Año 6 • No. 221 • mayo 8 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Propone alumna de Psicología UV
Cambiar la etiqueta de Estudiante
por Profesional en formación
Alma Espinosa
“Cuando nos quitamos la etiqueta de estudiantes y nos visualizamos como profesionales en formación podemos entregarnos por completo a la comunidad”, declaró Vitalia Varo Rodríguez, estudiante de sexto semestre de la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), al compartir su experiencia frente a un grupo de jóvenes de secundaria.

La clave del éxito que tuvo al trabajar con un grupo de estudiantes de segundo grado de una secundaria de la reserva territorial se debió a que desde el inicio se presentó como una profesional en formación, con conocimientos adquiridos en el aula y con una gran disposición a trabajar con los jóvenes y entregarles su mayor esfuerzo.

La clave es, dijo, que estemos conscientes de que nos falta mucho por aprender. Que nuestro trabajo es sencillo pero debe tener calidad. “Se trata de darle todo a la comunidad o al grupo con el que estemos trabajando y que vayamos con una actitud de profesionales y no de estudiantes conformistas que pueden equivocarse”.

Vitalia Varo aseguró que también tiene mucho que ver con un compromiso hacia las personas. “Es muy diferente hacer un ensayo para el maestro, a trabajar con 30 personas y que todas sus expectativas estén puestas en ti”. Al hablar de la Facultad de Psicología, la estudiante dijo que sí existe un compromiso, aunque también ha notado una actitud de: “soy un estudiante y no un profesional en formación”, asentó.

Cuando cursó el quinto semestre, Varo Rodríguez creó un taller en el que participaron 20 jóvenes de la secundaria “José María Luis Mora”, ubicada en la reserva territorial de esta capital veracruzana. Su propósito inicial fue fortalecer las actividades escolares responsabilizando a los jóvenes de su entorno; sin embargo, precisó, los estudiantes no se mostraron atraídos ante la idea.

Por lo anterior, con las sugerencias de los jóvenes, transformó el proyecto inicial hasta convertirlo en el taller “Revistas estudiantiles, un espacio de libre expresión”, en el que se seguirían los objetivos de la psicología comunitaria. Vitalia encausó a los participantes a que diseñaran el taller con base en sus necesidades e intereses y elaboraran un plan de trabajo.

Fue de esta forma como los equipos que se formaron eligieron los temas y objetivos de sus publicaciones, así como las actividades que realizarían. Esto fue trascendental porque, precisamente, dijo, “es el fundamento de la psicología comunitaria el que la comunidad exprese lo que realmente le interesa y que un agente externo no imponga sus propias ideas”.

De acuerdo con la estudiante, otras metas del taller fueron desarrollar habilidades artísticas o manuales y facultades para la expresión escrita. Ésta última fue tal vez la más difícil, comentó, pues no estaban acostumbrados a expresar sus ideas de forma escrita, pero conforme pasaron los días fueron llenando más espacios blancos de la hoja.

En total se elaboraron ocho revistas con temas tan variados como futbol, graffiti, moda, dibujos, autoestima y poemas. Para realizarlas, los jóvenes dieron vuelo a su imaginación y creatividad, además de sus habilidades de síntesis y de opinión al comentar libros y cuentos. Al concluir la experiencia que duró cuatro meses, Vitalia entregó un informe a la institución.

Al hablar acerca de la experiencia que le dejó el taller, explicó que fue un reto personal, porque si bien había trabajado en otras instancias educativas, no se había acercado a una zonacon problemática social como la reserva territorial. Recordó que los estudiantes eran hostiles, pero dijo que ellos evaluaron el taller como muy positivo y de gran utilidad para su vida cotidiana.