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Los
decanos no debemos ser una figura decorativa
Juan Carlos Plata |
Los
académicos reconocidos con el Premio al Decano 2006 aseguraron
que es necesario que tengan más participación en la
vida académica de la comunidad universitaria |
Los
académicos que recibieron el Premio al Decano 2006 de la Universidad
Veracruzana (UV) el pasado 15 de mayo, Mario Velásquez Luna,
Sergio Kauffman García, Gladis Casimir Morales, Luis Cruz Kuri
y Rafael Jiménez, coincidieron al señalar que los Decanos
de la institución deben dejar de ser una figura decorativa
y tener una participación más activa dentro de la vida
académica de la comunidad universitaria.
“En nuestra universidad el Decano siempre ha sido una figura
decorativa; a alguien se le ocurrió que debía estar
en el estatuto porque había que darle un reconocimiento a los
viejos; pero eso no tiene ningún significado. Significado tiene
lo que se hace”, señaló Sergio Kauffman González,
catedrático de la Facultad de Administración y miembro
fundador del Instituto de Investigaciones y Estudios de la Ciencias
Administrativas. |
![](images/decanos-pag-18.gif)
En
la primera fila (de izq. a der.) Rafael Jiménez Rojas,
Luis Cruz Kuri, Sergio Kauffman García, Gladis Casimir
Morales, y Mario Velásquez Luna, decanos 2006.
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Luego
de expresar la necesidad de que los Decanos –y en general todos
los académicos– sean líderes, el homenajeado dijo
que esta condición no sólo se reduce a impartir clases,
sino que existe el compromiso de alertar a los jóvenes sobre
la problemática a la que se van a enfrentar en el campo laboral.
Por su parte, la académica de la Facultad de Antropología
y de la Escuela para Estudiantes Extranjeros Gladis Casimir Morales
dijo que “el Decano debe adquirir mayor presencia al interior
de la universidad, porque es poseedor de un caudal de experiencia
y conocimiento que podemos ofrecer a los estudiantes y a la comunidad
universitaria”.
Casimir Morales señaló que, aunque después de
tantos años de servicio es más difícil pasar
tantas horas frente a los grupos, “cuando ya está uno
por jubilarse, después de más de 30 años de servicio,
aún resta mucho que hacer y que compartir respecto de nuestro
trabajo y reflexión acerca de las vivencias, experiencias,
contingencias que hemos enfrentado y que pueden servir a las Facultades”.
Otro de los académicos premiados, Luis Cruz Kuri –del
Instituto de Ciencias Básicas–, señaló
que es un deber de los universitarios negarse a la autocomplacencia
y estar concientes de que los niveles de excelencia están determinados
por los parámetros de competitividad mundial.
“Hoy más que nunca estamos obligados a la autocrítica”,
dijo el científico, y llamó a estudiantes, investigadores
y docentes a medirse no sólo con parámetros internos
sino con los internacionales, al tiempo que advirtió que “los
profesionistas y universitarios en todo el mundo no están cediendo
cuartel para la competencia”.
No obstante, reconoció que la UV ha hecho una labor muy meritoria
elevando sus indicadores de desarrollo, pero señaló
que aun ahora debe redoblar esfuerzos para escalar peldaños
de calidad: “Creo que lo puede lograr en el corto plazo, pero
hacia allá deben dirigirse sus esfuerzos”.
Mario Velásquez Luna, de la Facultad de Medicina de Minatitlán,
dijo que para que el papel e los académicos rinda mejores frutos,
se tiene que vincular con los alumnos, “ellos mismos deben reconocer
qué es lo que quieren, y una vez definido, nosotros debemos
impulsarlos para que lo logren y se formen profesionalmente con la
calidad humana que uno desea, así como con el interés
por incidir en la solución de los problemas sociales”.
Dijo sentirse muy satisfecho por la amplia participación de
los académicos y directivos de la UV para el desarrollo de
la institución en los campus distintos a Xalapa, “esto
ha servido para desarrollar las áreas que estaban algo alejadas
de la cultura, afortunadamente parece que estamos logrando el nivel
que nos corresponde”.
Rafael Jiménez, reconocido por su trayectoria en el Ensamble
de Guitarras de la UV, dijo que la responsabilidad más importante
del Decano en el área de la música es promover una gran
sensibilidad entre sus alumnos y sus compañeros.
“Hay muchas metas muy brillantes, pero que no son la meta verdadera.
La meta verdadera es cuando la gente sale emocionada después
de oír un concierto y no ver quién toca más rápido:
la gente no va a ver quién toca más rápido, el
público va a quedarse con algo bonito, con una emoción,
eso no se le olvida a la gente y los alardes de técnicas no
son el objetivo del músico”.
Además, se refirió a la responsabilidad social del músico:
“Es muy grande y la UV la asume. Niños y jóvenes
escuchan en la tele y el radio mucha basura, música popular
sin calidad, y nosotros tenemos que extender la cultura a donde no
se tiene acceso, en comunidades, iglesias, para que por lo menos la
gente tenga la oportunidad de conocer lo que estamos haciendo”. |
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