Año 6 • No. 223 • mayo 22 de 2006

Xalapa • Veracruz • México
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Veracruz, quinto estado
en enviar mexicanos a EU
Alma Espinosa


Debra Sabia resaltó que, según un estudio,
el 75 por ciento de la población opina que
los hispanos no quitan el trabajo a los estadounidenses.

Luego de que Veracruz ocupara los últimos lugares de la lista de estados mexicanos que envía fuerza laboral a Estados Unidos, ahora es el quinto estado de la República que más inmigrantes arroja al país vecino. De acuerdo con investigaciones, en el 2000, los municipios que tuvieron una participación migratoria muy alta fueron Landero y Coss y Yanga, seguidos de Carrillo Puerto, Yecuatla y Cuitlahuac.

Durante la conferencia “Comunidades latinas en Georgia”, organizada por la Escuela de Estudiantes Extranjeros (EEE) de la Universidad Veracruzana (UV), Patricia Zamudio Grave del CIESAS-Golfo, indicó que en los últimos tres municipios la migración se debió, principalmente, al desplome del precio del café, así como la crisis financiera que azota al país en mayor medida desde el nuevo milenio.

Para aclarar la afirmación de que la inmigración puede construir ciudadanías, Patricia Zamudio dio a conocer un estudio comparativo que refleja el grado y los efectos de inmigración en las comunidades Monte Blanco y Llano Grande, del municipio de Teocelo.

En la primera comunidad comenzó la migración regional a partir de 1940 y duró hasta 1960; es a partir de 1969 cuando comienzan a irse a Estados Unidos. Para ese año en Llano apenas comenzaba la migración regional, por lo que la internacional comenzó en 1990.

En ambas entidades se dio una expansión que abarcó los estados de Georgia, Carolina del Sur y California.

Del 2000 al 2005, expuso la ponente, la población, principalmente femenina, encontró un espacio en su propio país para trabajar. Por ejemplo, de Llano Grande las mujeres de 15 a 30 años fueron a realizar labores domésticas al municipio de San Pedro Garza García, Monterrey. De tal forma que el 64 por ciento de la población permaneció en la comunidad, el 20 por ciento, en su mayoría varones, viajaron a Estados Unidos y el restante a Monterrey.

Por este fenómeno las familias han tenido que redistribuir o reestructurar los roles de cada miembro. Además, dijo, se crea una situación especial en la comunidad porque los inmigrantes se organizan desde el país vecino para hacer adquisiciones que ayudan o afectan a los pobladores de la comunidad, por lo que aseveró que la migración sí puede construir ciudadanía.

A pregunta expresa de los asistentes al salón Azul de Humanidades, Patricia Zamudio opinó que la frontera de Estados Unidos con México no debe ser militarizada porque esa acción no dará respuesta a los miles de latinos que cruzan cotidianamente. Para finalizar su participación señaló que “la respuesta del gobierno mexicano (ante las políticas migratorias de Estados Unidos) ha sido muy tibia”.

Georgia, refugio inmigrante
Para hablar de la contraparte estadounidense, Debra Sabia, académica de la Escuela para Estudiantes Extranjeros, dio un panorama general de la situación inmigrante en Georgia. Así, entre los problemas que ha mostrado la comunidad hispana en aquel estado es el incremento de embarazos de mujeres menores de 20 años. La cifra llega a ser tres de cada cinco mujeres.

También tiene necesidades como vivienda, transporte, aprendizaje del idioma y leyes que detengan la discriminación, pues en Georgia, por citar un ejemplo, no pueden conducir sin documentación de residencia, no reciben un salario justo por su trabajo, los caseros les cobran rentas más elevadas, y cuando son victimados tienen miedo a hacer denuncias.

A pesar de esta situación, la comunidad hispana hace grandes aportaciones a ambas naciones. En 1990 los latinos enviaban un billón de dólares a México, pero el crecimiento ha sido tal que en el 2005 enviaron 11 billones de dólares. En el 2002 se contaban más de dos mil negocios abiertos por hispanos. Este crecimiento ha estado acompañado de la creación de empleos y el ingreso por concepto de impuestos. En cuestión política-electoral ya hay una asociación para reforzar el voto, incluso en Georgia hay tres electos de origen hispano. Antes de concluir, Debra Sabia comunicó que un estudio reflejó que el 75 por ciento de la población encuestada considera que los hispanoamericanos no quitan empleos a los estadounidenses, mientras que el 25 restante cree lo contrario. Un dato adicional de dicho estudio es que cuando la población hispana alcance el 13 por ciento total de la población en Georgia habrá conflictos de todo tipo. Hasta este 2006 la población alcanza el siete por ciento.