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Compiten
agresivamente por comida y territorio
Reducción del hábitat ‘estresa’
a monos aulladores en Los Tuxtlas
Edith Escalón |
Trasladar
los monos a zonas más grandes o conectar fragmentos de selva
replantando árboles: soluciones que ya vislumbran los investigadores |
Foto:
Instituto de Neuroetología. |
La
escasez de alimentos y la disminución del espacio disponible,
causados por la continua devastación de la selva en la que
habitan, estresa a los monos aulladores (Alouatta paliata) de la región
de Los Tuxtlas, provocando agresivas competencias al interior de los
grupos o entre grupos distintos que, a mediano y largo plazo, podrían
poner en riesgo su sobrevivencia, reportaron estudios científicos
de la Universidad Veracruzana (UV) y la Universidad de Barcelona,
España.
“Otras investigaciones en primates han demostrado que el estrés
puede provocar infertilidad, hacerlos susceptibles a enfermedades,
afectar su conducta, la evolución de población, la tasa
de natalidad y la de mortalidad; es un principio que podría
aplicarse en este caso, eso estamos tratando de determinar”,
comentó Joaquím Vea i Baró, líder de la
investigación por la parte española.
Explicó que uno de los objetivo de este estudio –financiado
por la Fundación del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA)–
es determinar cuáles son las causas específicas que
afectan a estos animales veracruzanos para apoyar a las autoridades
estatales y federales en las decisiones de conservación y manejo
de los primates y la selva. |
Foto:
Instituto de Neuroetología. |
Y
es que si bien existen algunos fragmentos de selva que superan las
150 hectáreas, como el que ha conservado por cuenta propia
la familia Huber, de San Andrés, también existen los
que en menos de seis hectáreas albergan a grupos enteros de
aulladores, lo que implica un alto riesgo para su supervivencia, explicó
el investigador español, quien inició este trabajo en
Veracruz al lado de Ernesto Rodríguez Luna, Domingo Canales
y Francisco García Orduña, primatólogos investigadores
del Instituto de Neuroetología de la UV.
Por ahora, los científicos de ambas universidades vislumbran
dos caminos: trasladar los monos que estén en riesgo a zonas
más extensas en las que el territorio y los recursos disponibles
sean suficientes para asegurar su sobrevivencia, o conectar los fragmentos
de selva que ahora están separados por potreros o zonas agrícolas,
replantando árboles en corredores verdes.
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Cambios
hormonales
Luego de un año de muestreos, los científicos y su equipo
de trabajo, en el que participan estudiantes de ambas universidades,
determinaron que sí existen variaciones hormonales (en testosterona
y corticoesterona) que reflejan el estrés en los primates,
a causa de factores relacionados con la reducción de su hábitat.
Éste es uno de los primeros resultados concretos de la investigación.
Joaquim Vea explicó que machos y hembras de esta especie emigran
de sus grupos al llegar a la adultez, formando otros grupos o introduciéndose
en los ya formados. Las hembras lo logran más fácilmente,
pero los machos pueden tardar varios años. Cuando éstos,
llamados “machos solitarios” se acercan a un grupo tienen
interacciones agresivas con los machos residentes.
“El estudio, del que se responsabilizó el doctor Jurgi
Cristóbal, nos permitió saber que en los monos macho
el nivel de testosterona aumenta significativamente cuando hay un
macho solitario rondando su grupo, y en las hembras aumenta el nivel
de corticoesterona, que sí nos indica que están estresadas,
probablemente porque los machos solitarios podrían matar a
las crías cuando se introducen en un grupo nuevo”, comentó.
Esto lo pudieron determinar gracias al análisis de los metabolitos
y compuestos de las heces fecales de los Alouatta paliata, luego de
recoger muestras de seis grupos de diferentes fragmentos de selva.
“El hecho de vivir en fragmentos hace más estrecho y
constante el contacto entre machos solitarios y residentes, y ese
contacto y las agresiones que de él derivan puede producir
efectos negativos en los animales”, sin embargo, señaló
que los primeros resultados apuntan a que no hay una disminución
de la tasa de natalidad, pero sí de la supervivencia de los
infantes.
Alimentación
Vea i Baró explicó que el riesgo de supervivencia
de los grupos de primates está determinado también
por la disponibilidad de alimentos, que se ve afectada por la sobrepoblación
(entre menos espacio tienen los primates más competición
se produce por la escasez de alimentos), o por factores ambientales,
que disminuyen la existencia de ciertos frutos o vegetales que son
parte de la dieta de los monos, como los huracanes y otros fenómenos
climatológicos que afectan la vegetación y los obligan
a cambiar su dieta.
“El análisis de estas hormonas y otros estudios permitirá
separar las causas o dar indicios sobre la causa principal del estrés;
si es la ambiental en el sentido ecológico estricto o es
la nutricional, que se deriva del cambio climático, o determinar
si el estrés se deriva de afrontar el cambio en las interacciones
sociales entre los animales”, comentó.
Remarcó que estos estudios podrían ayudar a saber
cómo hacer conservación: “Está claro
que los monos pueden vivir en fragmentos pequeños y sobrevivir
años ahí, pero también está claro que
a mediano y largo plazo, una población de diez monos en ambientes
fragmentos de pocas hectáreas no tiene ningún futuro”.
El financiamiento de BBVA es además un reconocimiento a la
trayectoria de conservación, formación de recursos
humanos y generación de conocimiento científico en
ambas instituciones, un ejemplo que demuestra el éxito de
los convenios de colaboración cuando el trabajo es verdaderamente
colegiado. |
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