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Propone
alumna de Psicología UV
Cambiar la etiqueta de Estudiante
por Profesional en formación
Alma Espinosa |
“Cuando
nos quitamos la etiqueta de estudiantes y nos visualizamos como profesionales
en formación podemos entregarnos por completo a la comunidad”,
declaró Vitalia Varo Rodríguez, estudiante de sexto
semestre de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana
(UV), al compartir su experiencia frente a un grupo de jóvenes
de secundaria.
La clave del éxito que tuvo al trabajar con un grupo de estudiantes
de segundo grado de una secundaria de la reserva territorial se debió
a que desde el inicio se presentó como una profesional en formación,
con conocimientos adquiridos en el aula y con una gran disposición
a trabajar con los jóvenes y entregarles su mayor esfuerzo.
La clave es, dijo, que estemos conscientes de que nos falta mucho
por aprender. Que nuestro trabajo es sencillo pero debe tener calidad.
“Se trata de darle todo a la comunidad o al grupo con el que
estemos trabajando y que vayamos con una actitud de profesionales
y no de estudiantes conformistas que pueden equivocarse”.
Vitalia Varo aseguró que también tiene mucho que ver
con un compromiso hacia las personas. “Es muy diferente hacer
un ensayo para el maestro, a trabajar con 30 personas y que todas
sus expectativas estén puestas en ti”. Al hablar de la
Facultad de Psicología, la estudiante dijo que sí existe
un compromiso, aunque también ha notado una actitud de: “soy
un estudiante y no un profesional en formación”, asentó.
Cuando cursó el quinto semestre, Varo Rodríguez creó
un taller en el que participaron 20 jóvenes de la secundaria
“José María Luis Mora”, ubicada en la reserva
territorial de esta capital veracruzana. Su propósito inicial
fue fortalecer las actividades escolares responsabilizando a los jóvenes
de su entorno; sin embargo, precisó, los estudiantes no se
mostraron atraídos ante la idea.
Por lo anterior, con las sugerencias de los jóvenes, transformó
el proyecto inicial hasta convertirlo en el taller “Revistas
estudiantiles, un espacio de libre expresión”, en el
que se seguirían los objetivos de la psicología comunitaria.
Vitalia encausó a los participantes a que diseñaran
el taller con base en sus necesidades e intereses y elaboraran un
plan de trabajo.
Fue de esta forma como los equipos que se formaron eligieron los temas
y objetivos de sus publicaciones, así como las actividades
que realizarían. Esto fue trascendental porque, precisamente,
dijo, “es el fundamento de la psicología comunitaria
el que la comunidad exprese lo que realmente le interesa y que un
agente externo no imponga sus propias ideas”.
De acuerdo con la estudiante, otras metas del taller fueron desarrollar
habilidades artísticas o manuales y facultades para la expresión
escrita. Ésta última fue tal vez la más difícil,
comentó, pues no estaban acostumbrados a expresar sus ideas
de forma escrita, pero conforme pasaron los días fueron llenando
más espacios blancos de la hoja.
En total se elaboraron ocho revistas con temas tan variados como futbol,
graffiti, moda, dibujos, autoestima y poemas. Para realizarlas, los
jóvenes dieron vuelo a su imaginación y creatividad,
además de sus habilidades de síntesis y de opinión
al comentar libros y cuentos. Al concluir la experiencia que duró
cuatro meses, Vitalia entregó un informe a la institución.
Al hablar acerca de la experiencia que le dejó el taller, explicó
que fue un reto personal, porque si bien había trabajado en
otras instancias educativas, no se había acercado a una zonacon
problemática social como la reserva territorial. Recordó
que los estudiantes eran hostiles, pero dijo que ellos evaluaron el
taller como muy positivo y de gran utilidad para su vida cotidiana.
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