Año 6 • No. 224 • Mayo 29 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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El cabaret ha muerto… ¡Viva el cabaret!
Nostálgico estreno de
El alhajerito-cabaret
Gina Sotelo
Zafiro, Perla, Ámbar, Rubí y Ágata: cinco mujeres de ésas que ya no existen



Zafiro, Perla, Ámbar, Rubí y Ágata son las joyas de El Alhajerito-Cabaret

Zafiro, Perla, Ámbar, Rubí y Ágata son las joyas de El Alhajerito-Cabaret. Su vida está llena de intrigas, pasión, ambición, destellos brillantes de ilusiones que se asemejan al amor. Son un grupo de mujeres despechadas que venden caras sus caricias y compiten entre ellas por ser la favorita del patrón, dueño del alhajero, de sus corazones, de sus cuerpos y de su voluntad.

Se trata de una obra de teatro que nació de la experiencia del Taller de Teatro Musical de la Universidad Veracruzana (UV) que ha venido a enriquecer el desarrollo actoral de sus integrantes. Parten de la idea en común del Show Cabaret y el resultado es esta historia que se sitúa en un ambiente lleno de odios, sustancias ilícitas, prostitución, incesto y un desenlace trágico.

El alhajerito-cabaret, dirigida por Felipe Galván, se estrenó en el Foro Torre Laphan de la Facultad de Teatro de la UV, donde espera tener una brillante temporada. Se trata de un trabajo original, en el cual las coreografías corren a cargo de Alejandro Schwartz y dirección musical de la maestra Ana Luisa González.

El alhajerito parte de un texto realizado entre Galván y Silvia Vera a partir de las improvisaciones coordinadas por el maestro Francisco Campos. Cada una de las niñas es una piedra. Hay una Rubí, que es la más reciente adquisición; Zafiro, que es la acaudalada hechicera; Ágata o la hermana abusada; Ámbar, quien es la reina del panal, y Perla, la adúltera.

“Estas cinco piedritas son cinco mujeres de esas que ya no existen”, dice Galván con evidente nostalgia. Y sigue: «Antes el cabaret era una entrada a una intimidad muy particular, donde las mujeres fichaban pero cantaban, bailaban, departían, intimaban. Lo que ha trascendido en nuestra cultura actual es un desfile interminable alrededor de un tubo frío donde bailan y hacen figuras como en una pasarela, pero sin intimidad»

Aspecto de la obra El Alhajerito-Cabaret, realizada por alumnos de la Facultad de Teatro

Es interesante la reflexión, la interpretación que proponen las mismas chicas a través de una perspectiva nostálgica, que no conocieron, pero que existe en el imaginario colectivo de nuestra sociedad.

Por su parte, el maestro Schwartz opina: “Durante mucho tiempo la sola mención del término cabaret estaba connotada con oscuridades e inmoralidades. Yo siempre me he sentido orgulloso de que desde que entré a desarrollarme profesionalmente como bailarín, tenía una especie de doble vida: en el día estaba en la Compañía Nacional de Danza del INBA y en las noches trabajaba en el
cabaret con vedettes de la talla de Silvia Pinal”.
Al coreógrafo le tocó vivir la última etapa de los grandes cabarets en el Distrito Federal. Su labor, independientemente de las coreografías que están en el montaje final, fue la de ayudar a las chicas en la búsqueda de lo que querían hacer, su preparación física, intelectual y emocional: “Pasamos mucho tiempo viendo películas mexicanas para que conocieran a las reinas del trópico, a Ninón Sevilla, este carácter absurdo, incoherente, surrealista del cabaret y que después pasó al cine; podían primero salir con unas piñas en la cabeza, y en el número siguiente salían de odaliscas y en el número siguiente salían unos cómicos bailando en puntas parodiando el ballet”.

La primera temporada de El alhajerito-cabaret será en el Foro Torre Laphan de la Facultad de Teatro los jueves y viernes de mayo a las 20 horas.