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Alma
Espinosa
(Fotos: Luis Fernando Fernández) |
La
reforestación del Pico de Orizaba y el Cofre de Perote propició
la creación del Instituto de Genética Forestal |
En
la década de los ochenta del siglo XX fue evidente que Veracruz
estaba sufriendo una escasez de sus recursos arbóreos, principalmente
en la región del Cofre de Perote y el Pico de Orizaba, dos
sitios que más allá de caracterizar al estado resguardan
en sus entrañas una multitud de especies animales y vegetales.
Ante esta situación, el gobierno del estado instó a
la Universidad Veracruzana (UV) para que ofreciera vías de
solución. Sin embargo, la situación requería
un programa intenso de reforestación de la montaña y
el volcán para lo que se necesitaba una gran cantidad de semillas.
La poca disponibilidad de semillas fue un problema, y es que no todos
los árboles producen semillas anualmente. Aunado a esto, cuando
existe una amplia producción de semilla se debe seleccionar
y cosechar, así como seguir toda una serie de procedimientos
requeridos para almacenarla.
En ese momento nuestra casa de estudios no contaba con los recursos
humanos y materiales para satisfacer por sí misma estas necesidades,
por lo que buscó la colaboración de una instancia similar
que tuviera la experiencia, como lo fue la Universidad Autónoma
de Chapingo. Ambas universidades, junto con el CONACYT y los industriales
de la madera, llegaron al acuerdo de formar una asociación
civil encaminada a la investigación.
Además, el gobierno estatal, la Secretaría de Agricultura
y Recursos Hidráulicos y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(CONACYT) echaron andar un programa encaminado a la construcción
de un Banco de Germoplasma Forestal que quedó instalado en
el sitio de Los Molinos, a las afueras de la capital del estado.
El Banco es un espacio físico de aproximadamente cuatro mil
metros cuadrados, en los que se planeó la construcción
de laboratorios, aulas de enseñanza, una casa de invitados
y un frigorífico. Fue justamente éste último
el de mayor importancia, pues tiene una capacidad de almacenamiento
de aproximadamente 50 metros cúbicos, en los que se puede almacenar
30 toneladas de semilla.
Para dar una idea de la trascendencia de esta cantidad, podemos decir
que un kilo de semilla contiene alrededor de 80 mil unidades. Si de
estas 80 mil semillas se dan 80 mil plántulas servirán
para, más o menos, 40 hectáreas. Esto es, si se dan
las condiciones óptimas y se logra un éxito rotundo
en la germinación de todas las semillas, por un kilo de semillas
se logra reforestar 40 hectáreas. De ahí la trascendencia
de este trabajo. |
Clona
UV la especie pinus jaliscana,
en peligro de extinción
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Uno
de los triunfos más recientes que ha tenido el Instituto de
Genética Forestal es lograr la primera reproducción
de la especie endémica y en peligro de extinción pinus
jaliscana, como producto de la clonación. Hasta el momento,
el Instituto es el único en el país que ha logrado la
reproducción de esta especie bajo tales condiciones.
El proyecto de clonación comenzó hace dos años
bajo la batuta de Armando Aparicio Rentería, quien informó
que hasta el momento ha logrado clonar 200 plantas que no han reunido
las condiciones necesarias para salir del vivero y ocupar un lugar
en la tarea de reforestación, por la misma situación
no ha podido comprobar su posibilidad de supervivencia en condiciones
naturales, pero las próximas líneas del proyecto van
encaminadas a ese rumbo. Es prudente especificar que el proceso de
clonación tiene un costo similar al de selección y plantación
de semillas. |
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Ante
la alarmante pérdida de miles de hectáreas de bosques
y selvas, es perentorio hacer un esfuerzo para detener este proceso
que, más allá de robarle la fuente de inspiración
y dedicación a miles de artistas, nos está reduciendo
la posibilidad de seguir viviendo a los casi siete mil millones de
habitantes que poblamos este plantea y qué decir de las próximas
generaciones. |
Cada árbol caído afecta en pequeña o gran medida
alguna pieza de este gran engranaje que llamamos naturaleza, cuya
sabiduría es muy difícil poner en duda. No obstante,
cada día la ponemos a prueba al crear nuevos focos contaminantes
y restándole medios para poder subsistir.
De esta manera, la Universidad Veracruzana, a través del Instituto
de Genética Forestal, desde hace poco más dos décadas
desarrolla investigación básica y aplicada en genética
y mejoramiento genético forestal; es decir, estudia y mejora
cada especie para que tenga mayores posibilidades de crecer y reproducirse.
También ostenta los objetivos de promover la investigación,
extensión, capacitación y asesoría en genética
forestal y ciencias afines, así como promover el intercambio
científico y técnico en el ámbito nacional para
contribuir en el desarrollo de este campo en México, pero principalmente
en el estado de Veracruz.
Para alcanzar sus metas, el Instituto opera un programa de mejoramiento
genético con los siguientes proyectos de investigación:
conservación y manejo de germoplasma; producción de
semilla mejorada; propagación, viveros y plantaciones; biotecnología;
y variación natural y biosistemática. |
Se
tiene la mayor colección de pruebas genéticas
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De
acuerdo con lo informado por el director del Instituto de Genética
Forestal, Juan Alba Landa, otrora el proyecto fue fructífero,
empero el apoyo del gobierno no fue siempre el mismo, por lo que la
producción fue limitada. Sin embargo, los investigadores adscritos
a esta dependencia siguen desarrollando programas para el mejoramiento
genético y forestal, manejo de germoplasma y variación
forestal, mediante la generación de conocimientos y formación
de recursos humanos. |

Juan
Alba Landa, aseguró que la mayor parte de la población
no sabe para qué conservar las especies.
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Gracias
al trabajo inconmensurable se ha logrado tener la mayor colección
de pruebas genéticas que existe en México. “Esto
ha traído como resultado, precisó, que este grupo de
trabajo sea un referente en el país sino de otros países
preocupados por la forestación”, a esto le agregamos
que lo es también por la maestría que ofrece en Ecología
forestal y la publicación semestral, Foresta Veracruzana.
Hasta el momento la producción en materia de investigación
ha sido de alrededor de cien artículos científicos publicados
en revistas con arbitraje. Con los trabajos de investigación
que se han desarrollado en el Instituto, se han titulado casi 40 maestros
en Ciencias, 15 jóvenes de licenciaturas afines y están
por titularse seis doctores. |
Una buena parte de los estudiosos forestales que existen en México
utilizan referencias logradas a partir de los programas de investigación
que se iniciaron en la Universidad Veracruzana con el banco de germoplasma.
Cabe anotar que este banco dio pie al Centro de Genética Forestal,
hoy es el Instituto como lo conocemos, gracias al fortalecimiento
de sus líneas de investigación. |
Especies |
Actualmente
el banco no almacena una gran cantidad de semillas, sino que ahora
se resguarda germoplasma experimental, que sirve para la multiplicación
de árboles. Este germoplasma no es producto de una cosecha
en el campo, sino de una selección y cruzas para mejorar sus
genes.
En las últimas dos décadas las especies de pinos que
se han estudiado en el Instituto son: patula, eldarica, oocarpa, cembroides,
ayacahuite, pseudostrobus, caribaea, oaxacana, teocote, jaliscana,
maximinoi y hartwegii. Además de los pinos, se trabaja con
árboles de liquidambar, cedro y caoba.
Estas especies son apenas una pequeña parte de las casi dos
mil especies que tiene México. Según el director, en
estos 20 años un grupo de por lo menos cuatro investigadores
ha realizado el enorme esfuerzo de conocer esta flora arbórea,
y decimos enorme porque es evidente que continúa la falta de
recursos humanos capacitados para ayudar a regresar la vida a nuestro
planeta.
Si bien el Instituto parte de las estructuras básicas que son
las semillas, actualmente se hacen estudios para mejorar las especies
de forma genética, incluso trabajan con propábulos para
lograr la multiplicación clonal. Pero lo que más preocupa
a este centro es generar conocimientos que permitan proporcionar una
aproximación real de cómo se utiliza y conserva una
especie.
“Muchos decimos que debemos conservar los recursos, pero puedo
asegurar que el 90 por ciento no sabemos qué conservar ni para
qué hacerlo por más ecologistas que seamos. Necesitamos
conocer realmente toda la estructura biótica y abiótica
de las especies y poblaciones para que podamos usar un producto que
pueda satisfacer una necesidad sin generar desperdicios que impacten
el bosque natural”, asintió.
De la misma manera se debe saber qué conservar para que sea
diverso dentro de una misma población y pueda asegurar retrocruzas,
que al mismo tiempo establezca una heterogeneidad que le dé
fuerza evolutiva a esta población y sea capaz de adaptarse
a los nuevos tiempos. Estos nuevos tiempos son los que estamos generando
con el humos de nuestros automóviles, el uso de aerosoles y
demás contaminantes que transforman el ambiente. |
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