Año 6 • No. 221 • mayo 8 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Visita de la Universidad Autónoma de Madrid a Filosofía UV
Necesario unir nuevamente
ciencia y filosofía
Edith Escalón
«El prodigioso desarrollo de las ciencias ha llevado a la filosofía a vivir una de sus peores crisis», señaló el filósofo español
La filosofía permite ver cuáles son los límites de la ciencia. No sólo lo que se puede hacer con el conocimiento, sino hasta qué punto debe hacerlo sin transgredir la dimensión humana, considerando una visión interdisciplinar y no sólo el desarrollo tecnológico o económico, aseguró José Antonio Merino, filósofo y profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.

De visita en la Universidad Veracruzana (UV), donde ofreció una serie de conferencias, Merino habló de cómo el “prodigioso desarrollo de las ciencias” ha llevado a la filosofía a vivir una de sus peores crisis, a pesar de que es ésta la que ilumina el camino para que la ciencia avance.


El filósofo español, José Antonio Merino durante su conferencia en la Unidad de Humanidades de la UV.
“Mientras la ciencia explica cómo se realizan las cosas, la filosofía explica por qué y eso es sumamente importante para iluminarla, porque, por otra parte, las ciencias provienen de la filosofía, después se separaron y ahora viven prácticamente independientes. Yo creo que necesitamos volver a una visión interdisciplinaria”.

Uno de los mayores problemas que puso de relevancia en la charla a la que asistieron estudiantes y académicos, es lo limitado de la visión de la ciencia: “Los científicos están separados, tiene mentalidades muy especializadas, piensan que su horizonte es el de todos los demás; la filosofía ayuda a integrar esos saberes separados, ayuda a llegar a una visión sintáctica, que es lo que nos falta”.
Advirtió que una visión fragmentada en el laboratorio de un científico, por ejemplo, puede llevar al terrorismo biológico o conducir a un médico a hacer atrocidades al ver un cuerpo muerto sólo como un fragmento de investigación. “Pero el cuerpo humano es una totalidad, por eso es necesaria una visión integral”, insistió.

No obstante, matizó sus comentarios al explicar que es válida la especialización mientras se tenga la conciencia de que es sólo una, y a lo mejor no sea la mejor ni la más importante. “Tenemos que relativizar nuestro propio saber”, puntualizó.

Merino, quien tiene una cátedra permanente de “Genética y vida humana” en la Universidad de Monterrey, puso como ejemplo lo que sucede en la Universidad, donde se ha pasado de un saber armónico a saberes fraccionados en disciplinas que abordan sólo un aspecto del problema. Y expuso así su punto: “las ciencias se han desarrollado mucho, se han súper especializado, pero la persona es unitaria. Por eso el propio saber debería ser unitario, integral”.

Dijo, por último, que la filosofía es la que orienta, la que va más allá de las consecuencias inmediatas, la que analiza el sentido de la vida, la que profundiza y reflexiona, y no sólo analiza los fenómenos de la biología, la genética o la física, explicó el también el Rector de la Universidad Franciscana de España y fundador de la Asociación Internacional Iberoamericana para la promoción del Humanismo.