“Los
Estados Unidos podemos y debemos aprender de México en cuanto
a políticas públicas sensibles con la realidad de las
personas de bajos recursos, porque el gobierno de México ya
tiene tres décadas construyendo viviendas como política
destinada a controlar los asentamientos clandestinos o las colonias
establecidas por invasión”, afirmó Peter Ward,
catedrático de la Universidad de Texas (UT).
Para este experto, los asentamientos irregulares no deben ser criminalizados,
sino reconocidos como una “respuesta racional” al problema
de la urbanización no planificada, la falta de medios económicos
y el deseo de poseer una casa propia, por lo que las autoridades deben
colaborar en introducir servicios austeros y regularizar los títulos.
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El
sociólogo inglés, Peter Ward. |
Asimismo,
Ward afirmó que en el país vecino existen de 3 a 5
millones de personas –de origen hispano en su mayoría–
que viven en asentamientos irregulares o colonias.
“En los Estados Unidos no hay programas ni interés
del estado de promover la producción de vivienda de costo
accesible para esta población. Mientras que en México,
desde los años sesenta, el gobierno implementó una
política pública sensible que intenta apoyar el proceso
de colonización, controlarlo, reconocerlo y apoyar el esfuerzo
de la propia gente en el proceso de autoconstrucción de sus
viviendas, introducir los servicios y llevar a cabo la regularización
de tierras, en vez de criminalizar a los habitantes”, explicó
el académico.
Colonias
en Texas
Lo anterior fue declarado por Ward durante la conferencia “Aprendiendo
de México: Vivienda popular y política pública
en México en las colonias (populares) de Texas y los Estados
Unidos”, celebrada como parte de la visita de funcionarios
e investigadores de la UT a la Universidad Veracruzana (UV) con
el fin de establecer vínculos de cooperación en cuanto
a intercambios académicos, becas y postgrados con la UV.
Durante la sesión, Ward analizó varios de los aspectos
de este fenómeno, entre ellos el largo proceso a través
del cual la nueva población de pocos recursos, inmigrante
y de origen hispano principalmente, logra ser propietaria de una
vivienda en los Estados Unidos, aún cuando esté ganando
salarios mínimos de entre diez y veinte mil dólares
anuales por familia.
También se refirió a los diferentes paradigmas bajo
los cuales era observado el fenómeno y realizó comparaciones
entre las colonias mexicanas y las ubicadas en Texas, descubriendo
semejanzas y diferencias sustanciales en la ubicación, el
proceso de mejoramiento de las viviendas, los niveles de integración
comunitarios de las colonias en ambos países y su relación
con las autoridades locales.
En el caso de las colonias mexicanas, muchos de los problemas de
desintegración familiar, abuso de sustancias y violencia
pueden ser resueltos si se fomentara el sentido comunitario bajo
el cual surgieron, pero que al consolidarse los asentamientos fueron
perdiendo control.
Los estudios de Peter Ward están basados en los análisis
sobre la relación dinámica entre los sectores formal
e informal de la economía, aspectos sobre la informalidad,
la globalización, la flexibilidad de contratos, la segmentación
de la mano de obra, la movilización social, los movimientos
sociales urbanos, así como el trabajo de Manuel Castells
y de Saul Alinski. «Todo este gran corpus de investigación
nos está haciendo revisar y entender mejor los fenómenos
que están afectando a los Estados Unidos y a los países
desarrollados, aunque, desgraciadamente, el fenómeno de las
colonias no es aún muy visible.
Por último, Ward desarrolló una metodología
que consiste en estudiar fotos aéreas –a través
del programa gratuito Earth Google– y cruzar los datos gráficos
con datos poblacionales de los censos para tener una mayor idea
del número de personas que realmente viven en colonias en
los Estados Unidos. |