La
necesidad de acrecentar en México y en EU la inversión
privada en ciencia, investigación y educación superior,
además de elevar la tasa de gasto público en los gobiernos
federal, estatal y municipal, se puso de manifiesto el pasado lunes,
cuando líderes de la Universidad Veracruzana y de la Universidad
de Texas coincidieron en que es ésta una de las opciones más
viables para enfrentar los enormes retos de este sector.
Al abrir los trabajos académicos de este encuentro bilateral,
presidido por el rector de la UV, Raúl Arias Lovillo, y el
vicepresidente de Investigación de la Universidad de Texas,
Juan Sánchez, reconocieron las marcadas diferencias entre México
y Estados Unidos, no obstante las coincidencias de visión en
cuanto al gasto e inversiones públicas y privadas.
Mientras en Estados Unidos la industria y el sector privado invierten
al año en ciencia y educación tantos recursos como el
gobierno, es decir, casi 20 mil millones de dólares al año;
el gobierno mexicano invierte en educación superior tan sólo
el 18 por ciento del total de recursos que dedica al rubro educativo
(5.6 del PIB), y el sector privado aporta menos del 1.7 por ciento.
Según dijo Juan Sánchez, en Estados Unidos “recibimos
más fondos por fuentes externas de los que recibimos en la
legislatura. Y este cambio está impulsando competencia por
talentos, por encontrarlos y por retenerlos, porque eso es lo que
permite la investigación y la generación de conocimientos”.
El académico norteamericano añadió que esta participación
privada en el financiamiento de investigación y educación
los ha llevado también a apoyar el establecimiento y equipamiento
de laboratorios, consolidar sus sistemas bibliotecarios, fortalecer
los posgrados, y también invertir en la actualización
y profesionalización de los cuadros académicos.
Además, comentó que esa inversión proporciona
después recursos o ganancias por regalías, pues en Estados
Unidos existe un marco legal que permite a las universidades conservar
la propiedad intelectual de los desarrollos tecnológicos y
conocimientos que genera.
“En EU, en 2004, se proporcionaron a universidades 10 mil 500
patentes que dejaron ganancias por regalías de 1.4 mil millones
de dólares”, comentó Juan Sánchez, quien
genera en su departamento de investigación alrededor de 460
millones de dólares a año para la Universidad de Texas,
como recursos adicionales.
En este sentido, el reto para las universidades norteamericanas
–pese a ser creativas y emprendedoras– radica en equilibrar
la obtención de recursos con la inversión: “Sólo
41 por ciento de las universidades hacen el negocio, la mayoría
lo pierden, no ganan gran dinero y pierden recursos, ese es el reto
que nosotros tenemos que resolver”. En
México, el gasto público no basta
En su oportunidad, el rector de la UV, Raúl Arias, reconoció
que en México no existen recursos suficientes para atender
las necesidades de la educación superior, pese a que las
un públicas son, para muchos mexicanos, la única opción
para prepararse ante un mundo cada vez más competitivo.
“En nuestro país existen 107 millones de habitantes,
y la población tiene en promedio sólo 7.3 años
de escolaridad. Ante este panorama, los retos son enormes, sobre
todo si consideramos que el 8.1 por ciento de la población
es analfabeta”.
Dijo también que las universidades tienen un largo camino
por recorrer para elevar la tasa del gasto público destinado
a la educación respecto al PIB, pues si se considera que
es sólo del 5.4 por ciento, y que el gasto privado es del
1.7 por ciento es evidente que “se requiere amplia participación
del gasto privado y de la participación gubernamental”
subrayó.
No obstante, reconoció que la capacidad de las universidades
públicas de obtener recursos adicionales depende de la imaginación
y preparación de su propia comunidad, y que en esto deben
invertir todos sus esfuerzos, pues sin recursos adicionales es muy
difícil que una universidad pública pueda impulsar
proyectos y programas que lleven a tener mejores generaciones de
mexicanos.
A esta condición sumó las viscicitudes anuales de
las coyunturas políticas que condicionan el gasto en educación
superior cada año: “No tenemos una ley que le otorgue
certidumbre y la posibilidad para las instituciones de educación
superior de planear el desarrollo institucional en el mediano y
largo plazo, en este momento es una tarea bastante riesgosa”,
apuntó.
Frente a académicos de ambas instituciones, Arias Lovillo
expuso que es la investigación uno de los ejes fundamentales
para llegar al objetivo de generar conocimientos pertinentes que
sean distribuidos socialmente, un paradigma que rige actualmente
la política universitaria de esta casa de estudios.
A este eje sumó la ampliación de la oferta educativa,
consolidar el modelo flexible, impulsar la calidad académica,
la producción, difusión y fomento a la cultura, la
extensión universitaria, la transparencia y rendición
de cuentas, así como la relación académica
en el ámbito nacional e internacional: “fortaleciendo
las relaciones con instituciones como la Universidad de Texas, estoy
seguro que lo vamos a lograr”, comentó Arias Lovillo.
Convenio bilateral
En el encuentro, Raúl Arias y Juan Sánchez refrendaron
el convenio de cooperación e intercambio académico
y científico que ya existía entre la Universidad Veracruzana
y la Universidad de Texas, en Austin, EU, así como un acuerdo
del Programa de Intercambio Estudiantil. |