se entrega un reporte final del muestreo que incluye una historia clínica general y un estudio epidemiológico, en el que también participan otras experiencias educativas como Salud pública, adscrita al área de formación disciplinar.

Al director de cada escuela se le entregan los resultados de cada niño con observaciones de mejora, las cuales son, principalmente, higiene personal y de alimentación. Para reforzar esta parte, los estudiantes universitarios ofrecen pláticas con apoyo de académicos a los padres de familia, profesores y alumnos acerca de cómo recolectar las muestras y las indicaciones de limpieza que deben seguir para que los niños no tengan parásitos en sus intestinos.


Francisco Solís Báez, académico de la Facultad de Bioanálisis, explicó que los alumnos aprenden a identificar y procesar un volumen grande de muestras.
Además de las escuelas de los municipios mencionados, también van a centros educativos infantiles de la periferia de Xalapa. Los resultados varían, esencialmente, por el ingreso económico, pues mientras menos ingresos más casos se presentan. Incluso, aseguró, se ha llegado a encontrar escuelas en las que todos los alumnos padecen este tipo de mal. Para prevenir la proliferación de estos casos, señaló que todo es cuestión de cultura.

“La educación es importante porque mucha gente dice que toda su vida ha vivido sin desparasitarse y están bien, pero ¿qué tan bien está?”. En determinadas épocas del año la parasitosis se hace más evidente, sobre todo en tiempos de estiaje, por lo que no se pueden lavar o cocer las frutas y verduras.

Mencionó que para profundizar en el estudio de las parasitosis se busca hacer una vinculación con otras experiencias educativas, como Toxicología. Esto luego de notar que los algunos fertilizantes que se utilizan para cultivar frutas y verduras son tóxicos. Recordó que años atrás la facultad realizó estudios de plomo relacionados con pesticidas en tomates.

Antes de concluir la entrevista, Francisco Solís Báez señaló la necesidad de desparasitarse dos veces al año y de incrementar las medidas de higiene, principalmente en niños, ya que normalmente están más en contacto con la tierra y no tienen conciencia plena de que es indispensable que se laven las manos de forma regular.