Año 6 • No. 224 • Mayo 29 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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Orbis Tertius inunda de jazz a la UV
y las calles de Xalapa
Dunia Salas Rivera
·El grupo hizo de las jardineras y los escalones el mejor escenario para escuchar a Billy Stray Horn, Telonius Monk, John Coltrane, Joe Henderson y Duke Ellington


Orbis Tertius reunió a estudiantes de música, teatro, danza
y artes plásticas en los pasillos de la Unidad de Artes para disfrutar de melodías de jazz.
En pleno centro de Xalapa, en las calles de Morelos y Belisario Domínguez, para ser exactos, se escucharon ritmos sincopados de las congas, el sonido melódico y sensual del saxofón, la complejidad rítmica que da el contrabajo, la estructura melódica del piano y las notas de la guitarra eléctrica. En la Unidad de Artes de la Universidad Veracruzana (UV), el ampliamente probado talento de Orbis Tertius hacía de las jardineras y los escalones el mejor escenario para escuchar el jazz de Billy Stray Horn, Telonius Monk, John Coltrane y un repertorio de más de 20 piezas de los mayores representantes de este género musical.

Mientras unos estudiantes platican con las notas musicales de Joe Henderson como fondo, otros fijan la mirada atenta a los intérpretes como tratando de entender esa música o, simplemente, sintiéndola sin necesidad de descifrarla; algunos más siguen la armonía del Cotton Tail, de Duke Ellington, con un rítmico golpeteo de pie en el suelo o un constante chasquido de dedos que pareciera apoyar las percusiones de Carlos Adamez, uno de los dos nuevos integrantes de Orbis Tertius, para quien el jazz dejó de ser un género de intelectuales.

Carlos es panameño por parte de padre, país donde estudió percusiones en el Conservatorio, y mexicano por parte de madre, lugar donde ha vivido de manera intermitente. Desde hace varios años ha tomado cursos de percusiones latinas en Colombia, Costa Rica y otros países latinoamericanos.

Esta simbiosis de culturas que confluye en Carlos es similar a la que se da en el jazz: “La enorme evolución que ha sufrido este género se debe al mestizaje. Hay una gran mezcla de muchas culturas de distintos países porque esta música es susceptible de apropiarse, permite influencias de distintas corrientes, géneros y estilos. Ya no es común el jazz straight, porque ahora hay más fusión y un vínculo más estrecho con los continentes”, aseguró el artista.

El músico considera que Orbis Tertius está cumpliendo su misión de difundir esta música tan bella: “A los universitarios les ayuda a fortalecer su formación y a expandir su criterio y gustos. En nuestras presentaciones hemos tenido una aceptación muy amplia. Es muy agradable ver que a los chicos les guste”.

Cuando se trata de un jazz más clásico, el percusionista disfruta de interpretar a George Gershwin y a Danilo Pérez, pero definitivamente lo que más le apasiona es el jazz latino, músicos como Dave Valentine, Chucho Valdés, Irakere, Orlando Valle Maraca o Tony Martínez: “Me gusta el estilo de mucha descarga, con gran contenido armónico y muchos metales”.

Frank Forke
Guitarrista en Orbis Tertius desde mediados de enero, Forke considera que en todos los conciertos que han ofrecido en las distintas Facultades de la UV han tenido muy buena respuesta de la gente. Y es que el músico considera que por haber actualmente mayor apertura para más cosas en general, en el jazz pasa lo mismo: “Es más fácil conseguir las grabaciones, ver un grupo de jazz en la televisión, obtener información y saber más de lo que se está haciendo en otras partes del mundo”.

Frank considera que ésta es una influencia positiva de la globalización, al lado de muchas cosas negativas: “Hoy día es más fácil tener acceso a la cultura de otros países. Hace 15 años que llegué a México, y en el Puerto de Veracruz, donde vivía, era difícil encontrar discos de jazz, pero ahora esto ha cambiado”.

Las influencias que el jazz ha tenido de otros países, según Forke, se ha dado a partir de la globalización; sin embargo, ésta también ha traído aspectos desfavorables como algo que sucede en EU: “Hay un movimiento de comercialización de la música. En el pasado se cuidaba más de apoyar a la gente que tenía propuestas nuevas. Hoy día, alguna gente lista se relaciona con alguien que esté en la industria de la música y de repente sobresale y hacen millones de dólares, mientras hay músicos muy talentosos que tocan en bares por 30 dólares”.

Frank Forke nació en Hagen, Alemania. A los siete años su familia se mudó cerca de Bremen, donde tuvo su formación escolar y musical. Desde los nueve años empezó a estudiar guitarra clásica con un maestro que también tocaba música flamenca, brasileña y sudamericana en general: “Él como que me infectó de esa música desde pequeño y hasta ahora me sigue gustando toda la cultura latina. Estudié guitarra clásica en el Conservatorio en Alemania y en el de Rótterdam guitarra flamenca con Paco Peña. Hace poco tomé un curso de jazz en Nueva Orleáns y después vine a vivir a México”, recuerda Forke.

Sin importar a qué público de cualquier parte del mundo entregue su música, Frank quiere darle su talento e inspiración a la gente “y que disfrute lo que estoy haciendo y más allá de eso. Ojalá que haya alguien que tal vez se interese en este tipo de música a partir de escuchar a Orbis Tertius. Eso sería genial: traerle a la gente algo nuevo y positivo que le inspire”.