Año 6 • No. 224 • Mayo 29 de 2006 Xalapa • Veracruz • México
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  Aseguró Lilia Domínguez Villalobos, académica de la UNAM
Necesario el crecimiento económico
y no el regocijo por inflación cero
Dunia Salas Rivera

Lilia Domínguez Villalobos.
¿El presidente Hugo Chávez ayuda a construir la democracia en Venezuela? La respuesta inmediata es sí, porque actualmente está desarrollando un proceso de inclusión y construcción social muy importante, aseguró Margarita López-Maya, investigadora de la Universidad Central de Venezuela, durante la conferencia que impartió en el auditorio de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV).

Como parte de las actividades del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales, la académica fue invitada para hablar acerca de “El régimen de Hugo Chávez y la construcción de la democracia en Venezuela”, para lo que definió inicialmente la democracia como la igualdad social, misma que está procurando el actual presidente, asentó.

La siguiente pregunta en cuestión fue: ¿Venezuela necesitaba un presidente como Hugo Chávez? “Más que necesitar yo diría que Chávez es el resultado de un proceso histórico, no es un accidente que haya aparecido. Hay una explicación socio-histórico y sociopolítica. Hemos sido un país con experiencias populistas a lo largo el siglo XX y no es muy distinto a lo que hemos visto anteriormente”, indicó la ponente.

“Forma parte de un contexto muy particular que tiene Venezuela por ser un país petrolero, que tiene una tradición populista e incluso porque tiene una tradición militarista, ya que Venezuela –con la excepción de la última mitad del siglo XX– desde que se independizó hasta la segunda posguerra tuvo gobiernos militares”, señaló López-Maya.

La también coordinadora del Observatorio Social de América Latina y candidata a la Secretaría Ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, precisó que existe un componente militar más visible que durante el gobierno de la democracia representativa, incluso más activo. “Yo creo que eso también obedece a que en Venezuela la respuesta social hacia el proceso de crisis económica social y política que está viviendo no surgió de las clases medias y altas, sino de las bases populares”, comentó.

De aquellas bases populares, quienes contaban con educación, eran los que estaban en los cuarteles, que de alguna manera lograron mantenerse en un momento en que la educación pública se había deteriorado considerablemente. Detalló que buena parte de los militares que han ocupado cargos importantes en el gobierno proceden de los barrios, o en el caso particular de Chávez, proviene de un estado de los más olvidados del país. Además, dijo, estaban cerca del poder y podían ver la corrupción de las elites del poder, por lo que esta combinación desató la participación militar. De las clases medias civiles no se podía esperar mucho porque se han globalizado, denunció.

Al regresar al tema del presidente venezolano, la investigadora reconoció que “tiene una manera bastante paradigmática, su mensaje es fundamental y por eso tiene el apoyo popular. Su proyecto busca superar definitivamente esa condición de que unos son ciudadanos y otros no o que lo son a medias, cosa que ha sido característica de nuestras sociedades por mucho tiempo”, apuntó.

Precisó que otros aspectos del gobierno de Chávez son contradictorios: tiene debilidades institucionales y son visibles las tendencias a resolver determinadas políticas a través de decisiones sin consulta previa. “Por supuesto que hay problemas, todas las sociedades latinas son muy autoritarias, pero al gobierno de Venezuela se le ha puesto en relieve porque la sociedad está viviendo un tiempo de extrema polarización social y política. Además, existe una confrontación con el gobierno de Estados Unidos”.

El tercer cuestionamiento a Margarita López-Maya fue acerca de la relación entre Venezuela y México, específicamente al apelativo (cachorro del imperio) que usó Chávez para referirse a Vicente Fox. “Actualmente en América Latina se está utilizando una política verbal muy agresiva y expresa; por una parte, la irrupción de nuevos sectores sociales en el poder que traen un estilo político de confrontación; por otra, es el reflejo de proyectos políticos que son muy diferentes para América Latina”, opinó.